MEMORIAS DE UN FRANCOTIRADOR EN STALINGRADO – Vasili Záitsev
«He matado a 242 alemanes, incluidos más de diez francotiradores enemigos. Siempre he tenido la convicción de que soy más astuto y fuerte que los alemanes, y de que mi fusil dispara con mayor precisión que un fusil alemán. Conservo la calma en todo momento, y por eso nunca siento miedo a los alemanes».
Silencio. Solo permanece el viento que arrastra las cenizas del campo de batalla. Parece que todo está tranquilo. El capitán, algo nervioso, manda a sus tropas que avancen por la calle desierta. La zona parece despejada. Sin peligro aparente. Pero de pronto a su derecha uno de sus soldados cae. No por una bomba fulminante sino de un rápido disparo que le ha seccionado el cuello. Lo mismo le pasa al que esta a su izquierda que también cae al suelo con un nuevo ojo en la frente. Ahora el capitán se arrepiente de haber dado la orden. Un error grave pues se da cuenta de que en aquella atmósfera estática hay un asesino frío y calculador… un francotirador no identificado. La última bala directa a sus ojos le confirma que aquella piedra inmóvil no era tal…
Esta breve escenificación bélica es la que mejor ejemplifica el mito del francotirador. La idea de un asesino solitario que desde un lugar oculto, mimetizado con el ambiente, puede sembrar de terror al enemigo y que gracias a su pericia puede acabar en un momento con más soldados desprevenidos que todo un pelotón de fieros guerreros. De este tipo de soldados se ha hablado mucho y se les ha representado cientos de veces como una especie de Segador silencioso. Y quien mejor lo ha ejemplificado, siendo todo un as dentro del cuerpo de francotiradores, es el ruso Vasili Záitsev del cual todavía se siguen estudiando sus métodos y estratagemas de combate en las academias militares de medio mundo. Es por ello que estamos de enhorabuena al tener entre nuestras manos un libro esencial dentro de la historiografía de la Segunda Guerra: Memorias de un Francotirador en Stalingrado, escritas por el mismo Vasili Záitsev y publicadas recientemente por la editorial Crítica.
Que nadie piense que, a pesar del titulo del libro, estas memorias solo hablen de la Batalla de Stalingrado ( 23 de Agosto de 1942 – 2 de Febrero de 1943), pues el autor, aunque se centra esencialmente en la batalla que le catapultó a la fama, también hace un preámbulo bastante interesante sobre su formación como cazador allá en una taiga de los Urales junto a su abuelo cazando primero con arco y flechas y después con arma de fuego, para luego pasar a describirnos como a los 27 años era marino en la flota rusa del Pacífico, la cual estaba varada en Vladivostov. Pero aunque lucía con orgullo su camiseta telniashka (hecha a base de rayas azules y blancas, todo un símbolo del valor) en aquello barcos, por dentro le escocía no estar luchando en Stalingrado mientras muchos de sus amigos morían allí defendiendo a la Madre Patria. Así que no dudó en presentarse voluntario para ir a la ciudad del Volga junto con un destacamento compuesto de marineros y soldados. En concreto el 248ª División de fusileros.
El 22 de Septiembre de 1942 se produce su paso por el río hasta la ciudad apocalíptica. A la vista de nuestro protagonista se alzan en medio de la noche ruinas gigantescas de fuego y humo, iluminadas de balas trazadoras, de lo que antes fue una prospera ciudad industrial. Esta visión horrible no le amilana y pronto traba combate contra los alemanes en las mismas orillas del Volga. Pero todavía no es el mítico tirador que todos conocemos. Días y días han de pasar hasta que un buen día sus oficiales ven en él una peripecia para disparar desde lo lejos al enemigo fuera de lo común. Así pues llega el día en que su habilidad consigue que el alto mando tenga a bien ponerle en sus manos un fusil nº 2826 de francotirador. No se arrepentirán de ello. Mientras tanto Záitsev, que ya pertenecía al KOMSOMOL (Unión Comunista de la Juventud) pasa a formar parte del Partido Comunista.
Desde ese momento comienza su adiestramiento como tirador de primera, superando pronto a sus maestros. Gracias a sus dotes especiales y a su condición de cazador pronto se convierte en leyenda tanto entre rusos como entre alemanes. Sabe que la experiencia es el mejor aprendizaje dentro del mundo de los francotiradores por lo que a las enseñanzas recibidas se permite utilizar métodos y estrategias propias de antiguo cazador. Destacan sus hazañas en aquella «guerra de ratas» matando alrededor de seis alemanes diarios, siendo estatua inerte entre los cascotes de las derruidas fabricas o en la suicida reconquista de la colina Mamaiev. Aun así Záitsev no es inmortal e incluso recibe una herida de metralla que le deja temporalmente fuera de combate. Después de recuperarse vuelve al servicio activo y como premio a sus dotes increíbles le conceden la mención honorífica más alta de Rusia: La Estrella de Oro de Héroe de la Unión Soviética.
Como se puede ver Memorias de un Francotirador en Stalingrado es ante todo un relato emocionante de una batalla que costó alrededor de cuatro millones de vidas. Vasili Záitsev plasma en esta obra el día a día de la vida de un soldado en Stalingrado. Nos movemos entre el fango de las trincheras, la sangre derramada por soldados que no duran más de 24 horas, y el fuego de un verdadero infierno en donde incluso existían calles en donde no se podía respirar. Un verdadero agujero dantesco en el que cualquiera que entrara no tenía esperanzas de salir nunca más. Por tanto no son unas memorias escritas desde la lejanía sino que con estilo enérgico, directo e inteligente nuestro francotirador ofrece la realidad de lo que es una guerra llena tanto de actos heroicos como estúpidos a la vez. En resumidas cuentas, un libro que no da tregua al lector.
Antes de terminar me gustaría añadir que Memorias de un Francotirador en Stalingrado también es una obra que se reivindica a sí misma pues nos aleja de todos los estereotipos expuestos por el film de Jean-Jacques-Arnaud Enemigo a las puertas (2001). Después de leer el libro se da uno cuenta que de que lo único que ha hecho el director de cine ha sido coger el nombre del personaje y ponerlo en un ambiente bien recreado. Nada más. Es decir que no existe ningún viso de verosimilitud entre la película y la historia real. Para empezar la fisonomía de Záitsev: el francotirador real era algo bajito y achaparrado… ¡vamos nada que ver con Jude Law! En estas memorias no aparecen los pelotones de fusilamiento a regimientos de penados mientras que en la película de alto contenido anticomunista existen desde el principio. Es posible que los hubiera pero no en el momento en que Záitsev recala en Stalingrado. Cuando llega a la ciudad humeante en la realidad lo hace de noche de manera tranquila mientras que en la película son ametrallados por aviones a pleno día. Y por último y más importante el eje del film, el duelo continuo entre el francotirador alemán y ruso no existe. Es pura ficción. Záitsev se bate de continuo no contra soldados alemanes rasos sino también contra sus homólogos teutones, pero en ningún momento Berlín envió a una especie de súper francotirador a matarle. En fin… como se podrá ver la película ha hecho más daño que bien a la figura de nuestro héroe ruso, y aunque es entretenida les recomiendo que mejor se lean el libro pues, les aseguro, se sumergirán en una batalla en la que hombres como Záitsev hicieron tambalear al Reich de los Mil Años.
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Genial recreación de la «rattenkrieg» de Stalingrado, Balbo. Por lo que cuentas un libro muy a tener en cuenta para todos los apasionados de la II Guerra Mundial y, especialmente, del Frente del Este.
Enhorabuena por la reseña y saludos.
Buena reseña Balbo. Interesante libro sobre el franco tirador Vasili Zaitsev, más si tenemos en cuenta que se supone escrito por él.
No obstante haces algunas apreciaciones personales sobre la película, el anticomunismo y algunos de los mitos sobre sus hazañas, y ahí te sales de la pura reseña literaria para meterte en aguas más cenagosas.
Que el protagonista de la película sea más guapo, es lo normal (razones comerciales mandan), no hay más que comparar a los famélicos Billy the kid, doc Hollyday, o Jesse James, con Newman, Kirk Douglas, Kilmer o Brad Pitt.
En cuanto a la pelicula en sí yo tenía entendido que se basaron más en el Stlingrado de Beevor que en esta autobiografia. Por otra parte el enfrentamiento con el francotirador alemán es cierto que hoy día se tiene como dudoso en el mejor de los casos pero no es invento del director de la peli sino de la propia propaganda soviética de la época, quedaba así mucho más heroico y motivador. En cuanto al anticomunismo de la película… ya digo que se basaron en otras fuentes para recrear el ambiente (sin pretender entrar en la mayor o menor exactitud histórica de la película) y ademas no tengo más remedio que recordar aquí la opinión de Germanico (forero hislibreño) sobre las biografías, que en este caso es especialmente válida.. no creo que un Vasili miembro del Partido, héroe soviético, y escritor de su sus memorias bajo ese régimen se permitiera ni por asomo describir o aun hacer mención siquiera de ciertos hechos y cuestiones. No creo que sea una buena interpretación tener por falso o anti-lo que sea, todo cuanto no coincida exactamente con estas memorias, en especial todo aquello que no sea el propio Zaitsev.
La película tuvo, en cualquier caso, una gran virtud, nos hizo descubrir a la gran mayoría de mortales la historia de este hombre.
Que Záitzev no tenía el porte de Jude Law… estaba clarinete. :-P
Interesante libro, lo tengo en mi punto de vista. Koenig, creo que fue, advirtió en el foro acerca del componente propagandístico de Záitsev, voluntaria o involuntariamente. ¿Se incide en ello?
Existen dos versiones (incluidas en el libro) de las memorias de Zaitzev: la propagandistica escrita tras la batalla de Stalingrado a traves de una entrevista (los de Crítica la han incluido lal final) y la menos propagandística que es el 90 % del libro. Es prosovietico hasta la médula pero no esta continuamente dando la matraca con lo guay que es la Madre Patria. Lo que a él de verdad le importa es la batalla en sí, en como se vivía en medio de aquel infierno y como fue su entrenamiento y como se convirtió en maestro de francotiradores.
Os las recomiendo :-)
Saludetes.
¡La imagen de la cabecera es brutal! ¡buenísima!. Felicidades, ha quedado genial. ;-)
Yo creo que el gran acierto de la película fue incluir el personaje del francotirador alemán. Como dice claramente Fiennes, ese conflicto resume la naturaleza del conflicto (Al menos desde cierta perspectiva, la propagandistica) A la vez, sin el personaje del francotirador alemán, no hay película, no hay tensión ni drama. Esto lo entenderían bien los periodistas soviéticos en su momento, que crearon al super-francotirador nazi (Heinz Thorlvald, el instructor en jefe de la escuela de francotiradores de las SS en Zossen) y se lo adjudicaron a Zaitsev, que por sus orígenes humildes y rusos era perfecto para aparecer en las fotos (Aunque quizás no fuese atractivo)
Ivan Sidorenko fue un francotirador muy superior, de hecho se le destinó como instructor por su gran capacidad, pero como al parecer descendía de una familia de Kulaks represaliados, no se le consideró adecuado para ser enaltecido. 500 bajas confirmadas. Confirmadas por el ejército rojo, claro, pero aún así bastante impresionante.
Gracias y me alegro, Balbo ;)
No me creo que este libro sea solamente un 10% propaganda con los extractos que he leído, donde muchas veces se entiende cierto «clasismo» con oficiales alemanes que parecen una clase «alta» superior al pobre ciudadano ruso del otro bando. Como ejemplos: «un mayor muerto en su bañera y que portaba un magnífico rifle de caza, un disparo que mata a un oficial alemán y destroza su medalla de Cruz de Hierro, mata a su primer enemigo estrangulándolo» …….
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/01/25/actualidad/1390667674_489908.html
Ya directamente sus cifras de bajas están infladas y son fruto de la propaganda, había que crear héroes para el pueblo y nadie se molestaba en verificar los datos. En combates aéreos fueron la única nación que no tenia un sistema de cuotas, de modo que si 3 rusos atacaban al mismo aparato enemigo y lo derribaban, era una victoria para cada piloto.
¿242 muertos o 242 alemanes muertos y heridos? ¿Cómo se sabe que el enemigo alcanzado no sobrevivirá al tiro? ¿Un alemán muerto a 550m con un rifle de la SGM y en medio de una ciudad reducida a cascotes?
Compruebo que a Balbo le ha entusiasmado el libro, y que ha opinado en caliente, tras acabar de leerlo. Lo que no crítico, pues la reseña desde luego da ganas de leerse el libro. Pero estoy de acuerdo con la apreciación de Milius, por dos razones: se trata de unas memorias, con las precauciones que hay que tomar en su contenido; y segundo, en relación con lo primero, porque no mencionar lo que el film Enemigo a las puertas señala, esto es, masacre de aquellos soldados rusos que retrocedían, no quiere decir que no sucediera. Desgraciadamente, este es un hecho constatado. Los soldados rusos que sobrevivieron al cautiverio alemán (fueron ellos los primeros en sufrir los efectos del gas zyklon B), fueron tratados como parias por el régimen soviético. Es muy conocida la defección de Vlassov uniéndose al ejército alemán, pero se sabe menos que mientras fue oficial soviético se le denegó el permiso a rendirse tras quedar rodeado por el ejército alemán, y se le ordenó que sus hombres murieran en una carnicería inútil. Vlassov desoyó a sus mandos superiores y, conforme al reglamento de guerra, se rindió. Por otro lado, como otros foreros han comentado, la película no se basa en las memorias de Vasili Záitsev, sino que tiene en cuenta otras fuentes. Tratándose de una película, pues podríamos ver el duelo entre ambos francotiradores como una reminiscencia actualizada del cine del Oeste. Era una opción segura del director y del equipo de producción de cara a la taquilla pero también criticable como fidelidad histórica y actividad creativa. De todas formas, el propio Vasili Záitsev confiesa que mató a 10 francotiradores, según el extracto que ha hecho Balbo, y en una de mis lecturas (Claude Bertin) que sobre el episodio de Stalingrado leí en mi adolescencia, en una de las acciones de un francotirador ruso, que perdía a su camarada apostado junto a él al mismo tiempo que mataba, tras localizarlo, al francotirador alemán. La conclusión del francotirador ruso tras la acción es que el alemán debía ser muy bien tirador para haber conseguido hacer una diana tan difícil nomás asomar la cabeza de su guarida. Aparte que el duelo como estaba retratado en la película no me lo creía, pero no niego que pudo existir de otra forma más azarosa o menos personalista que la presentada por un film bastante comercial. En fin, determinadas tácticas que tenía el mando ruso de combatir a los alemanes, como la de lanzar oleadas de soldados contra colinas defendidas por los teutones hasta dejarlos sin munición, serían condenadas sin duda por un tribunal penal internacional. Por cierto, parece que el francotirador que más dianas obtuvo fue un finlandés, y precisamente en la guerra que la URSS de Stalin llevó en 1939 contra este pequeño país escandinavo. Guerra que casi provocó que el Reino Unido, conducido por Churchill, declarara la guerra al país de los soviets; y que ante los desastrosos resultados que el Ejército Rojo cosechó allí, animaría a Hitler y al Alto Mando Alemán a llevar a cabo la Operación Barbarroja dos años después seguros de una victoria que, como todos sabemos, jamás llegó…
Simo Häyhä es el finlandés que menciona Captain Wonder. Juan Antonio Cebrián le dedicó uno de sus «Pasajes de la Historia»:
http://www.ivoox.com/simo-hayha-guerra-ruso-finesa-audios-mp3_rf_477564_1.html
En cuanto a la reseña, llevo ya mucho tiempo queriendo leer algo sobre francotiradores en la IIGM, y sobre Vasili Záitsev en particular. Básicamente desde que vi «Enemigo a las puertas». Aunque con las reservas que comentan arriba por el tema propagandístico creo que estas memorias son un buen plato. Ahora sólo me falta sacar tiempo para leerlas en la enorme pila de lecturas atrasadas que llevo. :(
¡Buena reseña Balbo!
Se parece a Iniesta…
Imagínate a Stalin gritando eso de: «¡Simo Häyhä de mi vidaaaa!»
Incluso en el caso del finés habría que ver cuáles de sus más de 500 víctimas cayeron bajo el fusil Nagant y cuáles perecieron bajo las balas de su subfusil ametrallador. Es un detalle que muchas veces se obvia. Por cierto que él sí se enfrentó a un francotirador enemigo o más bien cayó en una trampa de los rusos, donde una bala explosiva le alcanzó en la cara. «Enemigo a las puertas» es bastante mala, una gran decepción por su presupuesto y muy inferior a la alemana «Stalingrad» de unos años anteriores.
Pues a casi todo el mundo le gusta enemigo a las puertas, mientras que el resto de las películas de Stalingrado ni me suena haberlas visto. Por cierto que hay varias con ese nombre, una rusa de 2013, otras dos alemanas de 1993 y 1959 y otra soviética del 89… que yo sepa.
Sobre gustos no hay nada escrito, Milius. «Enemigo a las puertas» es entretenida, con mucha pirotecnia visual. La he visto y opino eso. La alemana de 1993 es también entretenida en cuanto a otros aspectos, como ver el desarrollo del combate urbano que más tarde se reproduciría, aunque de manera más breve, en Berlín. Luego está por supuesto el detalle bien cuidado de que los protagonistas de «Stalingrad» no tuvieran nada que ver con los crímenes de las SS ni de la propia la propia Werchmatt llevados a cabo contra los prisioneros o la población civil soviética. De la misma manera que para que el personaje encarnado por el francotirador alemán, Ed Harris, en «Enemigos a las puertas» no corriera el riesgo de ganarse alguna simpatía entre el público, pues ejecuta fría y calculadamente por ahorcamiento a un niño patriota ruso… La película alemana de 1993 también es mejor que la de 1959, en todos los aspectos. Las otras dos rusas no las he visto, aunque si he visto alguna rusa de la época soviética, y no me refiero a «Cuando vuelen las cigüeñas», y en cuanto a fidelidad histórica dejaban mucho que desear. Ya no estaba Eisenstein para contarnos esos acontecimientos
nadie duda del patriotismo ruso del niño, pero también es un espía en tiempos de guerra y en esa época y, en la película, responsable de muchas muertes, el alemán simplemente rentabilizó la ejecución utilizándola a modo de macabro cebo.
Ya, Milius, pero con ese gesto que ves hasta cierto punto lógico, supera el alemán en maldad al ruso, precisamente en los momentos finales del filme, en que la situación estaba «equilibrada». Así se da carpetazo a lo que podría haber sido un duelo entre caballeros. No es que critique el recurso, por manido que parezca. Es una situación que podría haberse dado, y evidentemente ese tipo de crímenes se cometieron. De la misma manera, aunque la práctica de la violación masiva de mujeres alemanas por parte del ejército soviético se utilizó como un arma más de terror y castigo contra la población civil (alemana), no por ello repudio la gesta de Vasili Zaitsev
Captain, no veo diferencia en la maldad, el tirador ruso mataba «a escondidas» y a distancia de un modo que podríamos tildar de cobarde y poco caballeroso aunque legítimo, que no sé donde veis alguno señorío en tal forma de matar. El Alemán no es un criminal, puesto que la ejecución es conforme a las leyes de la guerra del momento, aunque evidentemente tampoco es un caballero, y es que la caballería ya estaba muerta en los tiempos de D. Quijote si es que alguna vez existió fuera de los libros. La violación masiva de las mujeres alemanas por parte de los rusos, fue usada del modo que dices pero también fue la venganza de un pueblo que sufrió exactaemtne el mismo trato en su día por el invasor alemán, podríamos decir que donde las dan las toman. La guerra es terrible y no es de caballeros, nunca lo fue y menos esta.
Milius, discrepo una vez más de tus palabras. No se trata simplemente de vengar la sangre con el sexo. La mayoría de los que llevaron a cabo esas vejaciones contra el colectivo de mujeres del bando rival, no habían sufrido los estragos de la ocupación nazi. Pues un grueso fuerte provenía del Oriente, y el territorio ruso apenas fue ocupado por la Werhmacht (como sí Ucrania o Bielorusia) Por lo que no fue un mero ajuste de cuentas. Por otra parte, los crímenes de guerra no prescriben tras la finalización de las hostilidades. Es verdad que muchos alemanes fueron acusados por los mismos delitos q habían cometido ingleses o americanos, pero que no por ello fueron juzgados por tribunal alguno (EEUU no integra actualmente el TPI, y la URSS de entonces creo q ni siquiera había firmado la Convención de Ginebra). Aunque las masacres cometidas por los Aliados no alcanzaron, hasta cierto punto (pienso en los bombardeos de Dresde, o de Hamburgo), la envergadura del genocidio nazi… En fin, está claro que Jude Law está lejos del prototipo de Gary Cooper (Sargento York), y que la suerte de los francotiradores era bien amarga si el enemigo daba con ellos (en Normandía, los Aliados, muchas veces, no «aceptaban» su rendición o respetaban su vida una vez se quedaban sin balas) No, los francotiradores no tienen buena imagen (uno de ellos, no lo olvidemos, acabó con el Almirante Nelson…) Pero los actos llevados a cabo por el francotirador ruso no habrían sido tenidos en cuenta por un TPI actual, mientras que el del alemán sí. Otra cosa, aparte, es que durante esa batalla ambos contendientes violaran los derechos humanos (por ejemplo, masacre de rusos por sus compatriotas si retrocedían) Por cierto, Guderian ignoró las leyes de Hitler que le indicaban que los comisarios políticos soviéticos detenidos debían ser asesinados. Que no todo vale en la guerra, ya lo sabían algunos
«Enemigo a las puertas» es una caricatura de película bélica con fundamentos históricos,en el mismo momento que aparece el aristócratísimo Koenig despreciando a los soldados heridos alemanes que viajan en otro convoy de tren. Con desprecio echa la cortinilla de su vagón para que su visión no le perturbe su cena. Un detalle clasista más propio de una cinta propagandística soviética de la ex URSS que de una producción europea del 2001.
Mejor no hablemos del niño ruso, porque por una barrita de chocolate era capaz de vender a toda su familia a los alemanes, otro despropósito de la película y otra tontería más del filme. Pero la peor escena y frase se la lleva el compañero de Zaitsev, un avezado sniper que segundos antes de morir afirma que ¡¡No es posible acertarle a un soldado en movimiento!! Será que el pobre no tenía idea de cómo se cazaban los patos (pj)
Lo de las violaciones fue un ajuste de cuentas, aunque le sacaran otros rendimientos luego. Hitler no invadió Rusia, invadió la Unión Soviética. A Nelson no lo mató un «francotirador» lo mató un tirador desde un buque en plena batalla naval, algo que entra dentro de la propia batalla y de lo esperable, sin ánimo de iniciar una polémica sobre la definición exacta del término francotirador, que creo que va más allá de su condición de tirador de élite y engloba su comportamiento furtivo, alevoso y al «descuido», aun siendo un elemento tan válido como cualquier otro en la guerra.
Milius, ya sé que Hitler invadió la URSS, y que la ocupación del territorio varió de una república a otra, siendo la rusa de las menos afectadas. Por otro lado, que limites el asunto a un mero ajuste de cuentas, pues no les serviría de excusa a los ejecutores en un tribunal penal. De todas formas, si las cosas son tan lógicas como las expones, a ver si ves en alguna película bélica un soldado soviético o aliado haciendo este tipo de actos tras un duro combate en suelo alemán… Por lo demás, los francotiradores tuvieron sus inicios en las armadas, es decir, las fuerzas navales. El ejemplo que te he dado es válido. De hecho, en una película sobre Nelson, éste caía abatido tras estar en el punto de mira de un tirador, estratégicamente apostado en las partes más preeminentes del navío, y no de una bala lanzada al azar o una descarga hecha en bloque (a continuación, en el film, hecho no verificado históricamente, un niño de los que formaban la banda musical del buque insignia inglés, se hace con un fusil más alto que él, apunta al francotirador que esperaba inerme a que hiciera fuego sobre él, y dispara, hace blanco contra el francés a la primera: la película era británica, y relataba unos hechos sucedidos más de 150 años después. La objetividad emocional del narrador a veces no tiene mucho que ver con que los acontecimientos que se nos cuenten sean cercanos o muy lejanos)
Los americanos ya hicieron uso de tiradores selectos, verdaderos francotiradores en su guerra de Independencia. Por ejemplo fue abatido a 300 yardas el imprudente general británico Simon Fraser cerca de Saratoga, le alcanzaron al tercer disparo. También abatieron de un certero tiro a su ayudante Francis Clerke.
En youtube pueden encontrar un vídeo muy interesante con una pelicula de 69 minutos sobre el entrenamiento de los francotiradores alemanes en la SGM, «World War II German Sniper Training»
En la serie «Norte y Sur» uno de los protagonistas es tirador de primera selecto.
Leído la semana pasada, muy ameno, nos permite acercarnos a lo que pensaba este francotirador en concreto (aunque de la población de Stalingrado apenas sabemos nada en las páginas que escribe Záitzev). Interesante…
Es un libro que en principio no me interesaba en exceso, pero el tema creo que resulta original y si puedo me gustaría leerlo. Me imagino, lo desconozco, que en la Wehrmacht existiría algún grupo de francotiradores de élite al estilo del mencionado Vasili Záitsev. No sé si menciona algo este francotirador soviético al respecto en sus memorias.
Un saludo.
De hecho, David, un francotirador, Bruno Sutkus, del ejército alemán que combatió en el frente ruso, tiene publicadas sus memorias en inglés. En español de vez en cuando se traduce una obra de este tipo, como la obra que aquí nos ocupa. Aparte de esto, está la pega del precio, un poco caro para tratarse de unas memorias
No puedo negar que a mi Viñas es un autor que me encanta, a pesar de que hay ocasiones que, en mi humilde opinión, no toda fuente primaria explica o determina la sucesión de unos hechos. Napoleón decía que para ganar una guerra hacían falta tres cosas: dinero, dinero y más dinero. Puede que sí, es más, estoy convencido que sin él las posibilidades de ganar una guerra, ¡ojo! hablo de una contienda larga en el tiempo, son casi imposibles. Franco tuvo dinero, más dinero que los republicanos y venció, es una explicación tal vez demasiado sencilla, pero creo que a la larga acabó por ser suficiente para derrotar al EPR. Alemania en la IIGM se enfrentó con un potencial económico determinado frente a otras superpotencias que superaban su poder de reservas tanto energéticas como monetarias y al final acabó sucumbiendo. Sus grandes mandos militares sirvieron para conseguir victorias en el orden táctico y operacional, pero claudicaron ante una falta de estrategia. En el caso de la GCE, creo que los nacionales dispusieron de mejores medios y…..de una estrategia más acorde al tipo de guerra que se estaba desarrollando en España.
En cuanto al objetivo de este libro, creo que parece que tiene un claro objetivo divulgativo y didáctico para todo aquel lector que quiera algo más sencillo de leer que la inmensa trilogía de Viñas….la cual aconsejo sin dudarlo.
Un saludo.
Disculpar el mensaje anterior, quería publicarlo en la reseña de farsalia «Las Armas y el oro» de Angel Viñas…..¡Qué cabeza la mía!
Gracias por la reseña. Lo apunto y lo tengo pendiente en mi colección de obras sobre stalingrado.
A mi la película me gustó aunque hay cosas que chirrían como en cualquier película de Hollywood.
un saludo.
Mira que me arrepiento de no haberlo comprado. Lo tuve en las manos y al final me decanté por El jilguero de Donna Tartt. Craso error, menudo pestiño.
A ver si un día de estos me hago con él porque no dejo de pensar en leerlo.
un saludo.
un día ley sobre vasili zaitzev el mejor tirador que exitio en la segunda guerra mundial, y desde entonces me quedo esa leyenda en mi mente y es por eso que si hay alguien quien me pueda dar mas información sobre vasili zaitzev le agradeseria
Leídas estas memorias mi opinión es totalmente positiva, independientemente de los puntos propagandísticos que pueda tener la obra, creo que hay una viva descripción de la labor de estos francotiradores de élite y que mejor lugar para llevar a cabo este tipo de combate que una ciudad como Stalingrado. Me ha gustado mucho la manera “científica” con la que Vassili Zaitsev estudiaba las posibles localizaciones de francotiradores enemigos, intentar averiguar dónde fue encontrado el herido, poder hablar con el mismo e interrogarle sobre su posición exacta a la hora de ser alcanzado parece que servían para hacerse una situación del lugar exacto del alemán de turno. La paciencia desarrollada era máxima, se puede hablar desde luego de un duelo en donde el menor error te podía costar muy caro. También me ha impactado su relato sobre las luchas cuerpo a cuerpo, la descripción que hace sobre cómo consigue estrangular a un alemán es muy dura, demuestra lo terrible que debió ser aquella guerra entre edificios y con un enemigo que lo tenías a escasos metros de ti. Desde luego es una obra con gran intensidad y que se lee con gran avidez. Un acierto de publicación.
Tengo pendiente leerme el libro, como fan de la historia considero que la hisotoria de Vasili como de las más interesantes porque nos cuenta de primera mano como sucedió la guerra, gran reseña.