TIBERIO GRACO. TRIBUNO DE LAS LEGIONES – Luis Manuel López Román

Tiberio Sempronio Graco hijo fue una de las grandes figuras de la política romana y predecesor de la corriente que otros, como César, continuarían posteriormente de valerse de un masivo apoyo popular para aprobar leyes y reformas sobre la posesión de la tierra y ayudas sociales contra la oposición de un Senado cada vez más conservador, codicioso y ambicioso. Sin embargo también fue, antes de un reformista político, un destacado militar durante su juventud. Siendo nieto del gran Escipión el Africano e hijo de un padre homónimo que había llegado a lo más alto del cursus honorum romano, todo parecía indicar que el joven estaba destinado para la más alta gloria en el proceloso mar de la política romana donde una alianza rota podía llevar a uno a la ruina mientras que una bien sellada a alcanzar lustre y riqueza.

En esta novela llegamos hasta el inicio de su carrera militar donde Tiberio Graco partirá a servir como tribuno entre las legiones que asedian Cartago en el contexto de la Tercera Guerra Púnica bajo el mando de su cuñado Escipión Emiliano, quién busca atraer por todos los medios a su joven pariente bajo su ala política y apartarlo de antiguas alianzas de su padre, siendo como era yerno de Claudio Apio Pulcro, líder de la facción senatorial rival de Escipión Emiliano.

Sin embargo estamos lejos de una novela de corte militar llena de batallas continúas, capítulos cortos para que la narrativa fluya y acción a raudales. Luis Manuel López Román (entrevista) se toma su tiempo para prepara el personaje y la novela y nos hace acompañar al protagonista a lo largo de toda su vida. Su educación, su familia, la muerte de su padre, sin dejar de lado algo muy característico de la obra de este autor que es la presencia del esclavo, la vida de las mujeres, de las clases bajas, de la Subura, de los muchas veces invisibles cuando se piensa en Roma. Una ambientación detallada, absorbente, nos transporta a la Roma del siglo II a. e. c. en toda su gloria pero también en su miseria y comprenderemos porqué en un futuro Tiberio Sempronio Graco se erigirá como paladín de los empobrecidos habitantes de una ciudad que parecía haber olvidado los servicios de sus antiguos legionarios, condenándolos a la pobreza mientras ricos senadores y caballeros se hacían con grandes latifundios sin que les importase lo más mínimo las vidas de aquellos que habían sangrado por la ciudad para enriquecerlos o que llevaban proporcionando alimentos a la urbe desde hacía incontables generaciones.

Por lo tanto tenemos una novela con dos vertientes: la que nos plantea el marco social y político donde nos vemos y a su vez de construcción de personaje, y una segunda de carácter bélico que termina preparando el camino para un segunda parte que pondrá punto y final a las andanzas de nuestro tribuno, primero militar en las legiones y luego de la plebe en el Senado.

El autor, profesor de Educación Secundaria de Latín y Cultura clásica, se mueve como pez en el agua en el mundo romano, sobre todo en el de esos olvidados ya mencionados, los cuales ya tuvieron mucho protagonismo en su saga de Marco Lemurio (reseña del primer tomo), donde mezclaba la novela de romanos con la fantasía y donde la subura y las clases bajas de la ciudad eterna se llevaban buena parte del protagonismo.

Ahora seguimos igualmente ante una novela vibrante, adictiva (me la he despachado en cuatro días) y que uno no puede parar de leer sin necesidad de encontrar luchas a muerte y asedios cada 50 páginas. Una novela que se cuece a fuego lento pero que da lo que promete y que deja con ganas de más y a la que difícilmente podría decir que le sobran páginas pese a sus casi 800, las cuales se me han parecido las de una novela con la mitad de ellas por lo fluida e interesante de la lectura. Hacía mucho que una novela histórica no me enganchaba tanto y me tenía leyendo hasta la madrugada, proeza cada vez más difícil en mi caso.

Así que, quitando dos o tres erratas menores que he podido encontrar, estamos ante una estupenda novela, muy disfrutable para los amantes de la “novela de romanos” pero también para todos aquellos que disfruten con una buena novela histórica sin más. Y una vez que de Cartago no queden más que las cenizas -y donde veremos escenas terribles pero extrañamente poéticas -cerraremos la novela y nos quedaremos pensando sobre cuando podremos seguir la historia del joven Tiberio Sempronio Graco. Esperemos que más pronto que tarde, lo cual será una gran señal de que esta excelente novela ha tenido la acogida que se merece.

*******

Luis Manuel López Román, Tiberio Graco. Tribuno de las legiones. Madrid, Desperta Ferro Ediciones, 2024, 792 páginas.

     

5 comentarios en “TIBERIO GRACO. TRIBUNO DE LAS LEGIONES – Luis Manuel López Román

  1. cavilius dice:

    Esta novela caerá, desde luego. Leí Oscura Roma y me pareció una novela meritoria, y por lo que cuentas en la reseña, vorimir, esta sigue esa misma senda de buen hacer. Y si además se sale de los estereotipos habituales de la novela histórica, pues mejor que mejor.

    1. Vorimir dice:

      Sí, yo antes había leído las tres primeras novelas de Marco Lemurio y tengo al autor ya trabajado pero esta es bastante distinta en estilo, una novela muy clásica. Me ha gustado mucho.

  2. Likine dice:

    Me he divertido mucho con la Roma lemúrica de este autor, así que seguro que sigo al bueno y desafortunado Tiberio Sempronio: por el autor, por la materia y por ver los inicios de una editorial que parece promisoria.

  3. Rodrigaz dice:

    Gracias por la reseña. De este autor dejé a medias Oscura Roma, pero por lo que dices está obra parece ser bastante buena. Además, el personaje protagonista elegido es sin duda muy atractivo.

  4. Valeria dice:

    La he leído, recomendada por cierto hislibreño, aunque no estaba en mis planes porque las novelas de Lemurio me habían dejado más bien indiferente; de hecho no recuerdo ni las tramas. Tampoco quería llevarme una desilusión en una novela sobre este Graco, uno de mis niños bonitos. Pero es mucho mejor que lo que había leído antes de este autor. Aunque en ocasiones, y sobre todo al inicio, asoma la patita el famoso andamio (una es mayor y maniática), a medida que avanza la novela este desaparece. Está muy bien estructurada, y con diálogos cuidados. Por lo general en estas series de varios libros, los primeros que versan sobre la infancia del protagonista no suelen ser mis favoritos. Pero creo que todo lo que rodea al niño Tiberio está muy bien engarzado con el escenario político, y eso mantiene bien el interés del lector.
    En resumen, que me ha gustado, la he disfrutado; pero seguro que me va a gustar más la que sigue. Solo señalar que el personaje de mamá Cornelia creo sigue demasiado ligado a esa imagen de matrona modélica que tanto vendieron otros (sobre todo hombre, claro), y me resulta un poco tristón. Vaya usted a saber si de verdad era así, o era la alegría de la huerta.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Hislibris te informa de que los datos de carácter personal que nos proporciones rellenando el presente formulario serán tratados por Ediciones Evohé, S.L. como responsable de esta web. La finalidad de la recogida y tratamiento de los datos personales que te solicitamos (nombre y correo electrónico) es únicamente gestionar los comentarios que realices en este blog y jamás serán compartidos con terceros (salvo requerimiento legal). Legitimación: Al marcar la casilla de aceptación estás dando tu legítimo consentimiento para que tus datos sean tratados conforme a las finalidades de este formulario descritas en la política de privacidad. Como usuario e interesado te informamos de que los datos que nos facilitas estarán ubicados en los servidores de Factoría Digital (proveedor de hosting de Hislibris) dentro de la UE. Ver política de privacidad de Factoría Digital. Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos en hislibris@hislibris.com e info@edicionesevohe.com, así como el derecho a presentar una reclamación ante una autoridad de control.