EL QUIJOTE DE AVELLANEDA – Alonso Fernández de Avellaneda

EL QUIJOTE DE AVELLANEDA - Alonso Fernández de AvellanedaMucha gente sabe cómo empieza El Quijote e incluso conozco a una persona entrañable que, sin haberlo leído, ha tenido la curiosidad de saber cómo acaba (VALE). Algunos, quizá menos de lo que parecer pueda, hemos tenido la suerte y la paciencia de deleitarnos con todo lo que hay entre principio y fin.

Sin embargo, con este Quijote apócrifo, no ocurre nada parecido. Casi todo el mundo sabe que existe, el título por el que se le conoce El Quijote de Avellaneda, les suena, pero nadie sabe (es una forma de hablar) cómo empieza o cómo acaba y muy pocos lo han leído.

En 1614, un tal Alonso Fernández de Avellaneda, saca a luz un libro que lleva por título Segundo tomo del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Los expertos aseguran que el nombre es ficticio y también que no es de Tordesillas, como él asegura. Esto ha dado pie a numerosas reflexiones sobre su identidad, aunque ninguna aporta pruebas contundentes, sino meras suposiciones.

Lo que sí parece inducirse es que Cervantes debía saber quién era y probablemente más gente de la época, pero nadie dejó noticia escrita de este extremo y, a lo que parece, no hay visos de que se vaya a saber nunca.

Sea quien fuere el autor, no es un cualquiera en esto de las letras, ni un mero aprovechado que estropea con la continuación lo que fue la primera parte de la obra. Probablemente fuera un escritor en activo y se ve que es una persona versada, que conoce y ha leído la literatura de la época, pues cita pasajes y obras de varios autores y, desde luego,  ha leído la primera parte del Ingenioso Hidalgo.

Sin querer justificar nada, pues no se trata de eso, por aquellos tiempos parece que no era del todo inusual escribir continuaciones de obras ya publicadas por autores que no lo eran del texto primigenio. No era extraño, por ejemplo, en el propio género de los libros de caballería y Avellaneda alude a alguna obra más en la que se había dado este uso cuando habla de La Celestina, pues en la misma época de este apócrifo Quijote, aparecía La hija de la Celestina, de Salas Barbadillo.

De cualquier modo, del prólogo no se desprende que haya un motivo económico, como pudiera ser aprovecharse del éxito de la primera parte, más bien parece haber algo personal en la actitud del fingido tordesillano, pues aunque no dice qué es ello, sí alude a que se sintió ofendido por Cervantes y se despacha a gusto con el alcalaíno:  …viejo, manco, orgulloso, deslenguado…, a ver quién da más. También dice que ha ofendido, en clarísima alusión a Lope, …a quien tan justamente celebran las naciones más extranjeras. Esto ha dado pie a más de uno a adjudicar la autoría de la obra al Fénix de los Ingenios, pero sin mayores fundamentos.

A pesar de la inquina demostrada con el autor del genuino Quijote, se nota el respeto por la obra, puede parecer un contrasentido y, sin embargo, quien se aventure por las páginas del libro, verá tratados con cariño a los personajes, los lugares y los modos, que siguen, en todo momento,  la estela marcada por Cervantes, como si Avellaneda se afanase por escribir tal cual escribiría el verdadero padre de la criatura.

Creo que uno debe acercarse al libro sin prejuicios y seguramente se llevará una sorpresa, el libro está bien escrito, es ameno, el personaje de Sancho, por momentos resulta incluso más gracioso que en el original, el hilo argumental está bien llevado y si no supiéramos lo que sabemos, podría pasar perfectamente por una continuación de la novela de D. Miguel.

Al igual que hace Cervantes, el desconocido autor introduce un par de novelitas en medio del conjunto, sirviéndose para ello de sendos relatos que hacen dos personajes en tanto descansan a la sombra de una arboleda.

A mí me llamó la atención uno de los cuentos, que ocupa un buen número de páginas, el conocido como Los felices amantes, que relata la historia de amor pecaminosa del primogénito de un caballero y de la priora de un convento, con algunas escenas de cierto contenido erótico, llamativo para la época y un final altamente moralizante, con milagro incluido y que me ha parecido que está muy bien escrito.

Aunque las alusiones a Dulcinea salpican el texto, sin embargo D. Quijote se muestra descorazonado y dolido por el rechazo y las chanzas de la moza de El Toboso y se introduce un personaje, el de Bárbara la mondonguera, a quien Quijano toma por la reina Zenobia, que da mucho juego en la novela, no sólo por los disparates a que da pie a Don Quijote, sino por las continuas puyas que le lanza Sancho y los dislates a que da lugar la mala relación que el escudero mantiene con la protegida de su amo.

El libro narra la tercera salida de Don Quijote, éste encamina sus pasos hacia Zaragoza con el fin de asistir a unas justas de cuya celebración ha tenido noticias por boca de un caballero, Don Álvaro Tarfe, que continuará apareciendo a lo largo de la novela, por un lado organizando burlas con el caballero Quijano como protagonista y, por otro, convirtiéndose en una especie de protector (sui géneris, claro, después de lo dicho), pues es el que le saca de algún que otro apuro y el que pone fin a alguna de las situaciones en que se ve el manchego cuando considera que las cosas pasan de castaño oscuro.

Tras la frustrada participación (en realidad llega cuando ha concluido) en el torneo zaragozano, el hidalgo se dirige a Alcalá y Madrid, para acabar rindiendo viaje en Toledo. Todo esto salpicado de aventuras en las que no faltan las ventas y otros elementos en los que la constante son las referencias a la primera parte del Quijote.

Aunque la memoria colectiva lo haya olvidado, El Quijote no tuvo siempre la fama de que goza en la actualidad (al menos no tan alta) y las ediciones pobres y descuidadas se sucedieron durante décadas, hasta que en el siglo XVIII, el fervor que los ingleses mostraron por la obra, alcanzó a nuestro país, donde comenzó a ser más apreciada, teniendo, por fin, una digna edición en la que hizo la Real Academia en 1780. Fue ganando la fama de cumbre de las letras españolas, hasta llegar al tercer centenario de la publicación de la obra (1905) en que la publicación de estudios y otras interpretaciones que, en ocasiones, tienen más que ver con la filosofía, acompañadas de la erección de monumentos, confección de placas conmemorativas, o ediciones de superlujo, más destinadas al adorno que a otra cosa, han devenido en la obra reconocida y alabada que todos conocemos.

Así, en ese sentido, Avellaneda fue uno de los primeros que apreciaron la novela cervantina y quizá sin quererlo, apremió al autor a que escribiera la segunda parte, pues estaba enfrascado en su Persiles y Segismunda, cuando cayó en sus manos esta obra apócrifa y se vio impelido a escribir la continuación de su puño y letra, publicándola en 1615 y muriendo poco después. Quién sabe si no nos la habríamos perdido de no haber sido por esta contingencia.

Animo al lector a que se atreva con esta obra que nació maldita, que aunque por momentos pueda parecer algo lenta y en la que se nota que la pluma es otra, no desmerece en absoluto, no olvidemos que está escrita en pleno Siglo de Oro español y se ve que aquello debía marcar carácter en los coetáneos. Encontrará nuevos personajes, saboreará la ironía y el ingenio presentes en muchos pasajes y verá que es un libro divertido, con una nada despreciable calidad literaria y que sigue perfectamente, a veces de manera sorprendente, la línea argumental del Quijote de Cervantes.

TRECCE

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16 comentarios en “EL QUIJOTE DE AVELLANEDA – Alonso Fernández de Avellaneda

  1. Farsalia dice:

    Interesante reseña… lástima que el asunto Quijote me provoque repelús. Sin duda, una obra maestra de la literatura, pero no, gracias. Que te obliguen a leer este libro con 15 años en secundaria (los dos volúmenes) sólo logra que odies este libro. Traté de leer el texto de Avellaneda, pero no pasé de las 20 primeras páginas.

    1. Javi_LR dice:

      Yo sí me lo he leído, y me gustó mucho. De hecho, a ratos más que el primero de Cervantes. Es más picante, hay más humor, aunque quizá algo más grueso, más llano. Es una buena continuación del primer Quijote cervantino. De hecho, el segundo de los Quijotes de Cervantes, en algunas cosas, es la continuación de este (no se termina de entender la segunda parte de El Quijote sin Avellaneda). La locura del Quijote que Trecce nos trae es evidente, casi tanto como la del primer Quijote de Cervantes. Es en el segundo cuando esa demencia se hace más compleja.

      Por cierto, creemos muchas veces haber inventado algo cuando ese «algo» ya se ha usado muchas veces. ¿Queréis leer, como dice un amigo, el Matrix del principio del S. XVII?:

      Bien sea venido a nuestra ciudad el espejo, el farol, la estrella y el norte de toda la caballería andante, donde más largamente te contiene. Bien sea venido, digo, el valeroso don Quijote de la Mancha, no el falso, no el ficticio, no el apócrifo, que en falsas historias estos días nos han mostrado, sino el verdadero, el legal y el fiel que nos describió Cide Hamete Benengeli, flor de los historiadores.

      Es decir, un Quijote consciente de su propio personaje literario y de que existe otro Quijote falso, que va a Barcelona porque no quiere acudir a Zaragoza, que allí fue el «otro». Solo hubiera faltado decir que Cide Hamete Benengeli era escritor de ficción, no historiador, aunque creo que Cervantes los tuviese a la par en su cabeza.

  2. Lauso dice:

    Afortunadamente yo si lei el Quijote Cervantino ya entrado en años y por gusto propio, seguramente por eso me encantó, y por eso siempre he tenido gran curiosidad por el de Avellaneda, sin embargo se me habia olvidado; gracias Trecce por recordarmelo. Gran reseña, me gusto mucho.

  3. Arturo dice:

    Gracias, Trecce, también yo soy amante del Quijote (genial la «perla» que nos trae Javi; la verdad es que la segunda parte está bien servida de esos deliciosos juegos de identidades, tanto en los pesonajes como en los narradores) pero, como en el caso de Lauso, había pasado olímpicamente del del Avellaneda. Una omisión que, por lo que nos cuentas, conviene enmendar. Un abrazo.

  4. Galaico dice:

    Un servidor se ha leido El Ingenioso Hidalgo dos veces y disfruté como un enano aún releyéndolo porque es una obra maestra y no tiene desperdicio alguno y sus personajes están muy bien trazados. No digamos ya las absurdas aventuras en las que se embarca don Quijote, pese a las advertencias de Sancho. Me parece una buena reseña, eso sí, Trecce, pero donde estén el Quijote y Sancho originales no hay otro libro de aventuras y de caballería igualable a este.

  5. Os aconsejo que leáis los trabajos del profesor Alfonso Martín Jiménez, de la Universidad de Valladolid. En varios de ellos aclara la identidad de Avellaneda de forma muy convincente. Saludos.

  6. Vorimir dice:

    Yo sólo he leído capítulos del primero y una versión juvenil y resumida de los dos Quijotes de Cervantes (de unas 500 páginas) y lo que leí me dejó encantado. Quizás algún día decida leerlo todo entero. Del de Avellaneda no he leído nada, aunque conocía el momento Matrix como dice Javi. Copia o no, como ha comentado Trecce quizás tengamos la segunda parte del Quijote gracias a esta «no oficial».

  7. Trecce dice:

    Yo he leído el Quijote y, afortunadamente, de mayor y motu proprio, como de verdad se disfrutan las cosas.
    En cuanto a lo demás, no se trata de si uno es mejor, otro es peor. Nadie va a descubrir a Cervantes a estas alturas, las loas a su obra son, a más de merecidas, abundantes.
    Gracias a todos por vuestras opiniones y aportaciones.

  8. asiriaazul dice:

    Interesante reseña Trecce…quizá en el futuro caiga. Lo cierto es que me he leído tres veces la primera parte del Quijote,disfrutando de la historia,el dominio y riqueza del lenguaje del siglo de oro.por contra sólo he leído una vez la segunda, de más densa lectura,(y eso siendo adolescente),si bien tengo propósito de enmendarlo a medio plazo.Gracias a esta reseña me he acordado de que tengo su relectura pendiente.

  9. Akawi dice:

    Qué buen recordario amigo Trecce. Lo tengo que tener seguro, lo buscaré.

    Buena reseña por cierto.

  10. Magnífica reseña. En mi biblioteca poseo la ya vetusta edición del Quijote de Avellaneda en edición de Martín de Riquer. Sin embargo, mi más reciente contacto con esta obra fue la lectura de la novela «Ladrones de tinta», cuya trama básica radica precisamente en la búsqueda de la verdadera identidad de quien se ocultase con el seudónimo de Avellaneda para ajustar cuentas con Cervantes, a quien pretendía acusar (precisamente con esta segunda parte del Quijote) incluso de sodomita, pues de esta obra, magníficamente glosada por Trecce, me quedo con estos versos que sin duda son claramente intencionados: «Sus flechas saca Cupido /de las venas del Pirú/ a los hombres dando el cu / a las damas dando el pido».

    1. Javi_LR dice:

      Recuerdo en su día, cuando me leí este Quijote, que estuve un tiempo ojeando las teorías que hay acerca de quién se escondía tras «Avellaneda». El caso es que los versos que expone el malvado Monsieur de Villefort me han recordado un poco esas lecturas, en las que llegué a leer un sinfín de poemas cuya mala leche eran proporcionales a su calidad y que recomiendo a todo aquel que disfrute con el humor agudo y ácido. El caso es que una de las teorías (ver el estudio de José Luis Pérez López) que más me convenció fue la que ponía en el tapete el nombre de Pedro Liñán de Riaza, intimísimo de Lope de Vega y escritor mayúsculo.

  11. Muy bueno el artículo y, en general, los comentarios que ha suscitado. A quien esté interesado por saber quien es Avellaneda, le sugiero que busque en Google todos los artículos que he publicado sobre este tema en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, en Lemir, Anales Cervantinos, Tonos Digital, Etiópicas , y quizá en alguna otra revista. No tengo la menor duda de que Avellaneda es el poeta, escritor y autor de comedias aragonés (de Calatayud) Pedro Liñán de Riaza. Soy Antonio Sánchez Portero, y contestaré a todos los mensajes que reciba en mi correo: antonio@ladolores.eu

  12. xiadani dice:

    Concuerdo contigo Trecce, lindo e interesante artículo. Es verdad la obra de Fernández de Avellaneda no es poca cosa y vaya que se contrasta con la mejor obra univerdal de la novela moderna.
    Por otro lado, también coincido contigo, en que el Quijote apócrifo, aceleró a don Miguel de Cervantes, para concluir la segunda parte del Hingenios Hidalgo, pues seguramente de no ser así, nos hubiéramos quedado con un Quijote inconcluso y por supuesto, sin esté singular «Quijote apócrifo».

  13. Isabo dice:

    Gracias por todos los comentarios. En el año verano del 2016, a punto de jubilarme y después de años amarilleando en las estanterías los dos tomos del Quijote de la Ed. Gredos, senti llegado el momento de atreverme con su lectura. Me engancho de tal manera q tuve un verano inconscientemente cervantino y quijotesco en mis viajes y gracias a las nuevas tecnologías muy ligera de equipaje.
    Actualmente estoy metida en un curso de lectura comentada del Quijote, acabada la 1^ parte, vamos a por la 2^. No se ahora si lo q me gusta es el Quijote o Cervantes, de cuya biografía sabemos tan poco y q la siento tan clara en sus personajes.
    Fernando Arrabal escribió un libro «Un cautivo llamado Cervantes» con documentación, sobre bisabuelas, abuelas, padres, tía y prima, y su propia aportación, sacada de los juicios que tuvieron, que parece increible con lo poco q sabemos de el.
    Estoy de acuerdo con Antonio Sanchez Portero y muchos investigadores en que el autor del Avellaneda es aragones.

  14. Después de 5 años de investigación puedo decírselo, auque no le gustará..

    En 1605 salió la primera edición del Don Quixote. 10 Años más tarde Miguel de Cervantes i Saavedra entregó la segunda edición del Don Quixote a Francisco de Robles en 1615. En 1614 un tal Alonso Fernández de Avellaneda dejó publicar un falso Don Quixote.

    En el capítulo 8 de la primera parte del Don Quixote el autor confesa que él no es el verdadero padre de esta historia, sino el padrastro.

    El escritor se llama Cide Hamete Benengeli ! Si sea así, quitaré simplemente el nombre de Miguel de Cervantes. Queda Siren; las letras mudas no participan como la – e de Cide. La –b- y la –v- tienen el mismo sonido, de modo que también puedo quitarlas.

    Esto se llama esteganografía, escritura secreta. Es el juego del siglo 17 como tenemos hoy día el criptograma. Si valga, lo podré utilizar con Avellaneda??

    Ahora puedo tomar el resto del nombre de Miguel de Cervantes i Saavedra:

    Avellaneda menos – i Saavedra queda Siren II , o sea, pensado en Inglés: también del grupo de Siren (= Sirena, un grupo de escritores que se reunía cada primer viernes del mes en un mensón con el nombre “the Mermaid” = la Sirena en Londres). O, uno puede enterder : el segundo tomo del grupo del Sirenical Gentlemen, el grupo que acaban de instalar en 1603 en Londres bajo la dirección de Francis Bacon. Por eso.. la primera parte del DQ es también del grupo.. The Siraniacals..

    Con intención el grupo había escrito el falso Avellaneda sin profundidad, menos serio y con un mensaje que a nadie le gustaría: que al fin Don Quixote está condemnado al manicomio. Para que los dos partes del verdadero Don Quixote fueran mejores.
    Los nombres de los participantes del grupo están todos escritos en códigos en este Don Quixote apócrifo.. ( Lo explicaré.. si quiere saber más.. lea mi libro o pregúntemelo.. pero ya sé que no lo hará porque recibo solamente email lleno de ODIO)
    Bueno: Don Álvaro Tarfe es el seudónimo de Robert Cotton, el bibliotecario más importante de aquél entonces en Inglaterra. En esta biblioteca estaba el grupo para usar y consultar los libros que citan en el Don Quixote). ( Usted sabe que Cervantes no tenía tan buena educación, no había estudiado en la universidad, ni tenía una biblioteca, solamente tenía deudas. Por eso había vendido su nomre para sobrevivir) Cotton traducido en español es algodón, de modo que Don álvaro vale igual a algodón = o sea GO es inglés y quiere decir VA!! Usted va, = you go . Queda la –r- y Tarfe y Robert.. Letras mudas se puede quitar o añadir.. Tarfe= frater ( anagrama) con la -r- de álvaro. Brother= frater..

    Es un juego, pero solamente ahora muy en serio, para que sepa que «the history of the valorous and wittie Knight-Errant Don-Quixote of the Mancha»es original inglés, después traducido en Español, porque no querría el grupo que dentro de 100 años alguién se diera cuenta de este secreto. Porque tiene un secreto mucho más grande de esto para pasar al mundo.. El secreto es otra cosa.. ya sé que hasta ahora me detesta por escribirlo.. hasta la verdad es dura. Lo siento.

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