PÍCAROS, NINFAS Y RUFIANES – Rosa Navarro Durán
«Nada humano me es ajeno». Terencio.
El Siglo de Oro. El siglo de las maravillas, asombros y glorias. Época donde las letras y las armas son compañeras en el juego de la inmortalidad y donde también el honor y el amor a Dios aderezan las ánimas y ceban el ansia de Marte. Siglo Áureo y Español fue también llamado pero sobre todo Barroco, ya que donde un Cervantes ponía a cabalgar un don Quijote también había Quevedos que exponían la decadencia de reyes huecos, o donde Velázquez pintaba enhiestas lanzas y herrumbrosas picas, al lado se ponía un Murillo de niños pobres comedores de dulce melón.
Claroscuros para un tiempo de gigantes con pies de barro pues, aquel siglo fue a la vez gloria y perdición de las Españas austriacas, ya que aquellos monarcas de tanto querer acercarse al sol acabaron cegados en la penumbra del desatino. Frente a las victorias de recios tercios la miseria se alineaba en cada esquina… Siglo de Oro en las altas esferas pero también inmortal en las bajas y mítica a la vez que fecunda para la literatura universal. Esta es la esencia que la catedrática de Literatura Española Rosa Navarro Durán quiere transmitirnos en su magnifico ensayo Pícaros, Ninfas y Rufianes, que con el subtítulo la vida airada en la Edad de Oro nos introduce en el submundo de la delincuencia y la picaresca que existía al lado de la historia oficial del momento. Un tiempo de subsistencia y honor entre ladrones que ha corrido pareja en el imaginario español.
Sobre este tema, los peligrosos bajos fondos de las ciudades en el siglo XVI y XVII, se han escrito bastantes ensayos en nuestro país, desde los increíbles libros de José Deleito y Piñuela, como por ejemplo La mala vida en la España de Felipe IV, o pequeñas tesis como la ofrecida por Arturo Pérez-Reverte en su entrada como académico de la RAE sobre el lenguaje de germanía. Obra a obra, hoja a hoja, hemos aprendido cómo fue aquel mundo (tan parecido ahora al nuestro) y cuáles eran las mejores formas de sobrevivir y no morir en el intento. Todo ensayos fantásticos que seguían el mismo patrón, pero que hacen que el trabajo de Rosa Navarro Durán sea tan distinto y fresco en estos momentos: nos enseña como era aquel mundo al margen de la ley pero apoyándose en todo momento en la materia que más domina esta catedrática: la literatura. Todos los temas que aparecen, la miseria, los ladrones, las ninfas (o prostitutas), lo escatológico y cruel, etc. tienen como base obras legendarias nacidas en aquel momento. Si hablamos de la prostitución, las concertadoras de citas, chulos y remedios de botica de dudosa reputación obviamente la Celestina de Fernando de Rojas y Salamanca son referencias esenciales. Si nos adentramos en las recónditas esquinas de las ciudades, sus pilluelos, tahúres, trileros, cárceles y rudos matasietes más cargados de hierro que Vizcaya, la autora nos trasladará claro esta a Sevilla o Madrid de la mano de Rinconete y Cortadillo y las Novelas Ejemplares de Cervantes, al Buscón de Quevedo, o a las increíbles aventuras más allá de la ley del Guzmán de Alfarache o el Lazarillo de Tormes. De todo lo que se habla en este libro tiene su correlación en las obras clásicas que Rosa Navarro Durán tanto domina. Una nueva forma de enfocar este tema a la vez que sirve para que nos familiaricemos más con nuestras eternas obras literarias que muchas veces son más completas y veraces que cientos de ensayos existentes.
Con Pícaros, Ninfas y Rufianes aprenderemos como fue aquella época sin par y de la mano de estafadores, ladrones y prostitutas nos dejaremos asombrar por cómo era aquel mundillo donde cada día que se vivía era una muesca más en la navaja de robar o degollar. No dejaremos de visitar el Patio de Monipodio o los prostíbulos y boticas celestinescas, sabremos como era la vida de los rufianes y espadachines, cómo marcar la cara a un pisaverde a tanto el centímetro de piel y también a saber librarse de la cárcel. Andaremos metidos en la miseria de las calles, cubiertas las botas de barro y a estar pendiente del “¡agua va!”. Manos de rica manceba nos tentaran en las ventas y de los sabios consejos de Rinconete o Cortadillo sabremos la manera mejor de adelgazar una bolsa de rico hombre. Nuestro techo serán las estrellas y nuestro escenario las intrincadas calles de Salamanca, Sevilla y la regia capital matritense. Este soberbio ensayo, que esta no solo bien escrito sino también bellamente ilustrado por la editorial Edad, se convierte por méritos propios en un trabajo puntero en la historiografía que actualmente existe sobre la Historia del Siglo de Oro y en epítome necesario para que cualquier persona que quiera bucear en aquel peligroso mundo tenga una referencia clara, entretenida y completa sobre el reverso más oscuro de aquel tiempo en que en España no se ponía el Sol y donde un vuesa merced de más o de menos te podía llevar desde el Reino de Caco al Reino de Plutón.
[tags]Rosa Navarro Durán, literatura, España, Siglo de Oro, Barroco, Austrias, historia[/tags]
Je, Je, Je… Muy buena reseña Balbo.
Una reseña verdaderamente bien hecha para un tema tan vigente, ¿no?
Muy interesante, Balbo. Este va a caer muy en breve.
LO apunto, lo apunto.
Buena reseña Balbo!!
¡Barroca viene la reseña, pardiez, que un porfiado Balbo nos sirve desprendido en colmada escudilla de barro!
Gracias Balbo por esta reseña de un libro tan interesante. Ya está en la lista de futuribles
Tiene que ser una lectura muy interesante y que seguro le saca a uno más de una sonrisa. Aunque bien pueda ser lo contrario, que de pícaros, rufianes y mangantes están llenas las Españas.