Publicado: Dom Nov 02, 2008 5:31 pmTítulo del mensaje:
¡Hola!
He estado recopilando información acerca de este tema en los libros que he sacado ultimamente de la biblioteca. Lo que he encontrado es lo siguiente:
HISTORIA UNIVERSAL CONTEMPORÁNEA
Javier Paredes (coord.)
Vol.I: De las Revoluciones Liberales a la Primera Guerra Mundial.
Cap.5: Francia y la Europa Napoleónica, por Sonsoles Cabeza Sánchez-Albornoz (Universidad Complutense).
Oculto:
Pag.110:
La negativa del Emperador a firmar la paz impuesta por Austria, llevó a los aliados, a los que sumaron Holanda y Nápoles, a invadir Francia, y a Napoleón a reorganizar sus cuadros para batir por separado a sus enemigos. Los aliados entraron en París (marzo 1814) y el Cuerpo Legislativo y el Senado depusieron a Napoleón, que abdicó y se retiró a la isla de Elba. Se firmó el Tratado de París (junio), mediante el cual se restauró la monarquía borbónica y Francia quedó reducida a las fronteras de 1792. Sin embargo, en marzo de 1815 Bonaparte, aprovechando los conflictos que originó la monarquía absoluta de Luis-XVIII y las tensiones surgidas en el Congreso de Viena, volvió a Francia, iniciándose el período denominado de los Cien Dias.
La huída de Luis-XVIII y la entrada triunfal de Napoleón en París (marzo 1815) volvieron a unir a Europa en la séptima coalición, Waterloo (junio) fue la batalla definitiva. Bonaparte se rindió ante los ingleses, abdicó definitivamente y fue desterrado a la isla de Santa Elena donde murió en 1821. Se firmó la Segunda Paz de París (noviembre 1815) en la que Francia perdió su hegemonía militar; su gobierno quedó controlado por los embajadores de los países vencedores; se la obligó a ceder territorios controlados por los embajadores de los países vencedores; a pagar 700 millones de francos como indemnización, y a mantener tropas aliadas en el norte y el este de su territorio durante cinco años.
La caída de Napoleón significó el fin del primer ciclo revolucionario y el inicio de una nueva etapa: La Restauración.
Yo entiendo en esta exposición de los hechos que se toma 1815 como el fin del Imperio Napoleónico. Y para, quizá, reforzar esta idea, entre la bibliografía recomendada del capítulo se incluyen las siguientes obras (los comentarios son del propio libro):
Oculto:
- Bertaud, J.P., “Le Consulat et l’Emire. 1799-1815”; París, 1989 (Libro de clara exposición y muy útil).
- Rudé, G., “La Europa Revolucionaria. 1783-1815”; Madrid, 1974 (En esta obra el autor da una visión de Francia y de Europa antes, durante y después de la Revolución, considerando el Imperio como una etapa del proceso revolucionario).
- Soboul, A., “Le Premier Empire (1804-1815)”; París, PUF, 1973 (Uno de los estudios más completos sobre la época napoleónica).
En un apartado sobre las relaciones entre la Iglesia católica y el Imperio y las vicisitudes por las que pasó Pío-VII, menciona el siguiente libro, donde se indica el año 1914:
- García Villoslada, R. y Laboa, J., “Historia de la Iglesia Católica”, Tomo-IV: “Edad Moderna. La época del absolutismo monárquico (1648-1814)”; Madrid, BAC, 1991 (Muy interesante para conocer el fin del Antiguo Régimen y el período napoleónico).
Cap. 6: La Restauración y los Ciclos Revolucionarios de 1830 y 1848, por Alfonso Bullón de Mendoza y Gómez de Valugera (Universidad de San Pablo-CEU).
Oculto:
Pag. 113:
Antecedentes: Tras la salida de Napoleón hacia su exilio en Elba, los aliados procedieron a firmar la Paz con Francia, que trataron no fuese demasiado dura para que su coste no se convirtiera en una pesada carga para la monarquía recién instaurada. Francia se vio libre de pagar reparaciones de guerra, y se restablecieron las fronteras de noviembre de 1792, más una serie de territorios que suponían un total de 150 millas cuadradas y 450.000 habitantes.
Pag.118:
Sería inexacto afirmar que la Restauración fue un intento de dar marcha atrás en la historia volviendo a la situación anterior a 1789. Salvo muy contadas excepciones (España, los Estados Papales), la Europa del Congreso recogía parte de la herencia revolucionaria, como queda de manifiesto al mantenerse las desamortizaciones eclesiásticas, o al no devolver las tierras que habían sido ocupadas a los emigrados.
(…) En Francia, el Antiguo Senado de Napoleón había proclamado rey a Luís-XVIII, hermano del guillotinado Luís-XVI, a quien ofreció una Constitución que consagraba la soberanía popular; y que fue rechazada por el monarca. Sin embargo, mediante la Declaración de Saint-Ouen (2 de mayo de 1814), Luís-XVIII se comprometía a dar él mismo una Constitución. Este documento, publicado el 4 de junio bajo el título de Carta Constitucional, salvaguardaba el principio monárquico presentando las concesiones efectuadas como efecto de la libre voluntad del rey, único depositario de la autoridad. Salvado este principio, quedaban consagradas algunas de las principales conquistas de la Revolución, pues se reconocía la igualdad ante la ley, el derecho de la nación a aprobar sus impuestos y participar en la confección de las leyes a través de sus representantes, la libertad individual, de opinión y de religión, si bien el catolicismo era proclamado como religión del Estado. Además del poder ejecutivo, el rey tenía la iniciativa legislativa y elegía libremente a sus ministros, que no eran responsables ante las cámaras, sino ante él, por lo que no puede hablarse de un régimen parlamentario propiamente dicho.
(…)
A pesar de su aparente debilidad, las cámaras tenían más poder del que nunca habían alcanzado con Napoleón, y a lo largo de los años se fue consolidando su creciente influencia sobre la composición y la política del gobierno. La forma constitucional de Francia, con todas sus limitaciones, era algo muy distinto de una Restauración del Antiguo Régimen.
Pag.119:
Pese a lo benigno de sus términos, el Tratado de París no pudo menos de causar una honda decepción en un país que se había acostumbrado a la victoria. El fin del bloqueo supuso una invasión de mercancías inglesas, que provocó la ruina de numerosas empresas y el consiguiente desempleo, agravado por la paralización de las obras públicas. Pero sobre todo, el descontento se hacía sentir en las filas del ejército, del que habían sido separados miles de oficiales, cuyos servicios ya no eran necesarios.
Aprovechando esta coyuntura, Napoleón se fugó de la isla de Elba y desembarcó en Francia el 1 de marzo de 1815, acompañado por 700 hombres de su guardia. Las tropas enviadas contra él se unieron a sus filas, y el 20 de marzo hacía su entrada en París, abandonado por Luís-XVIII el día anterior.
En un intento de ganarse el apoyo popular, Napoleón publicó un Acta adicional a las Constituciones del Imperio muy influenciada por la Carta, que fue sometida a un plebiscito en el que se abstuvieron las tres cuartas partes de los electores.
Pag.113:
Congreso de Viena: La necesidad de resolver los múltiples problemas surgidos a lo largo del proceso bélico iniciado por la Revolución Francesa, dio lugar a que en la capital del Imperio austriaco se reunieran numerosos diplomáticos y jefes de Estado.
(…) La oportunidad fue aprovechada por Tayllerand para volver a incluir a Francia dentro de las grandes potencias Europeas. El 3 de enero de 1815, se firmaba una Triple Alianza por la que Francia, Austria e Inglaterra, se prometían apoyo mutuo contra cualquier atacante, y a la que posteriormente se unirían Baviera, Hannover y los Países Bajos. Ante esta amenaza Prusianos y Rusos se vieron obligados a ceder en sus posiciones (…).
El Congreso entró en una fase resolutiva que culminaría en 9 de junio de 1815 con la firma de los 121 artículos del Acta Final.
Pag.119:
La noticia (del regreso de Napoleón), recibida en medio del Congreso de Viena, causó la lógica inquietud en los aliados, que declararon a Napoleón fuera de la ley y se comprometieron a continuar la guerra hasta expulsarlo. Pero sus ejércitos no estaban preparados, y tan sólo las tropas inglesas de Wellintong y las prusianas de Blücher estaban lo suficientemente cerca del enemigo como para suponer una amenaza.
(…) Tras un par de acciones afortunadas (de Napoleón), el 18 de junio atacó en Waterloo a las tropas de Wellington. A los cien días de su salida, Luís-XVIII hacía de nuevo su entrada en París, y poco después Napoleón se entregaba a los ingleses y era confinado en la isla de Santa Elena, donde permaneció hasta su muerte, acaecida en 1821.
Las condiciones del segundo Tratado de París (20 de noviembre de 1815), no fueron ni con mucho, tan suaves como las del anterior. Francia perdía las ventajas territoriales conseguidas en 1814 y se veía obligada a pagar una fuerte indemnización de guerra. Y si las condiciones no fueron aún más duras se debió a la firme postura de Luís-XVIII, que amenazó con abdicar.
Igualmente en la bibliografía del capítulo se pueden encontrar las siguientes obras:
Oculto:
- Crawlwy, C.W., “Relaciones Internacionales 1815-1830”, en “Historia del Mundo Moderno”, Tomo-IX; Barcelona; Sopena; 1980.
- Gulick, E.V., “La coalición final y el Congreso de Viena (1813-1815)”, dentro del mismo tomo anterior.
- Droz, Jacques, “Restauración y Revolución, 1815-1848”; Madrid, Siglo XXI; 1988.
- Koselleck, Reinhart, “La Restauración y los acontecimientos subsiguientes (1815-1830)”, en VVAA, “La época de las Revoluciones europeas, 1780-1848”; Madrid, Siglo XXI; 1985.
LA ERA DE LA REVOLUCIÓN (1789-1848)
E.J. Hobsbawm.
Cap.4: La Guerra.
Oculto:
Hobsbawm hace un estudio algo más complejo, buscando el origen y las causas del período. Así empieza por afirmar en este capitulo que “Desde 1792 hasta 1815 hubo guerra en Europa, casi sin interrupción, combinada o coincidente con otras guerras accidentales fuera del continente”.
Para él “dos clases muy distintas de beligerantes se enfrentaron a lo largo de aquellos veinte años y pico de guerra: poderes y sistemas. Francia como Estado, con sus intereses y aspiraciones, se enfrentaba (o se aliaba) con otros Estados de la misma clase, pero, por otra parte, Francia como revolución convocaba a los pueblos del mundo para derribar la tiranía y abrazar la libertad, a lo que se oponían las fuerzas conservadoras y reaccionarias. Claro que después de los primeros apocalípticos años de guerra revolucionaria las diferencias entre estos dos matices del conflicto disminuyeron”.
Continua explicando que “A finales del reinado de Napoleón (no indica fecha), el elemento de conquista imperial y de explotación prevalecía sobre el elemento de liberación donde quiera que las tropas francesas derrotaban, ocupaban o anexionaban algún país, por lo que la guerra entre las naciones estaba mucho menos mezclada con la guerra civil internacional (domesticada en cada país). Por el contrario, las potencias antirrevolucionarias se resignaban a la irrevocabilidad de muchas de las conquistas de la Revolución en Francia, disponiéndose a negociar (con ciertas reservas) tratados de Paz como entre potencias que funcionaban normalmente más bien que entre la luz y las tinieblas”.
Y un párrafo con el que continúa y que es importante para el debate que tratamos: “Incluso a las pocas semanas de la primera derrota de Napoleón se preparaban a readmitir a Francia como un igual en el tradicional juego de alianzas, contraalianzas, fanfarronadas, amenazas y guerras con que la diplomacia regulaba las relaciones entre las grandes potencias. Sin embargo la doble naturaleza de las guerras como conflicto entre Estados y entre sistemas sociales permanecía intacta”.
Continúa explicando Hobsbawm que “Francia contaba con la ayuda de las fuerzas revolucionarias en el extranjero” pero que “también los antifranceses”. Y más abajo dice que: “Hablando socialmente, pues, no es demasiado exagerado considerar esta guerra como sostenida por Francia y sus territorios fronterizos contra el resto de Europa”, pero que “en términos de las anticuadas relaciones de las potencias, la cuestión era más compleja. Aquí el conflicto fundamental era el que mediaba entre Francia e Inglaterra”.
Explica Hobsbawm que en un principio “la coalición antifrancesa era sobre el papel mucho más fuerte que los franceses, al menos inicialmente”, pero a pesar de ello, las victorias fueron al principio, francesas. Explica este hecho, entre otras razones por la juventud de los oficiales franceses (una media de entre los veintiséis y los treinta y siete años) frente a los más de 60 años con los que contaban 79 de los 142 generales prusianos en 1806.
Para el final del periodo que nos ocupa Hobsbawm dice: “La coalición final contra los franceses se formó no sólo con sus antiguos enemigos y víctimas, sino con todos los impacientes por unirse al carro del que ahora se veía con claridad que iba a ser el vencedor: solo el rey de Sajonia aplazó su adhesión para más tarde. En una nueva y feroz batalla, el ejército francés fue derrotado en Leipzig (1813), y los aliados avanzaron inexorablmente por tierras de Francia, a pesar de las deslumbrantes maniobras de Napoleón, mientras los ingleses las invadían desde la Península. París fue ocupado y el emperador abdicó el 6 de abril de 1814. Intentó restaurar su poder en 1815, pero la batalla de Waterloo, en junio de aquel año, acabó con él para siempre”.
Más adelante afirma que “Los cambios en las fronteras, leyes e instituciones gubernamentales fueron nada comparados con un tercer efecto de aquellas décadas de guerra revolucionaria: la profunda transformación de la atmósfera política (…) En 1815 una actitud completamente distinta hacia la revolución prevalecía y dominaba en la política de las potencias”.
En el análisis de las consecuencias que sigue a estas líneas Hobsbawm varía las fechas, según el acontecimiento que analice y las cifras que ofrece. Así habla de época de hambre entre 1811 y 1817; cifras de llamamientos a filas entre 1800 y 1815; créditos para sostener ese ejército entre 1813-1814; pérdidas de las flotas entre 1793 y 1815; devaluaciones monetarias hasta 1817; gastos gubernamentales hasta 1815; inflación hasta 1818; obtención de riquezas de indias por Francia entre 1805 y 1812; etc. que no ayudan a la concreción del periodo.
En la Bibliografía he podido encontrar estas obras que incluyen fechas:
Oculto:
- J.S. Bromley y A. Goodwin (Oxford, 1956): “A Select Listo f Works on Europe anda Europe Overseas, 1715-1815”.
- F.B. Artz, (1934); “Reaction and Revolución, 1814-1832”.
- Volúmenes IV y V de “Histoire des relationes internationales”, el primero de A.Fugier hasta 1815 y el segundo de P. Renouvin, de 1815 a 1871. Ambos publicados en 1954.
Martínez de Sas, Mª Teresa; “Las Claves de la Restauración y el Liberalismo. 1815-1848”; Edit. Planeta; Barcelona; 1990; ISBN: 84-320-9213-4.
Paniagua, Javier; “La Europa Revolucionaria (1789-1848)”; Biblioteca Básica de Historia; Edit. Anaya; Madrid; 1989; ISBN: 84-207-3442-X
Oculto:
El nombre de Restauración se puede aplicar, de forma genérica a unos años de la Historia de Europa que discurren entre 1814 y los Movimientos Liberales de 1830. Estos quince años de la Historia de Europa (1814-1830) vienen caracterizados en el terreno político por la Restauración del Principio Monárquico y la vuelta de las antiguas Monarquías derrocadas por Napoleón. A la superficial lectura de un principal objetivo, sustituir la obra de la Revolución Francesa por las Monarquías Restauradas, hay que añadir que de lo que se trataba, probablemente en la mayoría de los casos, era de preservar la herencia napoleónica, prescindiendo de Bonaparte, y encubriendo los nacientes Liberalismos y Nacionalismos, con unas Monarquías a la antigua usanza. Así, más que una Restauración, es una época de transición y adaptación (de lo que conviene) de la herencia revolucionaria.
El Congreso de Viena (entre Septiembre de 1814 y el 9 de Junio de 1815). Reunidos en el Congreso de Viena, se condenaron las ideas de la Ilustración como propias de francmasones y apoyaron las tradicionales costumbres políticas y sociales. El alma del Congreso fue el Canciller Austriaco Metternich, quien elaboró prácticamente todas las cláusulas de la nueva realidad política (un total de 121 artículos). Su objetivo era el Sistema de Equilibrio: Equilibrio interno de los Estados (evitar las fuerzas internas destructivas) y Equilibrio externo de los mismos (sometiéndose a una comunidad supranacional). Entre la derrota de Napoleón y la Guerra de Crimea (1854-1856) no volvió a sucederse ninguna guerra general europea en la que las grandes potencias se enfrentaran en el campo de batalla. En realidad, aparte de la Guerra de Crimea, no hubo entre 1815 y 1914 alguna guerra en que se vieran envueltas más de dos potencias.
Bueno, mi opinión, tras leer estos extractos que os he copiado es que muy pocos autores abogan por que el Imperio de Napoleón acaba con su abdicación de 1814, y los que lo hacen, lo es con cierta intención "purista", ya que los cien dias en los que volvió al poder, aunque se reinplanta el Imperio, lo hace con unas modificaciones sustanciales que le diferencian del anterior, y que podría denominarse, en propiedad, "Periodo de los Cien Dias".
Ahora bien, esto no significa que tenga que ser entendido así en la realidad que se vivió en esas épocas, y de hecho, es de esta manera como lo consideran la mayoría de los historiadores. El periodo del Imperio Napoleónico acaba en 1815 con la definitiva abdicación de Napoleón, pero no exactamente por este hecho, sino por las resoluciones tomadas en el Congreso de Viena, las sanciones a las que se somete a Francia en el Segundo Tratado de Paz de París, y la nueva realidad a la que se enfrenta Europa desde entonces.
Publicado: Lun Nov 03, 2008 3:29 pmTítulo del mensaje:
¡Hola!
Para ver si se sigue con el tema.... (que parece que no....) incluyo una frase que he encontrado en el libro "El Oficio de Historiador" de Enrique Moradiellos:
"... Ese novedoso planteamiento historiográfico fue potenciado por la nueva concepción del tiempo y la historia que posibilitaron las hondas transformaciones de Europa durante más de veinticinco años, entre el inicio de la Revolución Francesa de 1789 y la caída del Imperio Napoleónico en 1815".
Registrado: 02 Jul 2007 Mensajes: 4327 Ubicación: Barcelona
Publicado: Lun Nov 03, 2008 3:50 pmTítulo del mensaje:
Pues yo tambien. Y mi profesora debería estarlo
Bueno, yo seguiré diciendo que acabó en 1815 porque en todos los ensayos que he leído se cita como el final del imperio que por algo lleva su propio nombre. _________________ He vueltoooo!
Publicado: Lun Nov 03, 2008 4:50 pmTítulo del mensaje:
en todo caso, Corqui, lo peor, peor que puedes hacer es coregir a un/a profe, te lo digo por experiencia; arrastras durante toda tu vida académica un resonete de resabidillo/a que te mueres, y ellos (los profes) te odian en secreto.... _________________ "Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro."
Albert Einstein
Registrado: 10 Dic 2007 Mensajes: 2465 Ubicación: En mi escaño del senado, el romano claro...
Publicado: Lun Nov 03, 2008 6:07 pmTítulo del mensaje:
...Yo conozco a algunos franceses para los que el imperio todavía no ha terminado... incluso... _________________ "Feliz el pueblo cuya historia se lee con aburrimiento."
Montesquieu
Registrado: 14 Sep 2008 Mensajes: 1562 Ubicación: Más allá del bien y del mal...
Publicado: Lun Nov 03, 2008 6:29 pmTítulo del mensaje:
marbenes escribió:
en todo caso, Corqui, lo peor, peor que puedes hacer es coregir a un/a profe, te lo digo por experiencia; arrastras durante toda tu vida académica un resonete de resabidillo/a que te mueres, y ellos (los profes) te odian en secreto....
Oculto:
Algo parecido me sucede con un lindo gatito...
_________________ "En Sila duermen un zorro y un león... y es mucho más peligroso el primero"
Registrado: 14 Sep 2008 Mensajes: 1562 Ubicación: Más allá del bien y del mal...
Publicado: Lun Nov 03, 2008 6:31 pmTítulo del mensaje:
farsalia escribió:
Aunque, inevitablemente, el bachillerato termina en algún momento, así que...
Yo sólo te recomendaría, Corcontas, no hacerlo en medio de la clase, sino en un aparte.
Tal vez, en el velatorio de la profesora en cuestión... sería lo más prudente. _________________ "En Sila duermen un zorro y un león... y es mucho más peligroso el primero"
Registrado: 02 Jul 2007 Mensajes: 4327 Ubicación: Barcelona
Publicado: Lun Nov 03, 2008 10:51 pmTítulo del mensaje:
Gracias por los consejos. Aunque parezca mentira yo tambien lo sé por experiencia. Aún queda en mi mente una disputa con una profesora de música a la que reproché darnos a la clase un tono no adecuado para cantar y estubimos dos años picados.
Este año, se me escapó otra cosa en medio de clase y tambien se enfadó conmigo. je, je
Pero esta profesora de histria ya saba mas como soy y que no lo hago para corregirla sino para... ... para... No sé que decir.. _________________ He vueltoooo!
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Algo parecido me sucede con un lindo gatito... 
