PAX: GUERRA Y PAZ EN LA EDAD DE ORO DE ROMA – Tom Holland
En el año 68 d. C. el Imperio romano sufrió su primer gran colapso institucional. Durante casi un siglo, desde que Octavio Augusto creara un régimen imperial sólido en torno a su omnipresente figura, las sucesiones imperiales se habían producido sin mayores sobresaltos dentro de la dinastía Julio-Claudia. Sin embargo, cuando Nerón, el último de sus miembros, fue derrocado en un golpe de estado liderado por la aristocracia y las clases altas, se desató un periodo de caos que trajo de nuevo la guerra civil al corazón de la misma Roma. Fue Galba quien encabezó la rebelión, pero no lo hizo como un arribista más, sino como un legado del Senado y del pueblo romano. Con el apoyo del prefecto del pretorio, Cayo Ninfidio Sabino, consiguió que el Senado declarase a Nerón enemigo del pueblo, que poco después decidió acabar con su propia vida.
Con la confianza en la legitimidad de la sucesión dinástica partida en dos, se desencadenó un año de agitada inestabilidad institucional, siempre regada con abundante sangre romana. Con espanto, los romanos creían revivir los lejanos acontecimientos que sepultaron a la República. Arrancó así el conocido como “año de los cuatro emperadores”, en el que Galba, Otón, Vitelio y Vespasiano se enfrentaron en una lucha constante por el poder. Fue este último quien, tras año y medio de tensiones, intrigas y batallas logró consolidar el poder, restaurando de nuevo la paz.
Tom Holland toma la figura de Nerón como punto de partida para adentrarnos en los frenéticos acontecimientos que se sucedieron tras su muerte, y que alumbraron a la dinastía Flavia. Como es habitual en Holland, en ocasiones abandona las reglas no escritas el ensayo histórico y juguetea con las de la novela, demostrando su talento a la hora de combinar el uso de las fuentes históricas con un marcado estilo literario. Este tipo de divulgación cuenta con no pocos adeptos ya que permite al lector adentrarse en los hechos de una forma más entretenida y accesible. El enorme éxito cosechado con Rubicón y Dinastía avalan la impronta del autor británico.
La “pax romana” no se erguía sobre el amor fraternal y la concordia, sino sobre una formidable capacidad militar de conquista. La destrucción del Templo de Jerusalén por el ejército de Tito en el año 70 d.C. o el sometimiento de los partos, son sólo algunos de los episodios que lo atestiguan.
La última parte de la obra aborda la figura de Adriano, recordado por haber revertido gran parte de la expansión territorial impulsada por su predecesor Trajano (“el mejor de los emperadores”). La decisión de Adriano de deshacer buena parte de las conquistas de su padre adoptivo no fue tomada por falta de ambición, sino por razones pragmáticas y estratégicas, que contribuyeron a asentar la paz romana en los límites de su territorio. Adriano se dio cuenta de que las expansiones de Trajano no solo imponían una formidable carga militar, sino que también creaban tensiones con las élites locales en los territorios conquistados. En lugar de mantener una política expansionista que generara más resistencia, Adriano buscó relaciones más estables y cooperativas con las poblaciones locales. Este enfoque implicaba una retirada estratégica de territorios como Mesopotamia y el fomento de alianzas con los líderes de las zonas fronterizas. Una visión más pragmática y defensiva que permitió que el Imperio Romano perdurara por varios siglos más. La obra casi homónima de Adrian Goldsworthy, Pax Romana es una estupenda lectura para todos aquellos que quieran profundizar en ello.
En definitiva, con Pax encontramos de nuevo a Holland ameno y riguroso. No estamos ante una obra que aporte nada nuevo a lo ya tantas veces contado, pero no olvidemos que a menudo los libros gustan más por el “cómo” que por el “qué”.
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Tom Holland, Pax: Guerra y paz en la edad de oro de Roma, traducción de Joan Eloi Roca. Ático de los Libros, 2024, 480 páginas.
Leí el libro cuando salió en anglo: buena narración histórica (en ello siempre ha destacado Holland), y un interesante planeo sobre las guerras civiles de los años 68-70 (la parte fuerte del libro) y el período de los Flavios.
Coincido que esa es la mejor parte del libro, junto con el relato de las guerras judeas. Y quizás, por mencionar alguna parte más floja, me decantaría por el el final, la parte dedicada a Adriano. En cualquier caso se trata de un libro muy recomendable.
No he leído nada de Holland… Ahí lo dejo.
Eso es que no te llama. Si yo tuviera que recomendar un solo libro suyo, creo que me quedaría con Rubicón (o quizás Fuego Persa).
Me llaman pero no he encontrado su momento…
Uno de mis autores de historia favoritos si de ensayo de historia hablamos. Te recomiendo especialmente A la sombra de las espadas y Dominio.
Interesante obra para abrir el apetito y confirmar si las viandas son o no del gusto de cada lector… Por cierto, Rodrigaz, te felicito por la reseña. Me parece estupenda, me agrada tu sencillez y claridad. Un afectuoso saludo.
Muchas gracias a ti por tus palabras Manuel. Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Rodrigaz, una estupenda reseña, y un libro más a la lista de los pendientes.
Gracias Arturo, no te defraudará.
Tom Holland tienen dos libros maravillosos: «Fuego Persa» sobre el Imperio Aqueménida y «A las Sombra de las Espadas» que va sobre el nacimiento del Islam y la expansión musulmana (ambos muy recomendables). No sabía que también abordaba temáticas relacionadas con la Roma imperial, por lo que procedo a darle una ojeada a este. Gracias por la reseña!
Estupenda reseña de un libro bastante apetecible, estoy entre este y Pax Romana, de Goldsworthy. ¿Alguien de esta informada pléyade de romanistas sabría recomendarme cuál comprar? Gracias, un saludo a todos.