Foro de Hislibris

[Ireth]

[Derfel]

Ya te ha caído la primera, Karacalla...
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ABSTÉNGASE DE CONTESTAR ESTE MENSAJE CON EMOTICONOS (excepto clásicos). GRACIAS.

[Ireth]

Es que él se las va buscando...
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"Je suis fou de Chocolate Lanvin!" (Salvador Dalí)

[Derfel]

[Ireth]

Hay que darle una oportunidad al hombre.
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"Je suis fou de Chocolate Lanvin!" (Salvador Dalí)

[karateka]

También hay excepciones al aforismo de mi abuelo. Se de cierta chavalilla que pesa 43 kilitos en 1.65 de estatura, que cuando se quita un pantalón no lo lava, lo tira directamente.
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Todos los aduladores son mercenarios, y todos los hombres de bajo espíritu son aduladores.
Aristóteles

[karateka]

[karateka]

[Derfel]

Serás sobón...
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ABSTÉNGASE DE CONTESTAR ESTE MENSAJE CON EMOTICONOS (excepto clásicos). GRACIAS.

[Ireth]

Mientras no salgan a colación los aforismos de tu abuelo, todo irá bien.
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"Je suis fou de Chocolate Lanvin!" (Salvador Dalí)

[karateka]

[Laya]

Pregunta: cómo un hilo que se titula tremendos acontecimientos puede acabar en tremenda tirada de tejos?
Tendrá algo que ver con que ha entrado Karateka?

Y por cierto, Derfelio, qué le has hecho a tu vikingo para que se convierta en rata ilustrada?
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I am half-sick of shadows - said the Lady of Shalott

[karateka]

[Laya]

Pues yo estoy segura de que Ireth tiene chichones.
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I am half-sick of shadows - said the Lady of Shalott

[Koenig]

Buenos días

Al hilo de los recientes acontecimientos me ha dado por darle vueltas al asunto de las “trifulcas” en los foros. Lo que sigue son “cagadas mentales” (con perdón por la expresión), seguramente mal fundamentadas y posiblemente sin razón, pero que queréis que os diga, el aburrimiento es una cosa terrible.

El caso es que obviando los foros en los que las “trifulcas” son mas que bienvenidas y que funcionan a base de ellas, hay foros, blogs, páginas, etc, etc, etc que tienen una vocación de pacífico y tranquilo intercambio de ideas. Y en los cuales, sin embargo, periódicamente, se da algún tipo de discusión o enfado que se sale de tono.

Es cierto que está en la naturaleza humana discutir, el conflicto, que somos protestones por naturaleza, que nos “enfadicamos” porque somos así. Pero aún así, he tenido ocasión de asistir a discusiones y actitudes por internet que no se darían nunca en una reunión de conocidos para tratar estos temas cara a cara.

Casi siempre achacamos esto a las limitaciones de la palabra escrita. Ciertamente, cara a cara podemos aprovecharnos del lenguaje gestual, facial, la entonación, el brillo de los ojos y miles de sutiles pistas mas para saber “de que va” la persona que tenemos enfrente. Siempre que hay una de estas”trifulcas” en un foro se llega a la misma conclusión. A saber: que como debemos limitarnos al estricto lenguaje escrito es mas fácil malinterpretarnos. Pero entonces, si lo sabemos ¿Porqué siguen sucediendo estas cosas? Si yo sé que el lenguaje escrito es limitado ¿Porqué se me levanta el humor cuando leo determinadas cosas? ¿No será que al calor del momento se me olvida que estoy interpretando un simple texto escrito, normalmente corto y poco explicado, y dando por sentado que mi interpretación es correcta y ofensivo el significado?
Pero ¿Al calor de que momento? Porque una de las ventajas de internet es precisamente que no es una conversación inmediata la que estamos teniendo, en la que debemos contestar con premura a nuestro interlocutor, sino que disponemos de tiempo, minutos, horas, días, para fraguar la respuesta que queremos. Así pues no puede ser válida la excusa del “calor del momento”. Si leo y me considero ofendido ¿No sería mas sensato esperar y darle vueltas que soltar mi contraataque contra una ofensa que, tal vez nunca tuvo lugar de forma intencionada?

Porque, si ya sabemos que estos “post” escritos son limitados en lo que a capacidad de comunicación se refiere ¿Porqué preferimos considerar que hay una intención ofensiva en el comentario antes que otras opciones? ¿Realmente se ha querido ofender? Ante la duda, creo que tenemos mas tendencia a contestar afirmativa que negativamente a la pregunta. Y es una lástima. A lo mejor en estos casos nos falta la frialdad de la objetividad. Se puede alegar que es una cuestión de carácter. Todos somos como somos. Pero no debemos olvidar nunca que los demás no tienen la culpa de que seamos como somos y es nuestra obligación controlar nuestro carácter y nuestras emociones, que por cierto es una de las cosas en las que nos diferenciamos de los demás animales.

El caso es que, sacado el tema, todos somos conscientes de los dos puntos antecitados: que el medio de comunicación, escrito, es limitado y que por ello debemos tratar de buscar la interpretación mas positiva de lo escrito. Y sin embargo, no lo hacemos. Nos adentramos en los malentendidos como si no supiéramos que pueden tener lugar, y acabamos en una “trifulca”.

Tal vez esto sucede porque el mundo de internet es diferente. Tal vez mas que personas somos “cibersonas”, y las “cibersonas” reaccionan de distinta manera que las personas. Tal vez podemos enfadarnos porque, como no nos conocemos, no hay consecuencias. Porque es cierto que aunque algunos nos hemos visto, no nos conocemos. Conocerse es mucho mas complejo que unos arroces y unas cervezas, por muy agradable que ello sea. Aunque también es cierto que por ahí se empieza.

Y si no nos conocemos ¿Qué sabemos unos de otros? Sabemos lo que la experiencia nos va mostrando a través del trato diario. Los hay muy serios y nada serios. Los hay muy profundos o muy superficiales. Los hay muy ignorantes o muy sapientes. Los hay que se expresan muy bien y que se expresan fatal...etc. Y por supuesto hay toda una variada gama de grises. Pero esto que sabemos ¿Lo sabemos de la persona o de la “cibersona”? Personalmente creo que lo sabemos de las “cibersonas”, y lo que sepamos de las personas depende de lo que esta se parezca a la “cibersona”.

Y ahora que he llegado a la conclusión de que no nos conocemos, es hora de ir tomando un analgésico. Enhorabuena al que haya llegado hasta aquí, yo estoy a punto de dejarlo.

El caso es que a pesar de no conocernos realmente (insisto que lo que conocemos es a la “cibersona”, y eso después de mucha práctica, cosa que no tienen los que llegan nuevos a los sitios) ¿Porqué nos tratamos como si fuéramos grandes amigos? En aras del “buen ambiente” en los foros tenemos tendencia a actuar como si fuéramos todos los mejores amigos, incluso familia, y no es así (salvo algunas honrosas excepciones).

Tal vez el resultado de esto sea que en cuanto nos llevamos lo que pensamos que es un revés, un comentario arisco, una “bordería”, rapapolvo, bronca, diferencia de opinión vehementemente expresada o similar, se nos derrumba el “buen ambiente”. Parece que nuestro ánimo, cómodamente instalado en el calor de la amistad y a camaradería (ficticios en muchas ocasiones), se ve repentinamente enfrentado a la duda, a la pérdida de ese calor, a la realidad tal vez de que dicha camaradería es entre “cibersonas” y no entre personas. Entonces hay una especie de desmoronamiento. Sentimos que nuestras dotes de persuasión no son tan grandes, que nuestra razón no es tan compartida, que nuestra capacidad de transmisión es limitada, que lo que nos gusta no gusta, que no nos entienden (y digo sentimos, porque a veces es así y a veces no). De ser todo maravilloso pasamos entonces a la decepción, y nuestra reacción, lógica pues tras la “cibersona” hay siempre una persona real, es sentirnos dolidos, y enfadarnos. Se arma entonces la “trifulca”. Y algo de razón debo de tener, porque curiosamente no suelen armarse estas trifulcas entre quienes se conocen, de verdad, fuera de los foros.

Para ser positivo. Soluciones que se me ocurren. Para evitar el problema ninguna. Para mitigarlo, tal vez en este moderno mundo de internet pudieran ser útiles las decimonónicas normas de cortesía. Aquellos “si a usted no le importa”, “permítame usted la intervención”, “ruego a usted”, “discúlpeme usted si mi comentario pudiera ser ofensivo”, “pido a usted me aclare su comentario”, “ya le mandaré a usted mis padrinos... ¿??¿”.

En resumen, la vieja historia de hablar y dejar hablar. Pero en este caso escribir y dejar escribir. Un chiste a tiempo es una delicia, igual que un comentario bien expuesto y colocado, pero como la vida es mucho mas que eso, el ejercicio de la paciencia es un buen antídoto para aquello que nos disgusta. Nos falta la personalidad para obviar determinados comentarios, tenerlos por no dichos y seguir adelante, nos falta la educación de solicitar amablemente, en claro o, mucho mejor, mediante un mensaje privado, la oportuna aclaración si pensamos que nos han ofendido, nos falta la presencia de espíritu de solicitar amablemente a los demás que no nos interrumpan, si nos consideramos interrumpidos en una conversación, y la educación de disculparnos por interrumpir, si a toda costa queremos intervenir, nos falta la fuerza de sonreír ante una humorada, ya sea esta a destiempo o con razón y nos falta la coherencia de otorgar a los demás el respeto que consideramos merecer.

Que todo esto encorseta mucho el foro. Tal vez, pero menos que los enfados. Y es que nada es perfecto en este mundo.

Opino, hoy mas que nunca.

Y saludos.

Koenig.
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Tarde o temprano, tenía que volver. ¡Gracias!