LA SOMBRA DE HOUDINI – Leo Brent Robillard
«Este es el mundo en que vivimos, y pronto lo abandonaremos. Pero si no puedes afrontar ese hecho cada día, entonces ya estás muerto. La muerte debe de ser un guijarro en el zapato, un recordatorio constante.»
Es esta una novela negra. Una novela de gángsters, de los años 20, de los Estados Unidos. Una novela sobre el mundo del boxeo, sobre el mundo de la magia, sobre el mundo del engaño. Una novela acerca de la vida y, sobre todo, acerca de la muerte.
La muerte no forma parte de la vida porque la muerte empieza cuando acaba la vida. Su relación con la vida es terrible: la delimita, y en tanto que la delimita, la limita. A causa de la muerte, la vida se convierte en un instante, un soplo, un paréntesis entre el vacío y la oscuridad, entre la inexistencia y la eternidad. Pero la muerte no solo es una limitación sino que también es una impregnación: la vida está continuamente abordada por la muerte. A lo largo de la vida vemos que la gente, los animales, los seres vivos, mueren. Hablamos de los vivos pero también de los muertos, leemos lo que personas muertas escribieron, vemos obras que personas muertas realizaron, recorremos caminos que personas muertas recorrieron, tocamos cosas que personas muertas fabricaron. Mueren hormigas cuando caminamos, animales cuando nos alimentamos, microorganismos cuando nos lavamos. Vemos personas vivas pero sabemos que en otros lugares del mundo están muriendo otras. Vivimos en constante relación con la muerte; la vida es luminosa en sí misma pero produce una sombra muy larga e impenetrable, la muerte; es la sombra que nace cuando la vida brilla, inseparable de ella, irreconciliable con ella. Pero vivir en el límite, vivir mirando la sombra, vivir pendiente de la muerte, no es vivir menos intensamente sino quizá lo contrario. Mirarle a la cara a la muerte no es volvérsela a la vida.
Ehrich Weisz, el tercero de cinco hermanos, nació en Budapest el 24 de marzo de 1874 en el seno de una humilde familia judía. A los cuatro años los Weisz emigraron a los Estados Unidos, la tierra de las oportunidades, y allí comenzó a ganarse la vida haciendo trabajos eventuales y mal pagados: repartidor de periódicos, limpiabotas… Pero a Ehrich le gustaba el mundo del espectáculo y pronto empezó a trabajar haciendo números ambulantes de trapecismo, contorsionismo y magia. Siendo adolescente cayó en sus manos el libro The Unmasking of Robert Houdin, las memorias del mago francés Jean Eugène Robert-Houdin, y su lectura le cambió la vida. Decidió cuál iba a ser su vocación: la magia; cuál su empeño: vivir en el límite; cuál su nombre: Harry Houdini.
Montreal. Jake es hijo de un veterano boxeador de medio pelo, alcoholizado y títere de un gángster también de medio pelo. Un día padre e hijo viajan a Nueva York para realizar un encargo del gángster. En Battery Park ven una aglomeración de gente que rodea a un individuo en traje de baño, esposado por la espalda y atado con cadenas, que se arroja al mar. Es el gran Houdini, el celebérrimo mago escapista, «el rey de las esposas». Y Jake decide que quiere ser como él. Su padre percibe el interés y le regala un libro sobre la magia de Houdini. Y Jake toca por primera vez el rostro de la muerte cuando se introduce esposado en un bidón lleno de agua cuya tapa se cierra sobre su cabeza.
Houdini era el mago más famoso del mundo y vivió sus días manteniendo un pulso continuo con la muerte Realizaba inofensivos trucos de magia con cartas, otros más peligrosos como tragarse un hilo con decenas de agujas enhebradas, pero su principal habilidad era el escapismo: liberarse de todo aquello que le sujetara; cuerdas, esposas, cadenas, camisas de fuerza… Todos ellos mecanismos que reducían sus movimientos, que confinaban su libertad, que limitaban su vida. Es cierto que todo ser humano, no con cadenas o esposas pero sí con otro tipo de elementos, tiene su vida limitada en mayor o menor medida; pero en el caso de Houdini la limitación era voluntaria, la restricción era intencional. Porque Houdini quería demostrar que era más hábil, que podía liberarse, que podía burlar esos límites. Y esos límites en última instancia eran los propios límites de la muerte: encadenarse y arrojarse a un río, maniatarse e introducirse en un bidón de leche,
suspenderse en el vacío boca abajo embutido en una camisa de fuerza… Houdini el escapista vivió su vida escapándose de la muerte, mirándola a la cara y haciéndole burlas, esquivándola, retándola, jugando con ella. Houdini vivió riéndose de su sombra, la sombra de su propia muerte.
Jake vive en una época en que la oscuridad domina las calles. En la América de los años veinte, donde la mitad de los hombres son gángsters y la otra mitad víctimas, y la mitad de las mujeres son femmes fatales y la otra mitad son tímidas, Jake se ve dominado por los unos y por las otras, y con ambos trata de mantener un pulso. Aunque su pulso real y auténtico sigue siendo el de ser como Houdini. Todos los boxeadores se entrenan peleando contra su sombra; Jake había visto a su padre boxear contra la suya y fracasar, y él quiere tener éxito escogiendo por sombra al propio Houdini. Pero en el caso de Jake, como en el de cualquier ser humano excepto Houdini, es la vida la que le busca sparring, la que le elige una sombra. Y Jake no se arredra y pelea con ella. Porque quiere reírse de ella, como Houdini.
La sombra contra la que Houdini peleaba tenía muchas cabezas. No solo se burlaba de la muerte lanzándose al mar esposado, sino también destapando los trucos de aquellos que se dedicaban a mediar entre la vida y la muerte, aquellos que decían entrar en contacto con las sombras: los médiums. El espiritismo estaba muy en boga en aquella época; los médiums proliferaban y Houdini, conocedor como nadie de los trucos para engañar a la muerte, sabía que en sus sesiones espiritistas esa caterva de farsantes utilizaba, como hacía él en sus actuaciones, trucos para reírse de la muerte. Los espiritistas quisieron hacerle entrar en contacto con su queridísima madre, muerta años atrás, pero Houdini descubrió el engaño. Su amigo Conan Doyle quiso convencerle de la autenticidad del trabajo de los médiums pero Houdini los desenmascaró y en el empeño perdió su amistad. Dedicó años a descubrirlos y desacreditarlos. Incluso escribió un libro contra ellos. Porque no era posible tender puentes entre la muerte y la vida; no era posible ir a las sombras y traerlas a la luz. Y si lo era, si alguien podía hacer eso, ese tenía que ser él, Harry Houdini. Y así fue como Houdini
preparó su último truco.
Jake es protagonista de una novela negra en la que todos los elementos son tópicos, incluso su vinculación con Houdini, que es fácilmente interpretable como la búsqueda de una salida al mundo lúgubre y sucio en que vive. Porque en las historias de este tipo siempre hay alguien que busca salir, escapar de ese universo sórdido en el que todo se mueve y que todo lo envuelve. Quizá el autor, Leo Brent Robillard, canadiense de cuya pluma han salido otras dos novelas además de poesía y artículos de prensa, ha pretendido hacer de esa conexión con Houdini una metáfora, porque Houdini fue el maestro del escapismo, el especialista en salir de situaciones comprometidas, y eso es precisamente lo que quiere conseguir Jake. Las páginas de la novela están impregnadas de eso mismo, del descontento del protagonista y de su necesidad continua de dar un paso más allá, de cruzar la línea, de ejecutar un truco final que le permita rebasar el límite. Habremos de llegar hasta sus últimas páginas para saber si Jake consigue tener éxito en su truco final.
Houdini hizo un pacto secreto con su esposa, un pacto mediante el cual desacreditaría irreversiblemente a los falsos médiums, vencería a la muerte definitivamente, se reiría de ella como nadie jamás lo había hecho. Para ello y como parte de su truco final, Houdini debía morir. Y Houdini murió, de peritonitis, por una fatalidad, golpeado por un universitario que quiso comprobar la dureza de su estómago. La noche de Halloween de 1926, con 52 años, Houdini se acercó de nuevo como tantas otras veces al límite, pero esta vez lo traspasó, dejó de respirar, dejó la vida y pasó al lado de la sombra, al lado de la muerte. Así empezaba su truco. Bess, su mujer y compañera de escenario durante 30 años, ofreció una recompensa de 10.000 dólares a quien pudiera contactar con su marido muerto, a quien pudiera reproducir el mensaje que solo Houdini y ella misma sabían, el mensaje que probaría que Houdini estaba en la sombra llevando a cabo su truco, quitándose las esposas, liberándose de las cadenas. Diez años pasó Bess recibiendo médiums en su casa, tratando de oír a Houdini, tratando de que alguien le trajera el mensaje que su marido tenía para ella, que alguien le enseñara las esposas de Houdini. En 1936 celebró la última sesión de espiritismo y se despidió de él. Definitivamente. Jamás quedó claro si alguien fue capaz de darle el mensaje de la sombra de Houdini, si el gran mago se libró de las esposas, si Houdini tuvo éxito en su truco final.
ROSABELLE – ANSWER – TELL – PRAY – ANSWER – LOOK – TELL – ANSWER – ANSWER – TELL
[tags]houdini, gánster, escapismo, espiritismo, muerte[/tags]
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Enhorabuena, Cavilius. Tu reseña debe tener algo mágico porque me ha «enganchado» como pocas. Felicidades. ¡¡¡Qué ser tan extraordinario y enigmático el tal Houdini!!!
Hermosa historia y gran reseña Cavilius.
¡Qué estupenda reseña!
Pura literatura que embellece, acerca y seduce al lector hacia la obra comentada.
Muchaqs gracias, Cavilius, por hacerla.
Gracias, buenas gentes.
Es una novela a simple vista típica y tópica, pero solo a simple vista, en mi opinión. A mí lo de Houdini me ha calado, mira…
Qué grande, Cavi.
Es que este Cavi se lo curra. Despues de leer «Acerca de la virtud en la época trágica de los griegos» bebo los vientos por leer cualquier cosa que él escriba.
Parece que las musas le sonrien.
(En oculto: Bueno Cavi, yo ya he hecho mi trabajo, ahora te toca a ti pagar la cena).
Oye Javi, que yo no me he metido con tu edad…
Gracias, Sança. Pues si supieras la de tonterías que escribo a lo largo del día y que por suerte se perderán como gotas en la lluvia…
Por cierto, aquí Houdini y señora hablando: http://youtu.be/TUKyaji79zI
Sança, ¿te has leído «los huerfanitos», «el de Eutresis» o el «Jellenikon»?, ¿eins?
(En oculto: Bueno Cavi, yo ya he hecho mi trabajo, ahora te toca a ti pagar la cena).
(En oculto: Se me olvidaban los postres).
Por no hablar de «el mesenio».
Qué buena reseña Cavilius, me ha seducido y además despertado la curiosidad sobre este interesante personaje.
Me sorprendía Cavi haciendo una reseña sobre escapismo…. pero no es escapismo, es filosofía. Ahora lo comprendo.
Pero, heleno de mis entretelas, si invitas a cenar, queda muy feo eso de decírselo a unos sí y a otros no. Así que apúntame en la lista.
si no es que yo invite a la cena, de hecho creo que ni siquiera estoy invitado. Lo único que sé es que me han dicho que tengo que pagarla…
Por cierto, aquí la canción Sweet Rosabel, de Paul Dresser, 1893: http://youtu.be/pOnBmuaKWw0
Javi, la de Los huérfanos de Clermont tambien me lo he leido, dos temáticas tan diferentes con tan buenos resultados.
Los otros relatos no los conozco, son de ediciones pasadas y todavia no pululaba por estos lares, pero para este invierno que tendré tiempo de sobra para leer intentaré conseguirlos, junto con Hellenikon. ;)
Sinceramente Cav, esta es una de esas reseñas que uno se guarda en su lista de favoritos.
Se te ven las entrañas casi, leyendo este llanto. Leyendo este cante a los bailes dimensionales de los que nos brinda la muerte, a algunos mas severamente que a otros claro está, pero nos lo brinda. Porqué tuvo que ser un griego el que dijo (mientras que otro griego lo escribía) ; ¿acaso muere lo que no ha estado vivo?, ¿acaso vive lo que ineludiblemente, ya ha estado muerto?…
Malditos griegos.
Pues espero que disfrutes de las lecturas, Sança, y gracias.
Aquí la primera grabación de Harry Houdini en acción, allá por 1910: http://youtu.be/KrnCPoTky9s
Me rindo, se me olvidó usar el worpress, y edito desde aca:
«¿acaso no muere lo que ya ha estado vivo?, ¿acaso no vive lo que ineludiblemente ya ha estado muerto?…»
Y perdón, gran reseña oiga.
Vaaaaaaaaaaale no lo dijo así, jo que tios…
No había visto tu comentario, lantaquet. Estaría en el lado de la sombra… Efectivamente, todo está en los griegos, desde luego. Incluso los griegos mismos.
Aquí Houdini en plena faena: http://youtu.be/mUbytEgTXZQ
Pero una cosa ¿Houdini creía? Tengo entendido que la misma espiritista que él intentó destapar al final de su vida, contactó con Houdini en una sesión con la esposade este (Bess), una vez muerto. Aunque al parecer nadie lo confirma. Houdini le había dado a Bess un codigo secreto (de diez palabras clave de una carta de Conan Doyle) con el que ella podría confirmar que efectivamente era él, pero todo son sombras al respecto. Yo personalmente no creo que después de muerto se pueda seguir manteniendo conciencia de uno mismo.
Es un asunto muy difícil de aclarar, lantaquet. No he leído nada al respecto (serio, quiero decir) y si indagas por internet no acabas de aclararte (cosa lógica por otra parte). Por las páginas que yo he mirado aquí y allá, parece que en primera instancia un médium dijo tener un mensaje no de Houdini sino de la madre de este, que Houdini había esperado de ella desde que murió; el mensaje era la palabra «FORGIVE» y Bess confirmó que efectivamente su marido esperó durante años ese mensaje de su madre fallecida. Después el mismo médium (u otro, no lo tengo claro), que se llamaba Arthur Ford, transmitió por fin el mensaje de Houdini: el título de la canción que Bess tarareaba el día que se conocieron (Rosabel) y una serie de palabras (que he puesto al final de la reseña) que con el código conocido solo por Harry y su esposa se traducen en la palabra «BELIEVE». Al parecer Bess primero confirmó la autenticidad del mensaje pero luego se desdijo y continuó buscándolo y celebrando sesiones de espiritismo hasta 1936, pasados 10 años de la muerte de su marido.
Pero ya digo que todo esto no es más que información que corre por internet, así que vete a saber.
Si cav, he mezclado el final de tu reseña con otras cosas que lei antes. Una mala mañana.
Hoy hay un mago (Chris Ángel) que ha hecho cosas realmente difíciles de explicar.
Aunque yo me las doy de esceptico, en realidad solo me hace falta un buen mago para volver a la niñez.
Me han regalado esta Novela «La sombra de Houdini» y, como soy sincero al dar mis opiniones, he de decir que, me extraña sobremanera que, el autor, haya encontrado quién se la edite. Lamento decirlo pero, dicho autor, no sabe redactar ya que lo hace con innumerables párrafos separados unos de otros por puntos y aparte, la mayoria, sin hilación alguna. En definitiva, no es capaz de mantener la atención del lector y su calidad, no llega siquiera a las que antiguamente se publicaban del Oeste o de esas que tantas mujeres leian escritas por Corín Tellado y otoras autoras similares.
Así se comprende, que la vendan en un supermercado al precio de dos euros.
Es lamentable.
Ah. Bueno. Vale. Cuestión de gustos, por suerte. Quizá lea algo de Corín Tellado o Zane Grey a ver qué tal.
En cualquier caso, los párrafos es lo que tienen: que están separados unos de otros por puntos y aparte.
No creo que se refiera a Zane Grey, Cavi.
Además, uno puede imaginar que lo mismo se busca una lectura similar al modo en el que uno mismo escribe, que también irá en gustos digo yo. Que todo puede ser.
no e podido comprar el libro en ninguna parte pero se que es imprecindible leelo contestenme por favor
Hombre, imprescindible no sé yo… No sé, busca en iberlibro, por decir algo.
Aprovecho ésta reseña de Cavilius para anunciaros la publicación de mi siguiente novela. ¿Que porqué lo cuento aquí? ¿En ésta página que reseña Cavilius? Pues porque la novela se titula «El hombre que mató a Houdini». Ese hombre cuenta su vida y los avatares que le llevaron a matar al escapista más famoso de todos los tiempos. Os recomiendo que le echéis una ojeada a la portada y la sinopsis.
Podéis encontrarla en Amazon.es. He decidido publicarla en Amazón, en formato electrónico, con un precio realmente bajo (1,02 euros), por lo que el precio no debería ser un problema. Más adelante espero que también se pueda comprar en papel.
De todos modos, como sabréis, Amazon permite bajar la novela aunque no tengais libro electrónico. Es solo cuestión de descargar la aplicación de lectura, gratuita, para cualquier otro aparato (PC, tablet, Móvil, etc…)
Si Cavilius, o algún otro desea realizar la reseña en Hislibris, estaré encantado.
Saludos,
Olvidaba informaros que he puesto gratis, en promoción hasta el 31 de agosto, mi nueva novela «El hombre que mató a Houdini», para los que deseéis aprovecharlo. Amazon.es.
Un saludo,
Pues no diré que no me interesa porque no sería cierto… Otra cosa es disponer de tiempo para la lectura, pero todo se andará.
Yo estoy en ello, Rufino. Acabo de terminar la lectura del libro y en breve habrá una reseña, en El Placer de la Lectura. La verdad es que me he enterado de muchas cosas que no sabía de Houdini…es un caso curioso. Aunque, en realidad, tu libro va más del «hombre que mató a Houdini» que del propio Houdini…creo yo.
Así es, Ariodante. El libro va sobre «el hombre que mató a Houdini». Lo que sabremos de Houdini será por la voz de ese hombre.
Para los interesados, se estrenó en USA la semana pasada (y próximamente en abierto por Discovery Max por nuestros alres) una miniserie de dos partes sobre Houdini, protagonizada por Adrien Brody. La primera parte se centra mucho en el escapismo de Houdini, la segunda en su cruzada contra los espiritistas y médiums. Guión mejorable, pero entretiene bastante.