BOMARZO – Manuel Mujica Láinez
Bomarzo es una pequeña población del Lacio, en la provincia de Viterbo (Italia); en tal enclave aparece la mansión o castillo en cuyos alrededores está situado el Bosque de los Monstruos, cuyo creador fue Pier Francesco Orsini, personaje central de la novela de Mujica Láinez. Los Orsini eran una familia de condottieri, (guerreros mercenarios al servicio de los gobernantes de los estados italianos desde finales del medioevo hasta el siglo XVI aproximadamente) cuyos orÃgenes se pierden entre la bruma de la historia, descendientes, según la leyenda, del oso ancestral, Editus Ursae, que amamantó al primer Orsino, hijo de un jefe godo. Otra versión del origen de los Orsini serÃa la romana, es decir, la descendencia generada por Cayo Flavio Orso, general del emperador Constancio. Pero de un modo u otro, el Oso estaba incorporado al blasón de la familia, junto a la rosa y la sierpe. Y aunque la guerra habÃa sido la principal ocupación familiar, no sólo habÃa guerreros en ella, sino cardenales, incluso papas…que también guerreaban. Era una época convulsa en la que los grandes personajes presentaban muchas facetas; lo que se vino en llamar el virtuosismo renacentista. Pero nuestro Orsini particular, Pier Francesco, Vicino, no sólo a causa de su cojera y su espalda gibosa, (caracterÃsticas que le adjudica el escritor, el toque literario) tiene una inclinación hacia la cultura, el arte, la poesÃa, la literatura. Cuando ha de guerrear, cumple con su deber, pero mientras no es requerido por causa mayor, prefiere moverse entre artistas y literatos, nigromantes y gentiles.
Mujica Láinez convierte en inmortal al personaje al rememorarle con esta novela. Seducido por una visita a Bomarzo en 1958 y, sobre todo, por el Bosque de los Monstruos, recrea la vida del Duque Pier Francesco, trazando a su vez un dibujo detallado y puntillista de una época tremendamente belicosa, artÃsticamente brillante, conflictiva en lo religioso y en lo filosófico, plena de intrigas, pasiones, nigromancia y visiones infernales. El autor se sumergió a fondo en el siglo XVI italiano para documentarse sobre el contexto del personaje, del que, por otra parte, no hay demasiada información, salvo los hechos públicos: nacimiento, parentesco con un famoso cardenal, enlace matrimonial, participación en batallas, afición literaria…pero todo el clima psicológico y la elaboración del carácter es un alarde literario. Pleno de ambigüedad y contradicciones, conviviendo el vicio con la virtud, el gusto por la belleza con la atracción morbosa a la monstruosidad, el odio y la envidia, la ambición y la venganza con el desmesurado amor a la vida y a la inmortalidad, que le habÃa sido predicha por el astrólogo Sandro Benedetto.
El propio escritor argentino afirma haber sentido una especial emoción, un fuerte sentimiento de deja vu, que le lleva a interesarse por el personaje que pudo dar vida a unos sueños tan monstruosos. La novela, iniciada en junio de 1959 y concluida en octubre de 1961, está contada en primera persona, duque y escritor se confunden, se mezclan, y la narración será realizada desde un espacio intemporal en el que el espÃritu del duque se inmortaliza en la escritura de Mujica Láinez, en quien se reencarna el duque, literariamente. Al ser narrada desde la contemporaneidad, por medio del subterfugio de convertirse en duque de ficción, atrapa al lector de hoy, que puede sentirse implicado en lo que le cuentan. A lo largo de toda la obra va recordando al lector que han pasado siglos y han ocurrido muchas cosas después de aquello. Y que la mirada sobre los hechos puede cambiar, pero los hechos, enmarcados en su época, han de ser como son. Y como el escritor ha querido que sean.
Asà pues, lo que vemos en esta narración es la trayectoria vital de un personaje arquetÃpico del Renacimiento, que piensa y siente, ama y odia, goza y sufre como en general solÃan hacer en su momento los en la sociedad italiana. Pero además, el autor ha querido dotarlo de una singularidad que le hace especial. Cargado de un cuerpo deformado, giboso y cojo, pero con un rostro agraciado y unas manos suaves y bellas, donde lució toda su vida un anillo que le regaló en su adolescencia el escultor Benvenuto Cellini, Pier Francesco sufre por la comparación continua con sus hermanos, que muestran unas proporciones ideales y llevan la vida que él no puede permitirse y que sin embargo, ansÃa. Pero Vicino es un Orsini; piensa, ama y odia como un Orsini.
De un modo u otro, la vida de Vicino es tortuosa, como lo era su cuerpo. Desde la infancia Vicino se acostumbra a sufrir, a recordar a diario la desventaja de su maltrecha figura, siendo humillado por un padre que se avergonzaba de él, unos hermanos, Girolamo y Maerbale, que le someten a vejaciones; teniendo como único refugio a su abuela, Diana Orsini, fuerte pilar en el que apoyarse, y de quien recibe gran parte de las nociones básicas sobre su estatus…y el consuelo de su singularidad malformada. Intentó el amor…y fracasó; intentó la amistad….y fue traicionado; le quedó la venganza, la culpa y la soledad: un mundo lleno de monstruos, que quedarÃan petrificados para siempre en el Bosque, sÃmbolo autobiográfico de su vida.
AsÃ, este segundo hijo del condottiero Gian Corrado Orsini, recuerda la triste infancia, la inquieta y perturbadora adolescencia entre los parientes Médici florentinos, el culpable acceso a la condición de duque de Bomarzo, sus esponsales con Julia Farnese, y la obsesión por conseguir descendencia, que le hace responsable de unos actos abominables; sus tratos con amantes (de uno y otro sexo), con artistas, con nigromantes (Paracelso incluido), con las demás familias de poder: Médici, Sforza, Gonzaga, Farnese, Della Rovere… lo que incluÃa papas, cardenales, incluso un fugaz encuentro con el emperador Carlos V. Narra también la participación en las guerras europeas, asà como la batalla de Lepanto (con una brevÃsima aparición de Cervantes) batalla en la que, por edad, es mero espectador, mientras su hijo Horacio y su sobrino Nicolás participan plenamente. Finalmente, narra la progresiva soledad al envejecer y el empeño obsesivo en plasmar sus múltiples pesadillas en las rocas de su bosque, en Bomarzo.
Libro de imprescindible lectura, está escrito con la calidad literaria con que Mujica Láinez domina el lenguaje, y que ha demostrado a lo largo de toda su obra, de la cual esta serÃa su máximo exponente. Clasicista y barroca a la vez, moviéndose entre la crónica y la leyenda, la escritura de Mujica Láinez es viva, emociona, rompe moldes y atrapa al lector.
Manuel Mujica Láinez (1910,Buenos Aires- 1984 Cruz Chica, Córdoba, Argentina). Se educó entre Francia y Gran Bretaña, cursó estudios de Derecho, carrera que abandonó para escribir en el periódico argentino La Nación, oficio que desempeñarÃa toda su vida. Escribió en francés su primera obra, Louis XVII, pero las siguientes las escribió en español, alternando la novela (sobre todo histórica y de tema argentino) con la crÃtica artÃstica y literaria y el artÃculo periodÃstico; aunque también se dedicó a la traducción de autores tan conocidos como Shakespeare, Racine o Molière. Recibió numerosos galardones (entre ellos el Premio Nacional de Literatura de Argentina 1963), y fue miembro de la Academia Argentina de las Letras y de la Academia Argentina de las Bellas Artes, además de recibir el reconocimiento de la Legión de Honor del Gobierno de Francia en 1982 por el conjunto de su obra. Su obra más famosa, Bomarzo, fue transformada en ópera por el compositor Alberto Ginastera, y varias de sus novelas han sido llevadas al cine y a la televisión.
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Gracias Aruodante!
Rezumas entusiasmo literario, me recuerdas a alguien ;)
Gracias Tiglath, ¿ a quién puedo recordarte? Jajajajaja….no puedo imaginarlo, jajajajaja!
La del argentino es una ingeniosa, erudita y absolutamente cautivante inmersión en la sociedad renacentista, aparte de ser un portento del lenguaje. Maravilla de novela, sin duda.
Esto sà que es engalanar la PAPRI, Ario.
¡Gracias, Rodri! Ciertamente, Bomarzo es una joya demasiado tiempo ausente de Hislibris.
Vamos, gente. «Bomarzo» es con seguridad una de las mejores novelas escritas en nuestro idioma, y no desmerece en nada frente a obras icónicas como «El nombre de la rosa» o «Los Idus de Marzo». ¿Nadie más la ha leÃdo?
Rodrigo…estamos en agosto, el mes de Augusto, si, pero el mes en que prácticamente toda España toma vacaciones, desconecta, se va de viaje o se mete en la bañera de su casa y se olvida de todo…claro que la habrán leÃdo, lo que pasa es que no están on line…ya contaba con ello. La leerán en septiembre, cuando vuelvan. Pero muchas gracias por tu apoyo.
Hola yo estoy por aquÃ, pasando mucho calor pero es lo que hay.
Tengo la novela Bomarzo en mi pila de pendientes, desde hace tiempo, creo que ya va siendo hora de que le toque sacarla del montón.
Gracias Ariodante por recordármela
Bueno, Akawi, pero te puedes dar un par de bañitos al dÃa…en la piscina, que ya es algo. Aprovecha y este verano atacale a Bomarzo, no te arrepentirás. ( vaya, parece que lleve comisión, jajajaja) ¡es que es un clásico! Es imperdonable no haberla leÃdo todavÃa…
Yo también de vacaciones, peleando con Los Hermanos Karamazov. El libro reseñado pinta bien, a pesar de ser la primera vez que lo oigo citar, Sorry. Rodrigo, tranquilo que por desgracia en pocos dias todos de vuelta de la playa. Un abrazo chicos/as.
¡Ah, pues mira por donde! Ayer lo adquirà en una librerÃa de viejo en Sevilla. Va a subir puestos en la pila de «Pendientes»
Un saludo a todos
¡Qué casualidad, Blas! Pues no dejes pasar la oportunidad. Es la lectura ideal para el verano, además de algo sobre Augusto, este agosto toca…
Gran reseña para una grandÃsima novela de lectura muy recomendada (aunque sólo sea por la riqueza y propiedad del lenguaje)
Recuerdo que la leà hace muchos años, cuando Mújica LaÃnez estaba de moda (hará unos 35 años) y recuerdo también el enorme éxito de lectores que tuvo…
Aunque ya pertenece a las novelas universales, es una pena que su autor haya quedado un poquito olvidado ¿o no?
Gracias, RosalÃa! Vaya, parece que esto se va animando…Pues sÃ, hubo unos años en que Mujica Láinez se veÃa mucho en las librerÃas. Yo tengo casi todo lo que ha publicado, y lo he leÃdo, claro. Y es una pena porque es mucho mejor escritor que, mismamente, Vargas Llosa. Y eso que a mi me gusta mucho Vargas, pero es un autor irregular. En cambio, Láinez…todo lo que tiene es bueno, unas cosas mejores que otras pero todo bueno.
Una maravillosa novela.
Altamente recomendable. Y yo ya la he regalado tres veces.
El que no la haya leÃdo ya está tardando.
Saludos calurosos desde SEBIYA
En mi opinión, Bomarzo es una absoluta obra maestra de la novela histórica.
Pues eso, como dice Melni-bone, y Soldadito Pepe apoya la moción…Ya tardáis en leerla.
Rodri, yo también la he leÃdo. Hace muchÃsimo tiempo, es verdad. Pero la recuerdo como señalas: una cautivante y erudita inmersión en la sociedad del Renacimiento.
Ésa es mi legionaria… ;-)
Debo decir que en mi caso también es lectura añosa. No descarto la idea de revisitar la novela.