Foro de Hislibris

[Sança]

El ultimo adios de Kate Morton

Lo acabo de leer, tan interesante me ha parecido que buscaba cualquier rato libre para enfrascarme en el. Primera novela que leo de esta autora.

Bien tratada la neurosis de guerra, un daño colateral, que casi nadie cuenta cuando se habla de los heridos de guerra.

Me ha recordado a uno de los relatos de años anteriores en hislibris, que me produjo mas de una pesadilla. Si mal no recuerdo En el bando equivocado. En el que el protagonista dormia con una escopeta al lado y cuando despertaba de sus terribles pesadillas encañonaba a sus fantasmas, mientras la familia vivia aterrorizada de que le disparara a uno de ellos.
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Todos nosotros queremos renunciar a las armas. Pero a quien se hace oveja, el lobo se lo come, dicen en mi tierra.

[Tornado]

Terminado El gran dios Pan, empezando El pueblo blanco, ambos de Machen.
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¿Capitular?, yo no sé capitular, yo no sé rendirme. Después de muerto hablaremos de eso.

[Trecce]

LOS IMPRESCINDIBLES, Raimundo Castro


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Las pequeñas historias también hacen Historia
http://eldardodelapalabra.blogspot.com/

[vorimir]

Me lo estoy pasando pipa, se lee en un pis pas...


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La Torre de Vorimir

[INIGO]

Empezando...

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[Clodoveo11]

Ayante, Las Traquinias y Antígona, de Sófocles.

Obras culminantes del teatro griego, en las que los héroes reaccionan ante el destino de modo unívoco y fatal para ellos. Cada uno a su modo: Áyax, asumiendo su condición de proscrito tras ser víctima de la locura por su supuesta desmesura (al fin y al cabo, era una reacción lógica de un guerrero de honor frente a una deshonra, a saber, el birlamiento de las armas de Aquiles); Deyanira, luchando por no perder el amor de Heracles (otro desmedido) y Antígona, invocando el respeto a la ley tradicional frente al capricho "tiránico" (pero ley en definitiva, y en el fondo y en principio aplaudida por los tebanos).

Me pregunto, 25 siglos después, la intención pedagógica o moralista de estos dramas. El hombre aparece como muñeco del destino y los dioses, y su admirable toma de postura a la postre no resulta en apariencia demasiado práctica, aunque inevitable en el contexto en que vivían. Antígona hubiera incurrido en la ira divina (o "fantasmal") de no haber seguido los ritos pertinentes, pero echa a perder su felicidad terrena. Heracles reacciona ante las ofensas de Eurito pero atrae el fatal oráculo y sus consecuencias, siendo esclavo de su naturaleza. Salvo en clave comunitaria y política, en donde el hombre (y aún menos la mujer) no pueden vivir en deshonra respecto a los demás y al ordenamiento divino (ni apartarse de los demás y la ley al estilo cíclope), no resultan muy entendibles tales reacciones al hombre de hoy. Eso sí, conmueven la dignidad moral, su incorruptibilidad frente al sino y la fuerza de su personalidad, pero todo ello tristemente condicionado por las normas que les impone su cultura.

Respecto al teatro de Esquilo se observa una mayor modernidad: menos cantos corales, más ironía e incisividad en los diálogos y menos participación divina. Sófocles es un tradicionalista, respetuoso de la ley y los dioses, exaltador de la condición humana (canto de Antígona), pero no es un sofista: hay leyes y costumbres superiores a las que el hombre disponga por convención, y debe acatárselas sí o sí. De ahí lo perverso del sino, como comprobará Edipo y como les pasa a estos héroes que en el fondo despiertan más compasión que otra cosa.

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γνῶθι σεαυτόν... vaya, y sólo sé que no sé nada.

[Rodrigo]

Leídos, a modo de tándem, los escritos de Fredric Jameson sobre posmodernismo reunidos en El giro cultural (Manantial, 2000), y el ensayo de Perry Anderson, Los orígenes de la posmodernidad (Akal, 2016), que originalmente iba a ser una introducción para el libro de Jameson pero al autor se le alargó demasiado. Por suerte para los lectores, digo yo, porque el resultado es como un estupendo diálogo entre dos tipos con mucho caletre. Para los interesados en el tema de la posmodernidad, son trabajos clave, lisa y llanamente ineludibles.

[toni]

[David L]

Cosa rara en mí, pero estoy con dos libros a la vez:

Historia de los campos de concentración, de NIKOLAUS WACHSMANN.









Grandes batallas de la Guerra Civil Española, de Pablo Sagarra, Óscar González y Lucas Molina.


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En España la mejor manera de guardar un secreto es escribir un libro.”
―Manuel Azaña

[cavilius]

[Clodoveo11]

[Clodoveo11]

Los grandes sofistas de la Atenas de Pericles, de Jacqueline de Romilly.

Intimidatorio libro, sobre todo por la erudición que despliega, pero documentadísimo y exhaustivo, sobre el fenómeno de los sofistas y sus implicaciones para la filosofía y educación clásicas. No es que me haga mucha gracia leer autores franceses por la prevención que otras veces ya he comentado tengo sobre ellos, principalmente por lo retruecaneado de su argumentación y lo trabajosos que son para seguir, y esta señora, clasicista insigne, no resulta una excepción, pero no me he arrepentido de la lectura. La tesis general es la de presentar a los sofistas como aparentes grandes debeladores del conocimiento existente (lo que los convierte en filósofos de pleno derecho) para después rescatarlos en su plano de utilitaristas comunitarios preocupados en situar al hombre como ciudadano de pleno derecho merced a su racionalidad y los conocimientos de toda índole que ello supone. Y en el trasfondo general la consecución de una virtud política formada en el seno de las leyes y la justicia como referencias ineludibles.

La exposición de las doctrinas sofistas es transversal, lo cual aparentemente dificulta pero a la postre agradece la comprensión, más temática que por autores, y el cuadro que se obtiene es el de un movimiento de capital importancia para la conformación del hombre político del momento (con todas las implicaciones que ello suponía en un contexto tan social como el clásico) pero muy desconocido y deformado por su dependencia de las referencias platónicas sobre todo. Romilly sin embargo no extrema o no quiere extremar la radicalidad de estos autores (muy evidente en Antifonte o Trasímaco, p.ej), situándolos en un punto de intencionado equilibrio y armonía social entre la anarquía que sus propuestas suponen (sobre todo independizadas de la Naturaleza) y el peligro de las tiranías como sofocadoras de la democracia radical, muy patente en la Guerra del Peloponeso. Y es que eso supusieron sobre todo: de ahí que los platónicos criticasen más las amenazas que la retórica suponía en malas manos o la extravagancia que les adornaba que su posible implicación para la justicia política o la impiedad en los que, en el fondo, mantenían el statu quo heredado. Otros autores, como Solana Dueso y al que me referiré pronto, hacen interpretaciones algo alternativas de los hechos.

En resumen, libro muy recomendable para conocer qué significaron los sofistas y su importancia clave en su momento histórico y para la filosofía posterior. Pero ojo, no es un libro fácil y precisa de un buen conocimiento y referencia de los, por otro lado, escasas referencias sofistas (porque fragmentos directos ya no nos queda casi ninguno).

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γνῶθι σεαυτόν... vaya, y sólo sé que no sé nada.

[lantaquet]

Vientos del Pueblo. Miguel Hernández.
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—Vengo por un anticipo
—Creo que se ha confundido, es la oficina de al lado
—Disculpe, es mi primer día

[Clodoveo11]

Los sofistas: testimonios y fragmentos. Edición de José Solana Dueso.

Lo más jugoso del libro, obviamente referencial en su mayoría, son los comentarios y notas de José Solana donde se da una imagen de los sofistas bastante distinta a la de Romilly o la tradicional presentada por Platón y sus epígonos. Defensores de la democracia, el relativismo a ultranza, el ateísmo y fundadores de la filosofía humanista en su vertiente más socio-política, los sofistas resultan ser fundadores de la filosofía en su dimensión más completa (crítica a la ontología y la epistemología sobre todo), y la referencia para que Platón (Sócrates por medio y a su manera) y Aristóteles realizasen una crítica y establecimiento de su universo conceptual del conocimiento. El tono de Solana es crítico y denunciante de la imagen tergiversada que hemos heredado de tales sofistas: o quizá no tanto. Por un lado, ya hemos visto como Romilly los había situado en el marco de una determinada virtud, la utilitaria y política, y con pocas ganas de proyectarse a otros planos; por otro, es evidente que lo que hacen los "gigantes" posteriores es ir más allá de lo verosímil y relativo, que es lo que pretendían los sofistas básicamente, para buscar lo esencial y verídico, claro que con bases metafísicas. Los sofistas plantearon preguntas que después fueron mejor o peor respondidas por los sucesores, pero las plantearon. Y sobre todo reflexionaron sobre la relación del hombre con sus leyes respecto a la Naturaleza y las suyas, mientras que hasta entonces la naturaleza era un concepto independiente de la existencia humana.

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γνῶθι σεαυτόν... vaya, y sólo sé que no sé nada.

[caliban66]