CIVILIZACIÓN Y BARBARIE EN LA EUROPA DEL SIGLO XX – Gabriel Jackson
Una era de enormes avances científico-tecnológicos y de sofisticadas innovaciones en el arte y el pensamiento. Una época de violencia a escala descomunal. El siglo de Einstein, Stravinsky y Picasso es también es el de Hitler y Stalin; el de las guerras que devastaron gran parte de Europa (y el mundo); el del Holocausto. ¿Busca usted una síntesis o visión panorámica de esta terrible «era de extremos»? Civilización y barbarie en la Europa del siglo XX (Crítica, 2009) es una buena opción: obra bien escrita, lúcida e ilustrativa. En cambio, si lo que busca es un ensayo interpretativo o análisis en profundidad, puede que este libro no satisfaga completamente sus expectativas. Su autor es el historiador estadounidense Gabriel Jackson (Nueva York, 1921), destacado hispanista especializado en la II República y la guerra civil españolas. Enfocado en el siglo XX corto (1914-1991), el libro fue publicado originalmente en 1997 y tuvo una primera edición en castellano en 2004, por cuenta de Editorial Planeta.
El tema es interesantísimo, lo mismo que el planteamiento expuesto en el prólogo. Se trata, según el autor, de un trabajo de síntesis e interpretación que concierne más a los legados morales, intelectuales y artísticos que a los factores políticos y económicos, inspirado por un sentido de búsqueda moral. Hasta aquí todo bien. En mi apreciación, no obstante, el libro no llega a cumplir con todo lo que promete. El anunciado énfasis en la dimensión cultural y moral apenas es tal, y los primeros 13 capítulos –de un total de 14- tienen más de síntesis que de interpretación; lo que hacen es condensar las líneas generales del siglo en cuestión. Sólo el último capítulo responde plenamente al propósito de efectuar una interpretación del siglo -a modo de balance final-. El libro resulta ser en buena medida un compendio de historia general del período.
Con lo no quiero decir que el libro me haya parecido malo. Como síntesis funciona muy bien. Más que rescatables son los capítulos dedicados a las artes y las ciencias, lo mismo que aquellos otros abocados a temas como las confrontaciones ideológicas del decenio de 1930 y el auge del Estado de Bienestar, asociado con la conformación del mercado común europeo. Es en un capítulo como este último que resulta explícito el enfoque selectivo empleado por el autor. Jackson opta por abordar los aspectos positivos de la posguerra y los días de la Guerra Fría, concentrándose en el desarrollo socioeconómico de la Europa occidental. Lo hace ciñéndose a la pauta que orienta en general el desarrollo del libro, con excepción del momento de los abominables déspotas: atendiendo más a los procesos que a las individualidades.
Aunque forzosamente despachado en escasas páginas, hay un buen tratamiento de los despotismos menores del período de entreguerras, con similitudes y diferencias de unos regímenes que no cabe meter en el saco de los fascismos. (Quiero decir: no está mal sobre todo si no hay intención de leer estudios especializados sobre el fascismo y dictaduras de derecha europeos.) Los regímenes comunistas son también objeto de una visión negativa.
Jackson desliza al final una crítica de ciertas corrientes culturales muy en boga en las postrimerías del siglo, las que han causado estragos en las facultades de humanidades y ciencias sociales: me refiero al estructuralismo, el decontructivismo y el multiculturalismo. Bien argumentada, esta crítica es una muestra de sensatez y sabiduría por parte del autor. ¿Qué se puede decir de una teoría posmoderna como el deconstructivismo, que postula que los libros no son en primer lugar producto del esfuerzo intelectual y el juicio moral de sus autores sino, ante todo, de una estructura inconsciente lingüística o mítica que se expresa a través del autor? El viejo determinismo, con otro ropaje e infestado de una jerga espesa e impenetrable. El autor deja constancia en el mismo balance de una serie de ideas de rango general, entre otras las siguientes: el capitalismo ha demostrado ser el sistema productivo más efectivo en la historia de la humanidad, al tiempo que su capacidad depende de correcciones y controles sociales ligados al Estado de Bienestar. Al contrario que los portavoces de la economía neoclásica, Jackson no está en absoluto por desmantelarlo. El gasto social en áreas como la educación y la salud, afirma, no sólo proporciona una base de cohesión social sino que multiplica los beneficios económicos de la sociedad futura. Desde esta perspectiva, el Estado de Bienestar representa uno de los legados mayores de la zarandeada civilización europea, junto con la protección de las libertades políticas, económicas y civiles.
-Gabriel Jackson, Civilización y barbarie en la Europa del siglo XX. Crítica, Barcelona, 2009. 463 pp.
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Estupenda reseña, Rodri, como es habitual,¿Cómo expone el tema de la caída del Muro? ¿Hay algún epílogo o nota sobre el comienzo del s.XXI? me refiero a 2001, claro.
Fantástico, Rodri. Como siempre.
Gracias, chicas.
Ario, no hay nota o epílogo del tipo que señalas. Y lo de la caída del Muro lo despacha de modo abrupto, en apenas unas líneas. Sobre el fin del período -el siglo XX corto- no dice nada especialmente novedoso ni interesante. Lo que salva el cierre del libro es el capítulo final, en que recapitula y reflexiona sobre la época; pero diría que es sólo un cierre correcto, en absoluto sobresaliente.
Uno que espero con ansias es el libro de Bernard Wasserstein, con título muy parecido al de Jackson y cuya reseña está en la despensa. A ver si resulta mejor. ;-)
Pues ya te avanzo que el de Wasserstein, por lo que tú explicas, me parece que mejor no va a ser. No quiero adelantar, porque es mi reseña, pero no me convenció. Vamos, no me resultó novedoso ni encontré aportaciones especiales. Lleva ya en espera tanto tiempo que casi no me acuerdo de los detalles. Pero bueno, todo tiene su momento y ya la leerás.
No adelantéis nada, que mañana os vais a hartar.
jijijiji….Javierín y sus maquinaciones en la sombra. Mira que te gusta sorprender al personal. Después del sobresalto que me diste con la plantilla del blog en negro y amarillo, ya no te diré nada nunca más. Me voy a poner una cremalllera en la boca. Y no me voy a sorprender de naaada.
Rodrigo muy buena reseña, aún así me da miedo echar la vista atrás.
Jejeje, llevamos una semana muy «siglovenintera» en Hislibris.
Como siempre, una reseña muy interesante Rodrigo.
Y lo que te rondaré! Toooma siglo XX!!!
Gracias, Akawi, Vorimir. Ojalá se hubiese tratado de algo más enjundioso, pero es lo que hay.
Buenas noches:
Como siempre se agradecen a Rodrigo, que avisa y, por tanto, no es traidor, sus conclusiones.
«… que han causado estragos en las facultades de humanidades y ciencias sociales: me refiero al estructuralismo, el decontructivismo y el multiculturalismo». Están causando, matizaría yo.
Cordialmente.
Pues sí, Antonio, aunque el estructuralismo está pasado de moda, por así decir, y el decontructivismo ya no es lo que era (aunque me parece que sigue pegando fuerte en ámbitos específicos, como el de los estudios de género).
En algunas facultades se impone una nueva pesadilla bajo el nombre de “teoría de sistemas”.
Buenas tardes:
El estructuralismo y el marxismo también sigue pegando: hay mucho adoctrinamiento en este sentido.
La teoría de sistemas ya me sonó en la universidad por allá por los años 90, pero no me pareció tan perniciosa.
Atte