HAY LUZ EN LA CASA DE PUBLIO FAMA – Juan Miñana
«Los informadores conocen el desarrollo de las últimas batallas, el precio del trigo en Egipto, la llegada de una flota comercial desde Oriente; comentan las nuevas de la Casa Imperial o las disposiciones del Senado, cuyas actas renuevan ¡cada día! en un mural indescifrable no sólo para la mayoría analfabeta, sino para los que no gocen de una vista de águila, pues los subrostranos no permiten que se acerque nadie a la fuente de sus informaciones». (p.10)
Últimamente se han publicado un par de novelas ambientadas en la Barcino romana: una en catalán, Barcino, de Maria Carme Roca (Edicions 62), que sigue las andanzas de un personaje histórico, el primer «barcelonés» conocido, Lucio Minicio Natal Quadronio Vero, que llegó a procónsul en época de Antonino Pío; y la otra, en castellano, es Hay luz en casa de Publio Fama (RBA), de Juan Miñana: una novela histórica que trasciende el género y que se convierte en una defensa del libre periodismo ante los embates del Gran (o Pequeño) Poder.
Nos situamos en la Colonia Julia Augusta Faventia Paterna Barcino, Barcino para abreviar, colonia de veteranos de las guerras cántabras, situada en una excelente zona de paso (la Vía Augusta). ¿La época? Miñana sitúa la trama «setenta años después de su fundación», y por referencias internas de la novela (Plinio el Viejo aún está vivo), podemos colocarla cronológicamente entre los años 60 y 70 d.C. Cneo Publio Fama –ya empezamos con los nombres mal puestos; ¿dónde se ha visto a un romano, aunque sea provincial, con dos praenomina?; pero no se lo tengamos en cuenta– es el subrostrano de la colonia: el relator, el que proporciona noticias a los habitantes de la ciudad, noticias recién llegadas por correo desde la capital, Roma. Consideremos a Fama –rumor en latín– como un «periodista», nacido en la clase humilde, huérfano, educado junto a los jóvenes de la poderosa familia local de los Faventinos (un clan con mentalidad, y en ocasiones métodos, muy de burguesía de principios del siglo XX barcelonés). En este viaje educativo, Fama hizo amistad con Silvia, la hija del patriarca local, Paulo Faventino. Silvia se casó con Junio Fabio, un ambiciosísimo primo político suyo, hijo de Rea Gelia (de un primer matrimonio), casada ahora con Pío Félix, hermano de Paulo. Las dos ramas faventinas controlan la colonia y, por ello, la llegada de un soldado veterano, Curcio Vera, trastocará un poco la situación aparentemente idílica de la colonia.
Fama actúa y piensa como un periodista, y es, además de testigo de los sucesos que se producen con la llegada de Vera a la colonia, en cierto modo protagonista de los hechos. En palabras del propio Juan Miñana, el personaje (y la novela) «es un homenaje soterrado a gente que siempre he admirado en un oficio que requiere técnica, como Kapuscinski, Vázquez Montalbán o Huertas Clavería, entre otros». Fama sufrirá en sus carnes las consecuencias de ejercer un oficio poco reconocido, mal remunerado y con escasa proyección de futuro. Pero, Fama, que aprendió a «leer, escribir, nadar…», podrá resistir los embates de una lucha para nada sorda que nos remite a un debate milenario entre información y poder.
Miñana admite que no ha pretendido escribir una novela histórica –«en este género se suelen repetir las fórmulas. Si ya has leído a autores como Gore Vidal o Marguerite Youcenar, ves que prácticamente el resto es entretenimiento puro y duro. Por eso lo que hay que buscar es dejar calado, y si puedo vengarme de la novela histórica mucho mejor»–, sino una fábula moral sobre el papel del periodista en la historia (grande o pequeña). Sin embargo, le ha salido una buenísima novela histórica: descripciones muy detalladas, una trama que engancha, una ambientación muy lograda (y muy creíble). Su recreación de la Barcino romana es satírica y ácida. Como comentaba en notas de prensa, Barcino era «una franquicia romana de 2.000 habitantes, una ciudad falsa que no tenía razón de ser. Era como un Zara de la época de la política augusta». La gracia de la novela, además de su atractiva trama, está en la descripción de personajes: no sólo Fama y los Faventinos, sino también el barbero Mácula, el médico Paterno, la bruja balear Nuna, el veterano Vera, el portero Fusco, la comadrona ahora ciega Mamia,… toda una serie de personajes «anónimos» en la gran historia romana.
La sátira, al más puro estilo de Juvenal, está presente en toda la novela. Los diálogos son frescos, aportan veracidad y credibilidad (algo que no siempre se consigue en la actual novela histórica de ambientación romana). La trama avanza poco a poco, pero no se hace pesada ni lenta. ¿Qué busca Curcio Vera quedándose en un lugar donde los patronos locales no quieren verlo? ¿Qué está sucediendo en el seno del clan Faventino? ¿Qué papel juega Publio Fama como el «periodista» local? Muchos de estos interrogantes se resuelven en la novela. Una novela que no sólo nos revela la vida cotidiana de una pequeña ciudad de provincias (entre 2.000 y 3.000 habitantes por estos años), sino que huele y transpira a historia sin pretenderlo, pues se trata de un ejercicio literario. La novela atrapa por las sensaciones que desprende, por la trama que sorprende y se mantiene viva. Miñana consigue, sin pretenderlo, una excelente novela histórica. Una novela que habla también de nuestros tiempos y de nuestros debates actuales.
En definitiva, una sorprendentemente soberbia muestra del género, que va más allá de lo que éste prescribe, y que se convierte en un ejercicio de literatura y de retrato social más que recomendable. Un consejo: no os la perdáis.
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Gracias por tan atractiva recomendación ¡Oh Farsalia!, que me quede enganchado con solo leer la reseña.
Espero que te enganche también la novela si la consigues. ;)
¡Qué buena pinta tiene el libro, Farsalia! gracias por la reseña y la recomendación.
¡Excelente reseña! El libro es ciertamente muy bueno y una vez abierto es imposible fijar la vista en otra parte , es de aquellos que uno no se puede perder por ningun motivo.
Gracias a ambos. Sí, la novela es de las que enganchan desde el principio.
La verdad , Farsalia, nos has metido el gusanillo en el cuerpo. Otra para octubre. Me gusta, me gusta.
Me ha llamado la atención el comentario que has hecho en relación con las pretensiones del autor: tiene su gracia que uno no quiera escribir novela histórica, quiera vengarse de la novela histórica y le salga una magnífica novela histórica.
¿Qué opinas, Farsalia? ¿En el fondo no la quería tan mal?¿tal vez su fórmula -la de este autor- es novedosa con respecto a otras?¿o estamos de nuevo ante el asunto de marras de qué es novela histórica, y por eso lo que pensaba el autor que no iba a ser aceptado como novela histórica lo es?
Farsalia, ¿es difícil de conseguir?
Es que estoy deseando resarcirme con Barcino, ya sabes…
:-)
Un saludo y muy bonita reseña. De verdad, anima a leerla.
Valeria dixit:
«¿Qué opinas, Farsalia? ¿En el fondo no la quería tan mal?¿tal vez su fórmula -la de este autor- es novedosa con respecto a otras?¿o estamos de nuevo ante el asunto de marras de qué es novela histórica, y por eso lo que pensaba el autor que no iba a ser aceptado como novela histórica lo es?»
Novedosa no sé (¿hay algo nuevo sub solem?), lo que sí capté cuando iba leyendo la novela es que el autor escribía como si estuviera en el siglo XXI, más que en el I, sin cometer anacronismos (bueno, alguno que otro, pero sin mayor trascendencia), con ritmo y, especialmente, con diálogos que no sonaban a forzados, poco naturales o artificiales. Todo ello me dio muy buen feeling. Miñana, por lo que he podido buscar de su obra (es la primera novela suya que leo), fuerza los límites de lo que es la novela histórica al uso. También sabéis lo pejiguero (perdón, exigente, jeje) que soy con el género, y Miñana me ha convencido.
Jerufa, la novela se consigue fácilmente en casi cualquier librería (edita RBA). Te animo a leerla muy encarecidamente. ;-)
Magnifica reseña. Me encantó el libro y especialmente que se desarrollase en Barcino.
Períodicamente organizamos escapadas para visitar los restos romanos de la ciudad y en las cuales suelo hacer como mi omónimo.
Para quien no conozca los rincones romanos de Barcelona aqui os dejo un enlace:
http://picasaweb.google.es/mariasanchez14/BarcinoRomana#slideshow/5222398392746568834
Gracias, Cicero. Sí, años ha también me dedicaba a hacer rutas por la Barcino romana entre amigos y conocidos. Ahora, qué menos que vean las imponenentes columnas del Templo de Augusto. Todos quedan encantados tras verlas.
¿Es posible editar lo comentarios? Me deje una «h» en mi anterior comentario y queda fatal homónimo sin «h».
Magnifico libro, muy interesante y esplendidamente documentado. Aporta gran cantidad de datos sobre Barcino como colonia romana.Despues de leer un monton de «novelas historicas» (grandes best-sellers) da gusto encontrar una novela HISTORICA sin pretensiones de best-seller y que enganche como esta, quiza al principio cuesta un poco pero a medida que se va leyendo ya no puedes dejarla
Cierto, Anna, eso es lo que más me gustó de la novela de Miñana: que sin pretender escribir una novela histórica al uso, consigue crear una pequeña joya dentro del género.
gracias Farsalia, veo que estamos de acuerdo. En la biblioteca Josep Jané de l’Hospitaler de LL. estamos leyendo el libro en el club de lectura. Espero que guste y en todo caso os diré como ha ido. El dia del club es el poximo 1 de diciembre
he tardado un poco pero al final paso a decir como fué la reunión del club de lectura: Hubo diversas opiniones, algunos encontraron el lenguaje denso y dificil de entrar en el libro però en general gustó, en lo que si estuvimos todos de acuerdo en que es un libro muy bien escrito, con gran riqueza de lenguaje y muy documentado.
Me ha encantado. No sé si de verdad el autor se quería vengar de la novela histórica, pero le ha salido una obra redonda. Te envenena dulcemente, no es como esas historias donde la acción te provoca subidones y la tensión argumental te atrapa, pero de repente te das cuenta de que no puedes dejarla. Y sí, tienen una par de anacronismos que a veces te llaman la atención en medio de un lenguaje tan rico, tan ajustado, pero como la historia es tan buena, es indiferente que aparezcan. Sobre el tema de la documentación no entro, porque no estaba en mi ánimo conocer la Barcino romana a través de una novela. Pero mi opinión seguiría siendo la misma si la novela se desarrollase en una ciudad que el autor se hubiera inventado.
Me ha parecido deliciosa.
Me ha encantado. No sé si de verdad el autor se quería vengar de la novela histórica, pero le ha salido una obra redonda. Te envenena dulcemente, no es como esas historias donde la acción te provoca subidones y la tensión argumental te atrapa, pero de repente te das cuenta de que no puedes dejarla. Y sí, tienen una par de anacronismos que a veces te llaman la atención en medio de un lenguaje tan rico, tan ajustado, pero como la historia es tan buena, es indiferente que aparezcan. Sobre el tema de la documentación no entro, porque no estaba en mi ánimo conocer la Barcino romana a través de una novela. Pero mi opinión seguiría siendo la misma si la novela se desarrollase en una ciudad que el autor se hubiera inventado.
Me ha parecido deliciosa.