Foro de Hislibris

[BUSTAMANTE]

Hola amigos foristas de libros de historia.
Mi nombre es Enrique Rovira, desconocía este foro y quiero presentaros mi primera novela.
1898: La invasión de Puerto Rico.
Publicada por EDITORIAL CANCHALES en septiembre 2012. 220 páginas.
No soy muy ducho en internet, intentaré subir la portada y una reseña que apareció en septiembre en la revista HISTORIA DE IBERIA VIEJA.
De momento os pongo el resumen, luego intentaré insertar el resto.
De todas formas se puede ver la reseña citada y dos articulos sobre el libro en la web:www.laguerradel98.com

1898: LA INVASIÓN DE PUERTO RICO

Julio de 1898, los Estados Unidos invaden una provincia autónoma, la siempre fiel Isla de Puerto Rico, un territorio cuya población se profesaba española. La Navy poseía una superioridad abrumadora, pero el cuerpo expedicionario desembarcado tenía unas fuerzas comparables a las tropas de guarnición del Ejército de Puerto Rico. Durante los veintitrés días que duraron los combates, la Army, sin hallar resistencia, ocupó la mayor parte de la isla. Aquí no se pudo alegar que los barcos fueran de madera, ni que los cañones no alcanzaran. No hubo Don Quijotes rompiendo sus lanzas contra los molinos de viento. La disculpa fue que hubo contubernios, maquinaciones que dirimían el resultado de las operaciones lejos de los campos de batalla, en fin, este confuso episodio de la historia de España ha convenido conservarlo en la oscuridad.

[Rosalía de Bringas]

¡Bienvenido Bustamante!
Y felicidades por una novela, con un tema tan interesante ('')
Te deseo mucho éxito y espero que sigamos leyéndonos por aquí.

[BUSTAMANTE]

[img]http://URL=http://imageshack.us/photo/my-images/202/portadabq.jpg/][/URL][/img]

[BUSTAMANTE]

Lo anterior me quedó muy grande, no soy experto, intentaré colgar una reseña aparecida en la revista "Historia de Iberia Vieja" en el num 87, de octubre 2012. Espero que quede legible.

[img]http://[/img]

[BUSTAMANTE]

Este libro está basado principalmente en dos fuentes. Una, el libro del Capitán Ángel Rivero Méndez, “Crónica de la Guerra Hispanoamericana en Puerto Rico” del año 1922. Este extenso libro es un trabajo muy completo, pero que puede en ocasiones resultar frustrante, porque a menudo usa la coletilla; “Esto no se puede contar, porque el protagonista sigue vivo…”. He pretendido rellenar esos huecos y lo he hecho basándome en los Expedientes Personales de los oficiales que hicieron la campaña, legajos que se custodian en el Archivo Histórico Militar del Alcázar de Segovia. Ha sido un trabajo apasionante, pero que casi me ha costado la vista, porque todos los expedientes (unos 50) están escritos a mano, en ocasiones con letrujas difícilmente desentrañables.

[BUSTAMANTE]

[url=http://laguerradel98.com/prensa.php]

No se si habré hecho bien el enlace, pero si así fuera, en este enlace podréis leer tres articulos sobre el libro.

[BUSTAMANTE]

Perdonar que os haya mandado la presentación como a píldoras, pero soy hislibrero nuevo. Adjunto una presentación que he encontrado, quizás es lo primero y único que debía haber colgado.

[img][/img]

[BUSTAMANTE]

Para facilitar el conocimiento de esta obra por parte de los hislibreros de cara a los PREMIOS DE LITERATURA HISTORICA HISLIBRIS, el libro; “1898. LA INVASIÓN DE PUERTO RICO” se podrá adquirir con un descuento del 50% (8€ más gastos de envío) en la web www.laguerradel98.com
Esta oferta será válida mientras dure la primera fase del concurso, esto es hasta el 21 de febrero y para beneficiarse de ella únicamente habrá que indicar en su email de pedido, que se pertenece a la comunidad HISLIBRIS.

[juanrio]

Bustamante, esto es llegar y besar el santo. Enhorabuena por todo y gracias por el detalle.
_________________
"Soy el hombre delgado que no flaqueará jamás"

Pedro Casariego

«Quien se arrodilla ante el hecho consumado, es incapaz de afrontar el porvenir» (León Trotsky).

[BUSTAMANTE]

Gracias Juanrio y antes Rosalia.
Voy a pegar aqui, espero que al administrador no le parezca mal, el primer capítulo del libro, que es muy corto.

1898: LA INVASIÓN DE PUERTO RICO

Capítulo 1

EL ALCÁZAR DE SEGOVIA

Nota del autor

La mañana estaba brumosa, al punto que me había perdido por las callejuelas del casco viejo de Segovia. La niebla parecía obstinada en confundir a los escasos transeúntes. Cuando aparqué en la explanada del Alcázar, observé con desilusión que la torre del homenaje no se distinguía. Una pareja de japoneses se fotografiaba en la puerta con fruición, ignorantes del espectáculo del que la niebla les estaba privando. La magnífica mole del Alcázar, dibujada sobre la soledad del páramo castellano.
Atravesé el puente levadizo, no sin antes advertir cierto vértigo. No acababa de acostumbrarme a la profundidad de aquel foso, que debió, en su momento, hacer aquella fortaleza inexpugnable. Indiqué al portero que me dirigía al Archivo Histórico Militar y éste hizo girar el torno con desgana. Eran más rentables los turistas. Cuando penetré en el patio de la fortaleza me sentí trasportado a la Castilla de los Trastamara, un guerrero a caballo me ensartaba con su lanza. Recobré el aplomo, aquel caballo era de madera y su jinete un simple maniquí con armadura medieval.
Me separé de la corriente de japoneses y atravesando un cartel de prohibido el paso, ascendí las escaleras que conducían al Archivo Histórico Militar. El Subteniente Puente me saludó afable, encima de una mesita ya me tenía preparado el único expediente que yo había solicitado para aquella mañana: Nada menos que el del General Jefe del Estado Mayor del Ejército de Cuba, un voluminoso paquete atado con una cuerda, algo como si un cliente de una tienda de discos hubiera pedido las obras completas de Manolo Escobar, aquello no habría manera de digerirlo.
Luis Manuel Pando Sánchez, teniente general, Jefe del Estado Mayor del Ejército de Cuba, nada más y nada menos que la mano derecha del General Blanco, el último capitán general de Cuba. Allí estaba su expediente personal, un hombre con prestigio de general guerrero, al estilo de Weyler o Polavieja, aunque realmente en aquel expediente no hubiera nada excepcional, su carrera militar había sido más bien anodina. Sin embargo, algo debía tener un hombre que había conseguido el empleo de teniente general -la más alta graduación del Ejército Español- a los 47 años.
En su Hoja de Servicios, el 12 de junio de 1898 venía una anotación llamativa. El General Blanco le ordenaba salir de Cuba en misión reservada. Aquello me chocó, hasta el punto que tuve que levantarme del pupitre para tomar aire. Observé por la ventana de la torre que la niebla empezaba a disiparse y ya se percibía el páramo castellano. No tenía sentido, España estaba en guerra con los Estados Unidos desde el 25 de abril… ¿Cómo era posible, que el general que debía conducir aquella campaña, recibiera orden de abandonar su ejército para realizar una misión reservada en el extranjero?
Su Hoja de Servicios sólo volvía a reseñar que Pando retornó a Cuba el 18 de agosto. ¡Pero si se había perdido la guerra! Ahora sí que tuve que salir a tomar el aire al patio del castillo, donde una pareja de japoneses me pidió que les sacara una foto junto a un mortero del 21. ¿Cómo podía ser eso posible? La guerra concluyó el 13 de agosto de 1898. La isla de Cuba había sido invadida y había capitulado, pero no había constancia histórica que el general en jefe del ejército hubiera estado ausente.
Profundicé en el expediente, el resto eran unos legajos sobre ascensos, traslados, bajas por enfermedad, hasta que apareció… Un informe a mano, escrito por el propio General Pando, sobre una misión reservada en el extranjero: Respiré hondo y abrí el cuadernillo, que a poco se deshace en mis manos, ciento diez años de historia nos contemplaban.
El General Pando y el Comandante Donoso Cortés salieron de Cuba en misión reservada el 20 de junio… ¡Increíble, los norteamericanos habían invadido el 22 de junio, justo cuando más precisa era su presencia, el general en jefe estaba ausente! Además, Donoso Cortés fue un oficial que estuvo negociando con Máximo Gómez, general en jefe del ejército revolucionario mambí, hasta que estalló el “Maine”… ¿A dónde se dirigieron? El informe ológrafo decía que a Belice, la letra de Pando no era fácilmente legible, luego que había estado en Monterrey. ¿Monterrey? Esa ciudad mejicana no tiene acceso al mar. Desplegué sobre mi pupitre un plano del Caribe, por suerte aquella mañana yo estaba sólo, bajo la atenta mirada del Subteniente, en la Sala de Investigadores. No, no era Monterrey, era Montego Bay, el segundo puerto en importancia de Jamaica, después de Kingstown. Desde Jamaica, el General Pando se dirigió a Hampan… ¿Hampan? Por más que yo escudriñaba mi plano del Caribe, no encontraba ningún puerto llamado Hampan… A no ser… Sí, no era Hampan, sólo podía ser Tampa, estaba claro, ponía Tampa, el jefe del estado mayor había estado en Estados Unidos durante la guerra entre España y los Estados Unidos, precisamente en Tampa, la sede del cuartel general del Generalísimo Miles…
Me despedí del Subteniente y descendí las escaleras, el sol brillaba, la niebla se había disipado por completo y no había japoneses… Habían aparecido dos documentos esenciales para la historia: Uno, en el expediente personal del Comandante Ricardo Donoso Cortés, sobre una negociación en enero del 98, entre éste y Máximo Gómez. Otro, de mayor relevancia, en el expediente personal del Teniente General Pando, sobre una negociación en Estados Unidos, para desempeñar la cual, éste salió de Cuba el 20 de junio del 98, llegó a Tampa el 6 de julio y regresó a Cuba el 18 de agosto. ¿Quién había ocultado estas negociaciones?