UNA REINA EN EL ESTRADO – Hilary Mantel

De nuevo Hilary Mantel sumerge al lector, con gran acierto, en la mente y entorno del hijo de herrero aupado a lo más alto de la corte, en un complejo juego de equilibrio en la política de poder, zancadillas y traiciones que le rodean. Su máximo interés es atender los deseos de un rey, en ocasiones caprichoso y variable en su humor. Mediante retorcidas alianzas, su estrategia juega en el filo de la navaja, en un marco con varios frentes abiertos. La atención prestada por el rey a la joven y discreta Jane Seymour, junto a la postura frentista y altiva de Ana Bolena, hacen que los vientos cambien de rumbo en una corte en la que los gentilhombres pululan alrededor de la reina. Los chismes se convierten en rumores y estos alcanzan, por arte de magia, entidad de realidad. Ahí es donde Cromwell no debe perder comba y actuar de facto a favor de un rey que, lo mismo pone que quita, y busca su propia, caprichosa y real verdad.
La rotunda y adictiva narrativa de la autora, acaparando la figura del protagonista como propio narrador, a la vez que como figura de un juego de intrigas en la corte, presenta al lector los pensamientos, artimañas, estrategias e intereses con los que Cromwell busca mantenerse en el candelero, sin llamar excesivamente la atención. Paro hay muchos más personajes en este escenario tan caprichoso. Todos ellos se muestran más o menos clarividentes en sus intenciones y apuestas, logrando la autora que el lector no se pierda en esta tela araña de enredos y oscuros intereses. Sus personajes se presentan en toda su entidad y complejidad, reflejando sus aciertos y errores, esos actos que los alejarán del rey o los acercarán a su deseado entorno. Resulta muy impresionante como la autora, admitiendo la casi absoluta falta de información que existe sobre el proceso contra Ana Bolena y los gentilhombres, acusados de traición y de mantener relaciones con la reina, reconstruye con maestría los tejemanejes que rodearon aquellos hechos y los interrogatorios que dirigió Cromwell durante los días previos a los juicios. Su capacidad de construir con inteligencia, un escenario plausible, junto a la presentación de una ambientación detallada y firme, además de una formidable construcción de personajes, hace de esta novela una encomiable continuación de la primera entrega. No por casualidad, ambas ganaron, en sus correspondientes años, el Premio Booker a mejor novela, algo solo conseguido por insignes novelistas como J. M. Coetzee y Peter Carey, y además, siendo la primera mujer en logarlo. Su narrativa, compleja y detallada, atrapa sin remedio.
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Hilary Mantel, Una reina en el estrado, traducción: José Ramón Álvarez Flórez, Ediciones Destino, 2013, 496 pp.
Hasta que no pueda ponerme con la trilogía, me queda el consuelo de la fantástica miniserie Wolf Hall (BBC: 2015)… qué ojalá pronto nos dé una segunda y última temporada. Bien por la reseña del segundo tomo.
Ya sabes, cuando puedas a por ella… Gracias majete.