MOTÍN EN LA BOUNTY – John Boyne
John Boyne, autor de El Niño con el Pijama de Rayas, cambió completamente de registro para lanzarse con el que es, posiblemente, uno de los episodios más famosos de la historia naval: el motín del «HMAV Bounty» (que ocurrió el 28 de abril de 1789).
Mi sorpresa fue mayúscula cuando conocí que este escritor cambiaba tan radicalmente de tercio, y dejaba de lado los parajes sombríos del campo de exterminio de Auschwitz por las soleadas aguas del Pacífico; y fue precisamente este hecho el que despertó mi curiosidad. Hay que reconocer que Boyne es un tío valiente. Escribir sobre un episodio tan conocido por los amantes de la Historia y, sobre todo, con algunos precedentes -a mi juicio insuperables- como El Motín de la Bounty de Charles Nordhoff y James Hall (Edhasa), ha de tener de fondo un interés por aportar algo nuevo, «fresco», con todo lo que se ha publicado sobre el tema y sin olvidar sus tres versiones cinematográficas.
Fue precisamente el fruto del celuloide el que empujó a Boyne a contarnos su versión del motín, en un intento de «purificar» la imagen del teniente William Blight (comandante de la «Bounty»), convertido por el séptimo arte en el malo de la película (y nunca mejor dicho) y antítesis de Fletcher Christian, al que tanto Clark Gable como Marlon Brando encumbraron como el auténtico héroe de la historia. Pero John Boyne comete, a mi juicio, un gran error. Se afana en mostrarnos a Blight como algo más que un torturador de la marinería cuando olvida que los que ven así al comandante de la «Bounty» son, sobre todo, los que fundamentan su opinión en lo que vieron en la pantalla. Los que tenemos algo de conocimiento de la historia ya sabemos que Blight fue un excelente hombre de mar, responsable de la que está considerada como una de las grandes hazañas de la historia naval, al llevar a los hombres que no participaron en el motín hasta Timor, en una travesía de 5.800 millas en una lancha diseñada para la mitad de los tripulantes que la ocupaban.
Al margen de esto, la narración en sí no engancha lo más mínimo. El protagonista es John Jacob Turnstile, un rufián de las calles de Portsmouth que, por los avatares del destino, termina al servicio del mismísimo teniente Blight, que convierte al jovencito en su confidente, cuando lo habitual en aquellos tiempos era tratar a los sirvientes con menos consideración que a un gorgojo (que en época de carestía a bordo tenía un valor nutricional considerable). En su intento de aportar algo nuevo a la historia, Boyne se saca de la manga una trama paralela en donde Turnstile sufre un auténtico trauma, ya que en Portstmouth malvivía a cargo de un tal señor Lewis que, atención señoras y señores que esto es muy fuerte, no sólo se dedicaba a afanar monedas y pañuelos para su benefactor, sino que también ofrecía su cuerpo para capricho de caballeros depravados.
En mi opinión, un intento burdo por parte del autor por darle algo de «morbo» a la novela, cuando el resultado se me antoja de muy mal gusto y sin ninguna trascendencia (y cuyo desenlace es ridículo) en el producto final.
Sobre el relato del motín, escaso de detalles y con Turnstile que estará a bordo de la lancha rumbo a Timor, en lo que puede ser lo más interesante de la novela (por buscar algo) al relatar el intento de los leales a Blight de sobrevivir a las carencias y los peligros del mar y los indígenas.
No obstante, insisto en que en la obra de Nordhoff y Hall es superior no sólo en este episodio de la historia, sino en todo lo demás, como las vivencias de Fletcher y los suyos tras hacerse con la Bounty (lo que Boyne obvia sin ningún reparo).
En resumen, un libro aburrido y completamente prescindible, a lo que hay que añadir, para colmo, que casi todo el mundo conoce el desenlace de la historia, lo que elimina por tanto cualquier asomo de emoción por la incertidumbre.
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Capi buena reseña, eso si no sé como te has comprado la novela de un tipo que ha escrito el «coñazo» de El niño del pijamita.Malo, malo, malo.
Buena reseña, inteligente y muy instructiva. Instructiva por te indica lo que ya sospechaba del libro, basura mala mala… Gracias doblemente Daniels. :-)
Capitán, mi más sincera enhorabuena. No es fácil hacer una tan buena reseña con una tan, en tu criterio del que no dudo, mala novela. Nos ahorras una compra y perder el tiempo con ella. Gracias.
Parece un libro que se podían haber ahorrado publicar… y que fijo nos ahorraremos comprar gracias a esta estupenda reseña. :)
Pues yo le doy un voto de confianza, «el niño del pijama» fue un boom y atrajo a la novela histórica a muchos lectores.
Muchos de estos lectores han vuelto a comprar este libro y sospecho que la mayoría tenía la impresión del teniente Willian de las películas y me parece bien que haya lavado un poco su imagen para el gran público.
El problema no es el lavado de imagen, Myky, es la historia en sí, que no engancha. Sobre el género hay cosas mejores, créeme.
Buenas tardes:
Sí señor, la mejor reseña es el doble de buena si se hace sobre un libro que no te gusta. Felicidades por el atrevimiento.
Cortésmente.
Hago reseñas de novelas que he leído y que no figuran en el listado de reseñas de Hislibris, simplemente.
Más bien diría mala suerte que atrevimiento.
Un saludo Antonio.
Hola a todos.
Pues sí, la novelita es mala como un dolor. Y si uno ha leido cuatro o cinco veces la de Nordhoff y Hall, como me pasa a mí, es peor.
Tengo la mala costumbre de leer todo lo que me regalan así que tiré p´alante y me tragué al niño del pijama y el motín; las dos son malas, para olvidarlas.
Lo único que apetece después de leerlas es volver al Diario de Ana Frank y a la de Nordhoff y Hall respectivamente.
Saludos
Daniels, mi enhorabuena. Primero por atreverte a leerlo, después, por reseñarlo a pesar de sus fallos, y tercero, porque la reseña es correctísima. Me encanta no tenerme que leer este libro, y sí el de Nordoff, que lo tengo en la estantería llamándome a gritos.
Y además, comparto tu opinión sobre el capitán Bligh, completamente. Nuestra opinión de las cosas muchas veces está «sugerida» por una interpretación tendenciosa. Y repito lo que dije en otra charla sobre estos temas. Desde nuestros días, nos horrorizamos si leemos que un capitán castigaba a latigazos a sus indisciplinados marineros, pero eso era lo habitual, como era habitual tener esclavos en su momento, etc etc. Dentro de ello, había niveles, por supuesto. pero ir de guaperas (Brando y Gable) y de buenos chicos en un barco lleno de posibles amotinados es una ficción in fumable. Y conste que Brando y Gable me chiflan…
perdón por las erratas…el teclado, ya se sabe…
Una lectura insatisfactoria siempre deja mal sabor de boca, y además sé por experiencia la dificultad de afrontar la reseña de una novela que no ha gustado. Sin embargo, Capitán, es de agradecer este tipo de aviso para navegantes. Gracias por ahorrarnos una lectura insípida, que el tiempo es escaso y los libros por descubrir, muchísimos. Y además, por el mismo precio recomiendas (recomendais) una novela mejor sobre la Bounty, para que nadie se quede con las ganas si le gusta el episodio.
Pues mucvhas gracias por tu reseña porque yo estaba frenada a comprarlo por eso de un cambio tan radical de registro y tú me lo has confirmado. Gracias
Capitán, por si te interesa se ha editado, o reeditado, el libro con las memorias del Capitán Blight, por la editorial Ediciones del Viento.
Vaya, Juanri, es una buena editorial de viajes. Yo tengo unos cuantos. El de las memorias de Bligh lo tengo desde hace bastantes años en un librillo de la editorial Fontamara, (1982). Bueno, las memorias no sé, es simplemente el relato del motín y sobre todo, de su regreso. Y comparte el libro con el relato de Julio Verne «Los amotinados de la Bounty». ¿El que tu citas son memorias de toda su vida o sólo es el relato del viaje?
Ariodante, aquí te dejo los datos que da la editorial, creo que es sólo sobre el motín, pero veo que tiene 288 páginas, así que no es tan breve.
La verdadera historia del motín de la Bounty
William Bligh
Ediciones del Viento
Colección Viento Simún
ISBN: 9788496964495
rústica
16 x 24 cm
288 págs
Resumen
Corre el año de 1787 cuando el rey Jorge III encarga al teniente de navío William Bligh que se dirija a las Islas de la Sociedad, donde según Cook abunda el árbol del pan, para recoger algunos ejemplares y trasladarlos a las Indias Occidentales con el fin de aprovechar su fruto como alimento. Para ello lo pone al mando de la Bounty, un antiguo mercante transformado en fragata. Lo que comienza como una misión de tipo naturalista, se convertirá en uno de los episodios más relatados de la historia naval inglesa, cuando parte de la tripulación, que ha pasado demasiado tiempo entre los nativos de las islas, se amotina y no desea continuar viaje. En esta obra William Bligh narra de primera mano la otra cara de los famosos acontecimientos: la del que sufrió el motín y tuvo que luchar para sobrevivir, junto con sus fieles, y avisar a las autoridades de lo ocurrido. Su sentido de la responsabilidad lo llevó a realizar una hazaña casi imposible: alcanzar Timor en un pequeño bote, cubriendo una distancia de 3.618 millas náuticas.
WILLIAM BLIGH
William Bligh nace en 1754 en Cornualles. A los siete años es alistado en la Marina Real Británica y, a los dieciséis, se une a la tripulación de la hms Hunter. Tras sucesivos ascensos, en 1776 acompaña a Cook como maestre de la HMS Resolution, en su tercer viaje al Pacífico, y es él quien proporciona los detalles del último viaje del gran marino. Durante varios años viaja como teniente y capitán en distintos navíos hasta que, en 1787, es nombrado comandante de la HMS Bounty. Después de sobrevivir a la aventura del famoso motín, es sometido a un Consejo de Guerra del que sale absuelto. Continúa su carrera como oficial de la Armada hasta que muere, en Londres, en 1817.
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Pues si tiene tantas páginas, algo no concuerda. O Bligh nos cuenta hasta sus primeros juegos infantiles o el librillo que yo tengo es un resumen descarado.
Investigaré al respecto; gracias, Juanriver!
Leida! Magnífica novela de aventuras que engancha desde la primera página. Si esto es basura me declaro cochinillo literario :)