LA CACERÍA – Alejandro Paternain

LA CACERÍA - Alejandro Paternain«Corso: Campaña que hacen por mar los buques mercantes con patente de su gobierno para perseguir a los piratas o a las embarcaciones enemigas».

Corsarios uruguayos. Nunca hubiera pensado que estas dos palabras pudieran tener tanta historia detrás. El escenario en el que se  desarrolla esta novela (como telón de fondo, pues apenas se ofrece un esbozo de estos acontecimientos en el desarrollo argumental) es un período de la historia de Uruguay denominado «La revolución Artiguista». El general Artigas, tras enfrentarse a España primero y a Buenos Aires después, se hizo en 1815 con el gobierno de Uruguay. Poco después tuvo lugar la invasión portuguesa de la llamada Provincia Oriental, pues a Portugal no le interesaba que las ideas revolucionarias y federalistas se extendieran por Brasil.

Los norteamericanos sentían una especial simpatía por los movimientos revolucionarios del sur del continente, potenciada por una intensa campaña de propaganda organizada en Estados Unidos a favor de José Artigas y del federalismo republicano emergente en el Río de la Plata, simpatía que compaginaban con su interés en rentabilizar las rutas comerciales marítimas que tanto España como Portugal, inmersas en la guerra peninsular, se veían obligadas a descuidar. En el año 1816, el general Artigas decide autorizar el corso, expidiéndose la correspondiente patente para hostigar por ese medio a los portugueses por mar. Durante los primeros meses de 1817 se forma en Baltimore la Sociedad Americana, un consorcio comercial creado para financiar la compra y el equipamiento de las naves destinadas al «corso artiguista». Fue la primera de varias sociedades que nacieron para explotar un jugoso negocio. Inglaterra, por su parte, maniobraba políticamente con intención de potenciar el comercio inglés en el Río de la Plata (comercio que había sido obstaculizado por España), consciente de que los orientales no tenían marina propia.

Todo esto lo desconocía cuando empecé a leer esta obra. Pero es ésta una de esas novelas que te deja tan buen sabor de boca, que disfrutas tirando de esos hilos argumentales que aparecen sueltos por aquí y por allá, y acabas componiendo un puzle histórico de gran interés con el que mantener en el tiempo el agradable poso de su lectura.

La novela narra el enfrentamiento en el mar de dos barcos: la goleta corsaria Intrépida, gobernada por el capitán yanqui John Blackbourne, que bajo el pabellón de Uruguay se dedica a hostigar y apresar buques mercantes desde el Estuario de la Plata hasta el Mediterráneo, y el brick portugués Espíritu Santo, al mando del capitán Basilio de Brito, quien recibe la orden de localizar a una goleta corsaria que perturba la navegación atlántica.

Se enfrentan dos barcos, y dos capitanes: uno maduro y reflexivo, Brito, con la serenidad que dan los años, la experiencia y la dolorosa consciencia de la situación de la marina portuguesa y de la inevitable pérdida de su preeminencia como potencia naval, cuya máxima ambición es cumplir con su deber, y retornar con su familia. El otro capitán es joven, ambicioso y arrogante, savia nueva de un país nuevo que irrumpe con fuerza en el tablero de los mares; con el instinto de un depredador del mar. Sin embargo ambos se reconocen mutuamente como dignos adversarios, se respetan y se admiran como marinos, se estudian y se reconocen el uno en el otro. Y no sabes quién es el cazador, y quien el cazado.

Cada uno de los dos protagonistas narra su parte de la historia de una manera íntima y personal, utilizando con frecuencia los tiempos verbales en presente, como si estuvieran pensando en voz alta para sí mismos, pues esa experiencia de la soledad del mando es algo que comparten. Con una prosa sencilla, evocadora, un gran dominio del lenguaje, el autor te va ganando poco a poco, y te conviertes en cada uno de los capitanes, y a través de ellos navegas, persigues, capturas, combates, celebras, añoras… con un ritmo narrativo inusualmente sosegado para ser una novela de corsario que resalta aún más el carácter callado y reservado de los protagonistas.

La novela tiene otro personaje principal, que inicialmente se encuentra en un segundo plano y poco a poco se acaba convirtiendo en elemento aglutinador de la novela: el ayudante de carpintero de la Intrépida, Patrick Gonagall. Un idealista embarcado voluntariamente en el buque corsario y a través del cual conocemos de manera deslavazada algunos de los sucesos históricos que he relatado al principio, a medida que el capitán se siente interpelado por el carácter del carpintero. Un personaje contrapuesto a Blackbourne por esa aparente falta de lealtades del corsario, y que conoceremos siempre a través de la huella que deja en otros.

Una novela muy recomendable, con ese regusto que nos dejaban las antiguas historias de los grandes autores. Como dice el autor del prólogo, una novela para los que todavía son capaces de viajar en la Hispaniola, arponear ballenas a bordo del Pequod, o combatir penol a penol en la Surpise.

El autor, Alejandro Paternain (Montevideo 1933-2004) fue profesor de literatura, ensayista, periodista y crítico, y autor, entre otra variada producción, de cuatro novelas históricas: Señor de la niebla, La ciudad de los milagros, Los fuegos del Sacramento y ésta reseñada, La Cacería, escrita en 1997 y reeditada en 2012.

La Cacería
Alfaguara
ISBN ebook 978-84-204-0303-8
194 páginas.

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23 comentarios en “LA CACERÍA – Alejandro Paternain

  1. iñigo dice:

    Pues si, un tema totalmente desconocido para mí y me da que también para la mayoría de los lectores, por lo menos de España. Interesante reseña sobre un libro a primera vista entretenido y de evocadoras peripecias navales.

  2. José Sebastián dice:

    Enhorabuena por tan atractiva e interesante reseña, Valeria.

    El «conflicto» de Portugal con su «provincia oriental» (actual Uruguay) dentro de Brasil – joya de la corona del Imperio Luso – aparece ligeramente esbozado por Javier Moro en su magnífica novela «El Imperio eres tú» donde relata la azarosa vida de Pedro I, primer y único emperador de Brasil hasta su exilio forzado.

    Repito, felicidades.

  3. Publio dice:

    Muy buena, interesante y sugerente reseña, Valeria, sobre un tema del que desconozco todo.

    Así que, queda anotado el libro, tanto por el tema, sobre el que has despertado mi interés, como por las virtudes que la novela tiene.

  4. Pachamama dice:

    A mi me gustó mucho cuando la leí hace muchos años, la reseña la describe perfectamente. Solo le encontré que durante la persecución había alguna situación marítima un poco forzada.

  5. Hagakure dice:

    Esto de los corsarios uruguayos también es nuevo para mi. Un libro atractivo sin duda.
    Gracias Valeria.

  6. Horus-chan dice:

    Vaya! He detectado «esencia de sal marina» por aquí cerca, y el instinto me ha traído directamente a esta reseña… :)

    Muy buena recomendación, Valeria. La tendremos en cuenta, pues yo soy de esos que viajan en la Hispaniola o el Pequod a menudo…

  7. Rodrigo dice:

    Interesantísima reseña, Valeria. Suerte que la novela ha sido reeditada este año, ahora toca estar atento a su arribo por estos pagos.

    ¿Esa Surprise que mencionas es el buque del capitán Aubrey, no? No he leído a O’Brien pero sí he visto la película, Capitán de mar y guerra (varias veces), y al leer esta estupenda fase: “Y no sabes quién es el cazador, y quien el cazado”, me he acordado justamente de ella. Específicamente la escena en que Aubrey califica de depredador al francés, y Maturin le replica algo así como: “Jack, tú eres el depredador”. En fin, coincidencias.

    Se agradece la recomendación.

  8. juanrio dice:

    Muy buena y entretenida novela, solo recuerdo que pasé un buen rato leyéndola….como curiosidad diré que lo hice por recomendación de….Arturo Pérez-Reverte.

    Por cierto, una recomendación marinera «Dos años al pie del mastil» de R.E. Dana, diario de su embarque en el siglo XIX, una maravilla que podéis encontrar muy baratita en cualquier librería de viejo.

  9. Valeria dice:

    Gracias a todos, sois muy amables.

    Sí, Rodrigo, la Surprise es la fragata de Jack Aubrey. No recordaba esa escena que citas. Yo quería señalar los significados contradictorios que me sugería a mí el título, a medida que leía. En la novela se supone que es Brito el perseguidor, de hecho sus órdenes son capturar a una goleta de la que inicialmente no tiene ni el nombre; sin embargo siempre tuve la sensación de que en realidad el cazador era Blackbourne, y no sólo por la actividad corsaria a la que se dedica -con extremo éxito, debo señalar, que es algo que personalmente me rechina un poco, al igual que la extraodinaria y sobrenatural suerte del Lucky Jack de O’Brian- sino por el diferente carácter de ambos. En cuanto a ciertos aspectos de su personalidad, el yanki tendría un buen maestro en el capitán de la Surprise: tenacidad, ambición, instinto para combatir.

    Publio, la novela creo que es de fácil lectura no sólo por su extensión, pues no llega a 200 páginas, sino porque pienso que incluso a personas a las que la novela náutica les provoca rechazos por la terminología naval les resultaría una lectura fácil en ese aspecto.

    Y desde luego, interesantísimo el escenario.

  10. Endeavour dice:

    Pues qué bien que la reediten. Yo la estuve buscando un tiempo también por recomendación de Pérez-Reverte en una de sus patentes. Hace tiempo leí otra de sus recomendaciones marineras y no pienso perderme esta. Muchas gracias por la reseña.

    un saludo.

  11. Lopekan dice:

    Yo me he enamorado de la carátula de la reseña… ¿Para cuándo marcapáginas con las imágenes de cabecera de HisLibris? :)

    1. Javi_LR dice:

      Queda menos de una semana ;o) O ese es mi deseo.

      A ver cuando retomamos contacto, viejo lobo.

  12. ARIODANTE dice:

    Llevo bastante mediada la novela y me está gustando muchísimo. Estoy encantada con este descubrimiento. Cierto lo que dices, Valeria, de que cada capitán nos descubre su vida interior, y que llega un momento que no sabes quien persigue a quien. Lo spersonajes que van hablando son también entrañables, cada uno cuenta sus historias vitales, y desde luego, Donagall y su lejano amor, Inocencia, es muy impactante.
    No sé si en el libro hay mapas, pero me hubiera gustado alguno. No es que sean imprescindibles, pero siempre ayudan, sobre todo para las singladuras por la costa de Uruguay y Brasil.

  13. Valeria dice:

    Yo compré el libro en formato electrónico y no tiene ningún mapa. Me imagino que tampoco lo tendrá la edición en papel. Y para mí tal vez no en esta obra, pero en muchas otras sí son imprescindibles (por ejemplo, el que acabo de leer, El día que España derrotó a Inglaterra). En fin, que voy decir que no haya dicho ya en multitud de ocasiones.
    Me alegra que te guste la novela, Ario.

  14. Rogorn dice:

    Es Patrick Donagall. (Mc)Gonagall es una profesora de Harry Potter.

  15. ARIODANTE dice:

    Valeria, chata….yo también compré el libro en versión electrónica. Ya no me caben mas libros en casa, salo excepciones. Y el libro me ha encantado. Lo que pasa es que como ya has hecho tú una estupenda reseña y tengo poco tiempo, sencillamente no la voy a escribir. Voy a complacerme con la lectura y con el recuerdo de la lectura. Insisto en que ha sido todo un decubrimiento que te tengo que agradecer. Besiños!

  16. Nathan dice:

    Me sorprende, y me sorprende mucho, casi hasta el mosqueo, que la reseñadora Valeria no reseñe el espléndido prólogo de Arturo Pérez Reverte que lleva esta edición, ya que fue APR quien descubrió la novela en Uruguay y la dio a conocer en España (yo también, como casi todos aquí, la leí por recomendación suya). Tengo entendido que era amigo personal de Alejandro Paternain. Y es que hay silencios significativos.

  17. iñigo dice:

    Je, je… Suena a conspiración? ;-)

  18. Rodrigo dice:

    Y aunque fueran hermanos de sangre, y Pérez Reverte hubiese ganado el Nobel… ¿Desde cuándo es preceptivo reseñar los prólogos?

  19. iñigo dice:

    Desde nunca… pero no estaría de más… je, je, je ;-)

  20. Valeria dice:

    Por alusiones.

    Yo no reseño prólogos. Reseño novelas, o reseño ensayos, si me atrevo. Tampoco me parece bien reseñar los apartados de «Agradecimientos» de los libros que leo, ni considero oportuno mencionar a quien dirige la editorial. A veces, debilidad que tiene una, comento la ausencia de mapas, y incluso recuerdo una reseña en la que osé mencionar la mala calidad de la edición, porque el libro se me deshacía en páginas sueltas mientras lo leía. Pero lo importante es lo importante. Me limito a dar mi opinión personal sobre una lectura. La mía y la de nadie más. Y La Cacería no es un libro escrito por APR. (Qué triste, unas siglas).

    Lo importante, Nathan, es que el libro me gustó A MÍ lo suficiente para considerar que podía ser interesante dar a conocer en estas páginas mi opinión. Quien debe ser merecedor de elogios, y bien merecidos, es el AUTOR, no el que hace el prólogo. Lo haga Arturo Pérez Reverte o su porquero.

    Lamento el casi mosqueo que te ha provocado esta actitud, pero creo que para hablar Don Arturo hay otros foros. A mí me cae bien este hombre, lo que no significa que no pueda decir que algunos de sus libros me han gustado y otros no. Pero qué quieres que te diga, yo, como Umbral, he venido hasta aquí para hablar de mi libro. El que he leído y el que me gustó. El de Alejandro Paternain.

    Si te has leído La Cacería, podemos seguir comentando.

  21. Publio dice:

    Vamos a dejar a un lado prólogos y prologuistas y ceñirnos al libro que es realmente lo interesante.

    Es una novela muy bien escrita donde se disfruta tanto del argumento como del estilo. Es de esas que empiezas, y no puedes dejar de leer porque el autor sabe ir envolviéndote en el ambiente que reina en ambos barcos con cada capítulo que va transcurriendo.

    Para mí lo mejor es esa partida de ajedrez que sobre el mar juegan ambos capitanes; partida en que intentan calibrar el modo de ser y de pensar de su adversario y por tanto el modo de actuar. Ese intentar conocer las tácticas siguientes, las acciones y reacciones del contrario.

    Ciertamente un libro que te deja un buen sabor de boca, y las ganas de leer más novelas de Alejandro Paternain.

  22. Nathan dice:

    Con mucho respeto por la reseñadora y sin ganas de polemizar sobre este asunto que es menor, sigo diciendo, porque me pasa a mi y como me pasa lo digo, que en tan extensa y acertada reseña echo en falta una menciòn al magnìfico prólogo del conocido escritor que dio a conocer a Paternain en España, lo reseñe Valeria o su porquero. De Paternain recomiendo leer también «Los fuegos del Sacramento».

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