LA BATALLA NAVAL DE LAS DUNAS – Víctor San Juan
No había salido armada como esta desde la jornada de Inglaterra.
(Gaspar de Guzmán y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar, Conde Duque de Olivares.)
Una duna no es más que un montículo de arena, fina y brillante como la sal del mar, pero débil y vacilante en su base inicial. Una duna no es más que un fenómeno físico de la naturaleza, pero también puede ser un símbolo, de grandeza y de decadencia a la vez. Aquello debieron de pensar los aguerridos marineros españoles y holandeses un 21 de Octubre de 1639 frente al fondeadero de los Downs (Curiosamente otro 21 de Octubre fue Trafalgar, fatídico día para la Historia Naval española). Unos se jugaban mantener la reputación de invencibles mientras que otros, que surgían de más abajo, buscaban el brillo de la gloria. Dos naciones frente a frente, dos potencias que lanzan sus barcos a una lid de resultados imprevisibles. Dos conceptos de gobierno se dirimen sobre las cuadernas de los barcos en el Canal… es la Batalla Naval de las Dunas.
Existe un gran desconocimiento con respecto a este enfrentamiento entre las armadas de Las Provincias Unidas de Holanda, y el Imperio Español. El término Batalla de las Dunas es bastante ambiguo y puede llevar a errores no solo de catalogación sino de conocimiento al gran público que desconoce la existencia de esta batalla. Es preciso que recalquemos el término de naval, pues en verdad no solo hubo una Batalla de las Dunas sino tres. Una en 1600 (Batalla de Nieuwpoort); la mencionada en esta humilde reseña en 1639; y finalmente otra en 1658 (Batalla de Dunkerque). Las tres con derrota española frente a las fuerzas combinadas de franceses, holandeses o ingleses. El problema del desconocimiento de la Batalla Naval de las Dunas es que se confunde con las otras dos pues en verdad ésta no se tenía que haber llamado así sino Batalla de los Downs (pequeñas colinas frente a Kent) ya que se produce en el Canal frente a los fondeaderos.
Como ya he repetido mucha gente desconoce este episodio de la Historia de España. Es un gran error pues algunos historiadores apuntan que no fue en Rocroi donde se dio la puntilla al Imperio sino que el gran ocaso del ejército y poder español comenzó ya frente a las costas de Kent. Eso seria entrar en discusiones bizantinas sobre si una batalla épica en nuestra historia militar pudo influenciar a todas las ramas del Imperio. Lo importante de esta batalla fue el hecho de que se produjo un revivals de La Empresa de Inglaterra. El Conde Duque de Olivares para alejar el centro de gravedad de la piratería del Atlántico decide hacer un movimiento disuasorio y enviar a la armada española hacia el Canal y de esta manera ahogar mediante un bloqueo las costas angloholandesas. El enfrentamiento esta servido. Los holandeses no van a estarse quietos y ponen delante de sus barcos al mítico Maarten Harpertszoom Tromp (llamado también Papi por sus hombres, tal era la devoción que le tenían) y por otro al renombrado Antonio de Oquendo, hijo del famoso Miguel de Oquendo, con más de cien batallas a sus espaldas y bravo guerrero en las Batalla de los Abrojos (1631). Dos de los mejores comandantes frente a frente. Dos de los mejores comandantes que ha dado la historia de ambos países.
Antes de la Batalla de Las Dunas (Reinier Nooms)
No les voy a contar el desenlace de tan increíble batalla, pues eso deberán hacerlo ustedes con la lectura del libro La Batalla Naval de las Dunas, de Víctor San Juan, editado por Silex. Este marino (Madrid, 1963), es ingeniero y capitán de yates, y en varias ocasiones ha cruzado el Océano Atlántico. Escribe sobre todo tema naval, alumbrando obras sobre nuestro pasado histórico como Trafalgar: tres armas en combate (2005) o La Batalla Naval de las Dunas (2003). También ha escrito otras obras de carácter más diverso pero sobre todo centrado en el líquido elemento como Soy Capitán (2003), Piratas de todos los tiempos (2009), y recientemente La Carrera del Té (2010).
Los puntos ha favor que tiene este ensayo que les presento son varios. El autor, gracias a este libro, descubre uno de los hechos de armas más desconocidos en nuestra historia y que por ahora estaba vedado a los ojos de los historiadores amateur. Una temática que solo los más entendidos en historia moderna entendían y conocían. Acerca este hecho principal de nuestro pasado a los lectores de una manera emocionante y vibrante. Gracias a la labor de Víctor San Juan, podemos vernos a bordo de ambas escuadras y a la vez sentir el frío del mar oceánico. Hace que este episodio bélico extasié a la persona que se atreva a bucear entre sus páginas. No deja un minuto de reposo ni de tregua. Nos movemos entre tiros de cañón y arcabucería sin concesión alguna. Hace que vivamos la historia. Un auténtico logro por parte del autor.
Aun así existen elementos que se deberían haber cuidado en este libro. Por un lado Víctor San Juan nos pone, bien hecho, en antecedentes sobre La Batalla de las Dunas. Nos habla del origen y de la larga sombra de La Empresa de Inglaterra, y del gran peso que tuvo en la marinería española después de Felipe II. Es acertado siempre poner en aviso al lector sobre el tema del que se habla. Pero si nos encontramos con un libro no muy grueso (227 páginas) no es necesario expandirse con el prólogo más allá de lo necesario, comiéndose de este modo el centro de la narración que es la batalla en sí. Por otro, a veces el tono del libro es demasiado partidista a favor de las armas españolas atacando de forma desmedida a los otros contendientes. Está bien que un escritor no sea frío, que tenga vitalidad, pero algunas veces hay que saber domar la furia al presentar los hechos históricos a los lectores.
Por lo demás no hay que buscarle más peros al libro. Quitando algunos aspectos como los antes mencionados, es un buen libro, necesario para ahondar un poco más en el mundo militar de los Austrias. Un mundo en el que se luchaba no solo por salvar la vida y el honor de un rey, sino también por mantener la reputación frente a un mundo gigantesco que empezaba a talar con hacha firme las débiles raíces del titánico imperio de una España que se encaminaba hacia el ocaso en brava retirada.
P.D.: Por cierto antes de despedirme de ustedes quisiera hablarles de un hecho que les llamará la atención. En la mítica Batalla de las Dunas participó un personaje mágico para la historia infantil y marítima: el Pirata Patapalo. Cornelio Holz, este era su verdadero nombre y llegó incluso a Almirante de la Compañía Holandesa. Un incentivo más para que lean este emocionante libro.
Por lo demás solo desearles buen viaje y buena singladura.
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Una reseña completisima, felicidades Balbo.
Este enfrentamiento no lo conozco muy bie, por lo cual me parece mi acertada la publicación de la que hablas. Pero a mi los ensayos me dan siempre un poco de respeto, por eso me gusta mucho más la novela historica. Además, las novelas ambientadas en temas marinos y batallas navales son de mis favoritas. No sé si leeré el ensayo, pero sin duda tiene que ser muy interesante.
Un saludo
Melissa
Bueno, la Dunas solo vino a confirmar algo que ya era conocido hacía tiempo:
Que España había perdido la batalla por el canal de la Mancha, y con ella la vertiente marítima de su conflicto con Holanda.
No sólo en el Canal de la Mancha las cosas iban mal, en el Mediterráneo también había problemas, así en 1643 los franceses vencieron en la batalla de Cabo de Gata. Hay un libro de Aglaya sobre ello.
Sí se llama «El otro Rocroi» de Francisco Velasco Hernández. Ando detras de él, y por desgracia no lo tienen en la biblioteca, leches. Gracias por recordarmelo APV. Os pongo el enlace http://www.editorialaglaya.com/catalogo.pdf
Buena reseña de un interesante y olvidado episodio naval; gracias Balbo. Lo tengo en lista de espera. El de «Trafalgar: tres armadas en combate» está bastante bien y es de lectura ligera y amena.
De todas formas no todo son derrotas en Barcelona 1642, en Orbetello 1646, en Tortosa 1650 y en Burdeos 1653 fueron las flotas españolas las que vencieron.
Sobre el último de los citados: http://www.todoababor.es/datos_docum/ataque-burdeos1653.html
Otro libro naval, mi debilidad, comprado y leído.
Buen libro, a destacar por ser de los pocos editados en nuestra lengua respecto al asunto. Mejor éste que el Trafalgar del mismo autor, en parte, porque el segundo tuvo enfrente Trafalgares de mucho peso, como los de Cayuela-Pozuelo o Hugo O’Donnell.
Hay otro libro naval similar muy recomendable «La Armada de Flandes» de Stradling que muestra la otra cara de la moneda: como una pequeña flota real y corsaria puso en jaque a las flotas mercantes herejes durante medio siglo, hasta la captura de la ciudad portuaria de Dunkerque, futura cuna de los mejores corsarios franceses de la segunda mitad del siglo XVII.
Pues sí señores, si hay algo que temían los holandeses tanto o más que a los propios tercios, era a la armada de Dunkerque, azote naval sin parangón y estadísticamente una de las armas hispanas más eficaces del siglo XVII.
Volviendo a las Dunas, falló la planificación y muchos capitanes hispanos vararon inoportunamente y ahí los brulotes hicieron el resto. Una debacle que se cobró a la flor y nata de la monarquía. 100 años hicieron falta para ver renacer el poder naval hispano.
No sé por qué no me llaman la atención los libros de temas marinos o marineros, será porque no entiendo de barcos pero reconozco que debe ser un libro apasionante, tal y como nos comenta nuestro querido hislibreño Balbo.
Por supuesto respeto la opinión pero paso, por ahora.
Pues nos has descubierto a otro autor marinero español, Balbo. Tengo en casa «La carrera del té» a la espera de ser leído. me lo mandó la editorial sin petición mía, así que lo dejé a la espera; ahora, con lo que dices, parece que es un autor a tener en cuenta.
Aunque es de agradecer que se publique algo acerca de esta batalla, libro que compré la primera edición allá por 2007, Silex no puso demasiado cuidado en la edición de este, lleno de erratas de impresión, fechas equivocadas y donde incluso se repite un párrafo entero al final de un capítulo.
El libro en si es muy breve, demasiado, y, pese a la interesante introducción histórica, a la batalla en sí apenas dedica el autor 30 páginas (!). Demasiado parcial en sus análisis y como dice Balbo se deja llevar por un partidismo numerosas veces equivocado hacia las armas españolas y Oquendo, que demostró ser buen capitán y pésimo almirante y estratega.
Una pena que apenas narre los interesantísimos combates diurnos y nocturnos y las estrategias desplegadas en el Canal entre el 16 y 18 de sept. que merecerían libro aparte.
Las fotos incluidas (en apagado B/N) son de la construcción de una maqueta de un galeón de factura muy común. Otro cero
Se echan en falta los obligados estudios y lecturas de las obras de F. M. de Melo, que participó en la expedición, o la carta del almirante F. Feijóo narrando la campaña desde su prisión en La Haya, o del Diario de Tromp, anno 1639, editado por C R Boxer.
Si quieres iniciarte un poco en esta crucial batalla (en verdad fueron 2 batallas) este librito te ayudará a empezar. Si no, busca en C F Duro o en las numerosas fuentes que ya hay en internet.
Me gustaria saber de quien es el cuadro de la portada , gracias.