VIDAS DE PITÁGORAS – David Hernández de la Fuente
El primer gran acierto del presente libro está en el título del mismo: Vidas de Pitágoras. «Vidas» en plural, no simplemente «vida». Esto es así porque la persona de Pitágoras ha ido siempre unida a la leyenda del personaje. No se trata de un caso único. Algo similar ocurre con otros grandes prohombres de la Antigüedad; Homero, por ejemplo, poeta grandioso cuya mención remite unas veces a un nombre propio y otras, a un colectivo de escritores anónimos. Y si avanzamos unos cuantos siglos hacia adelante, dicha especulación intelectual sobre la auténtica personalidad de nombres tan ilustres ha llegado a alcanzar al mismo William Shakespeare. Es por este motivo que resulta habitual en los estudios históricos y filosóficos hablar de pitagorismo o escuela pitagórica, en lugar de Pitágoras, en singular.
De lo que sí disponemos fundada información es de la existencia en Crotona de una poderosa secta liderada por Pitágoras de Samos, quien gobernó dicha ciudad, tanto en el plano material como espiritual, hasta que un brusco cambio político le obligó a huir de la ciudad. Los pitagóricos, conformaban, en efecto, una agrupación política, pero, al mismo tiempo, una secta religiosa, una escuela filosófica, una hermandad de sabios, unidos por un afán profundo de conocimiento, pero también de intervención en la praxis pública.
Pitágoras, tomado en la época como algo más que un filósofo, recibió la categoría de «hombre divino», un ser con superiores poderes de comprensión e interpretación de los supremos misterios de la naturaleza. No constituye tampoco esta circunstancia una novedad en la historia de la filosofía, aunque lo cierto es que en el caso del pitagorismo adquirió unos rasgos extraordinarios, incluso excéntricos, pero de ninguna manera «desorbitados»; de hecho, sostenían que el orden del cosmos provenía de la razón matemática, la cual hacía posible que cada cosa (por ejemplo, cada astro o criatura viviente) estuviese en su lugar, siguiese su camino u órbita y cumpliese con su función según la ley universal que rige la totalidad.
Tales, considerado primer filósofo de la historia, llevó a cabo, asimismo, tareas políticas y de orden práctico (ingeniería y urbanismo) en la ciudad de Mileto. Por otra parte, el impacto que tuvo el saber oriental (el chamanismo, el orfismo y otras doctrinas provenientes de las grandes civilizaciones de Persia, la India o China) sobre el incipiente racionalismo filosófico no fue algo excepcional en la escuela milesia o la pitagórica, sino que afectó a todos los sabios de la etapa arcaica y clásica de mayor o menor manera. El mismo Platón, siglos más tarde, todavía se servía de figuras mitológicas y poéticas (el mito de la caverna es el más conocido) para dar forma a la teoría de las ideas; igualmente, su vocación política, teórica y práctica, es de sobras conocida. Pero, ciertamente, en el pitagorismo todos estos aspectos adquieren una expresión mucho más elevada y marcada que en ninguna otra en Grecia.
No sólo Pitágoras disfrutaba de atributos divinos. Los números también los poseían, representando cada uno de ellos fuerzas y entes identificables. El número 10 era tenido por sagrado. Los pitagóricos hablaban de la armonía celestial en el cosmos, concebido como «diapasón musical» que emitía la música de las esferas. El célebre teorema de Pitágoras es sólo un resultado concreto, aunque celebérrimo, del gran impulso que le dieron al saber matemático. Por la misma razón interior de todas las cosas, al que se le sumó la creencia en la transmigración de las almas, se cuenta que en Crotona, bajo el mandato pitagórico, el consumo de determinados alimentos estaban proscritos (verbigracia, las habas), así como el tránsito por contadas calles, al entender que servían como medio o vía para la circulación de las ánimas.
La historia documentada del pitagorismo ha convivido desde siglos con la leyenda, pero también hasta con la burda invención y la farsa. Por este motivo, la lectura de Vidas de Pitágoras ayuda a clarificar y ordenar el amplio material acumulado en torno a este hombre y este nombre que ejemplifican la gesta del gran paso que dio la humanidad desde imperio mental del Mito al dominio intelectual del Logos. Una travesía que tuvo más de lenta transición que de súbita ruptura con el pasado. David Hernández de la Fuente se alinea en el libro con aquella tradición interpretativa que ha primado más en Pitágoras los rasgos religiosos que los estrictamente filosóficos y científicos, unos rasgos que habría que reconocer, en rigor y justicia, a los seguidores del maestro, los conocidos como «pitagóricos posteriores»; por ejemplo, Filolao y Arquitas.
Con las siguientes palabras resume el autor el propósito de este trabajo: «Es preciso ofrecer aquí una visión que combine tanto los temas legendarios y el pensamiento mítico, tan caro al Pitágoras de las biografías antiguas que aquí se presentan, como la actividad social y política de su secta, todo ello desde una aproximación que evoque la fascinante influencia de esta figura en los orígenes de la tradición intelectual de Occidente.» (págs. 14 y 15).
El volumen, exquisitamente editado como es habitual en la editorial Atalanta, está dividido en dos grandes secciones. La primera, consagrada al estudio propiamente dicho del pensamiento pitagórico, en las amplias áreas y perspectivas en que se extendió. La segunda recoge testimonios clásicos de la vida de Pitágoras, las ya conocidas de Porfirio de Tiro o Diógenes Laercio más, como novedad, el texto (el más antiguo conservado sobre el personaje) compuesto por el historiador griego Diodoro de Sicilia (siglo I. A.C.), junto a los del patriarca Focio de Constantinopla (siglo IX) y el breve epítome de la enciclopedia bizantina Suda (siglo X).
David Hernández de la Fuente (Madrid, 1974) es escritor y profesor universitario, especializado en religión griega, antigüedad tardía e historia del platonismo. Doctor en filología clásica y sociología, es autor de los ensayos Oráculos griegos (Alianza) y Bakkhos Anax (CSIC), así como de numerosos artículos en revistas académicas y ediciones de autores clásicos, y ha coordinado la obra colectiva New Perspectives on Late Antiquity (Cambridge Scholars Pub.). Como autor de narrativa ha publicado Las puertas del sueño (Premio de Arte Joven 2005 de la Comunidad de Madrid), Continental (2007) y A cubierto (Premio Diputación de Valencia 2010).
Ariodante
Diciembre 2011
Vidas de Pitágoras.
David Hernández de la Fuente.
Ed. Atalanta, 2011
[tags]Pitágoras, pitagóricos, Samos, Crotona[/tags]
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Tengo el libro hojeado y algún día caerá. Gracias por la reseña, sirve de algo más que de acicate.
No te decepcionará, Farsal!
Tengo en casa el libro de Oráculos griegos de Hernández de la Fuente y puedo asegurar que es un pequeño gran libro.
Hace muchísimos años leí el Pitágoras de Peter Gorman, en la editorial Crítica, y aunque recuerdo muy poco de él, si sé que me gustó mucho. Esta nueva biografía de Pitágoras la tengo vista desde hace ya meses y no me acabo de decidir, pero intuyo que es de esos libros que caerá en cuanto tenga un momento de arrebato y de euros en el bolsillo.
También tengo en casa Oráculos griegos, pero aún no le hinqué el diente…
¿Y las imágenes que te mandé, Javi? ¿Y la cabecera, Sandra está de vacaciones? Porque Stalin no se parece en nada a Pitágoras, jajaja!
Ario, refresca tu navegador, anda, que lleva Pitágoras saludándonos desde las 11 de la mañana.
Sí, ya, ya…. es que lo primero que me salía era Stalin y mi reseña. Y claro, una, que no está para muchos sobresaltos…ejem.
Gracias por la reseña Ario.
Es un magnifico y polifacético autor, además de una gran persona.
¿Conoces personalmente al autor, Antonio? Pues felicítalo a él, porque el mérito es suyo. ¡Ha escrito un libro excelente!
Sí, le conozco bastante y es un tipo estupendo.
Buena reseña, Ario.
Sobre filosofía griega existe un blog muy interesante llamado La isla de los Lotófagos, que tiene muy buenos artículos.
Os pego el link:
http://www.lotofagos-island.blogspot.com/
Gracias, Publio. He visitado el blog que citas, y estéticamente está bien (me gusta la cabecera) Pero lo veo un pelín académico de más. Poco literario y menos aún mitológico.Lo cual ni quita ni pone, simplemente que lo veo así. El autor debe ser un filósofo en paro. Y como ahora no hay oposiciones…lo tiene difícil.
Hola Publio, y compañía. En efecto, La Isla de los Lotófagos está pensado en principio como un blog de apoyo para el estudio de la filosofía en el bachillerato. Fue inaugurado en agosto del año pasado, motivo por el cual aún le cuesta cubrir el recorrido temático que se promete en la cabecera. En cuando a que se trata de un blog que no se ocupa de la mitología, sólo puedo decir que en él hay varias entradas sobre algunos mitos irlandeses y complejos simbólicos vinculados con el mundo céltico. Asimismo, es posible que en los próximos meses las entradas de mitología céltica se vean acompañadas por otras sobre mitología de la India brahamánica y sobre los poemas de Homero. Su autor, como él mismo especifica en el blog, no sólo es filósofo, sino también historiador, y, en efecto, busca un empleo estable. Actualmente trabaja como profesor sustituto de filosofía e historia en secundaria. Finalmente, las entradas sobre los pitagóricos que figuran en el blog están más pensadas para ofrecer una síntesis académica que para ser originales. Quien desee otro tipo de perspectiva siempre puede leer entradas como la dedicada a Epicuro y el fenómeno de la indiferencia del mundo, a La Trilogía de Nueva York de Paul Auster, o al análisis estructural del matrimonio regio en la Táin Bó Cúailnge irlandesa. Muchas gracias Publio por tus gratas palabras. Fue todo un detalle. Saludos. Peredur.
Por cierto, para una lectura alternativa del pitagorismo, asombrosamente convincente y exquisitamente refinada, me permito citar aquí el excelente trabajo de Marcel Detienne «Los jardines de Adonis», en el que a través de algunas de sus más brillantes páginas se desvela el complejo estructural del esoterismo de la secta. Véase «La lechuga de Pitágoras». No recomendado, eso sí, para antiestructuralistas y demás amantes de lo fáctico por lo fáctico. Saludos. Peredur.
Peredur, no he tenido con mis palabras la más mínima intención de denigrar la posición del filósofo en paro. En mi propia casa tengo un caso, y yo misma soy licenciada en Filosofía Pura y nunca he llegado a poder ejercer; simplemente me refería a que el blog me parecía más dirigido, como tú bien lo has aclarado, hacia un enfoque más académico o propiamente filosófico. Aqui tratamos más la literatura y el ensayo. Y el ensayo es lo menos académico que hay, aunque sea filosófico. De hecho, mi visión de la filosofía es absolutamente no académica (en el sentido que le damos actualmente, claro).
Hola a todos:
Ario y Peredur, habéis dejado claro vuestros respectivos enfoques. Yo sólo me limité a poner el link porque me parece que La isla de los Lotófagos es un blog muy interesante sobre filosofía griega, aunque lógicamente cada quien tiene su propia concepción a cerca de la filosofía, así como, de la historia.
Saludos.
Y has hecho muy bien, Publio, porque has ampliado nuestras miras. Yo siempre estoy abierta a ampliarlas. Y si pudiera ampliar además los límites del tiempo, añadiendo horas al día, ¡sería genial! Pero no puedo…
Ariodante, ya sé que el libro lo tendrás a estas alturas ya en los pies, pero si recuerdas algo del mismo y si leíste esta reseña de Alberto Bernabé:
http://www.revistadelibros.com/articulos/un-libro-sobre-pitagoras
¿Qué opinión te merece? Lo digo para evaluar la compra de dicho libro.
(Consulta abierta a otros hislibreños que hayan leído el libro, si los hay…) :-)
Jurl, Clodoveo11…
Pues sigo sin haberlo leído, la verdad.
Clodoveo, tendrás que reconocerme que ha pasado un tiempecito desde que lo leí y reseñé. Lo único que recuerdo es lo que escribo…y lo escrito, escrito está. Creo que de la lectura de la reseña se deduce que el libro es recomendable. El estado de mi memoria y mi ritmo de lectura no me permite más…
Ok, gracias Ariodante. :-)
Bueno, comprado y leído el libro. Me ha parecido interesante, la verdad. Ahora bien, es un tanto erudito y exige ciertas nociones previas para digerirlo. En la segunda edición se nota que las críticas de Bernabé le han escocido y hace ciertas puntualizaciones justificatorias. Pero creo que ambas tesis resultan compatibles e incluso complementarias. Pitágoras seguramente ya no era un chamán heleno, pero en la religión y en el misticismo de la época tenían por fuerza que persistir rasgos de la religión primitiva, que retoñarían con los cultos mistéricos; y a su vez los pitagóricos del siglo V como Arquitas o Filolao establecieron la metafísica matemática como la base para los axiomas euclideos y la geometría imperante durante 2000 años, cimientos de la ciencia moderna.