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Foro Primigenio de Hislibris Archivo precioso de aventuras hislibreñas de 2006 a 2024
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Balbo

Registrado: 02 Mar 2007 Mensajes: 12322 Ubicación: Gades in pectore
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Publicado: Dom Ene 24, 2010 9:54 pm Título del mensaje: Una tumba en Dinamarca |
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Hace tiempo alguien en un hilo, no me acuerdo cual ni quien, alguien preguntaba sobre el por qué de nuestras firmas. La mia, le indique, correspondia a la frase que se puso a la enseña que llevaron los soldados españoles que lucharon en Dinamarca y que luego fueron llevados por media Europa y Rusia. Normalmente suelo leer todos los articulos de Perez-Reverte todos los domingos pero(reconozco que los colecciones desde los años 90... soy asi de enfermizo) llevaba todo el mes sin leerlos debido a cuestiones familiares. Asi que ahora me he sentado a leermelos y me he llevado esta sorpresa. Disfrutad del articulo. Felicidades autor:
UNA TUMBA EN DINAMARCA
Desde hace doscientos dos años, en un lugar perdido de la costa danesa frente a la isla de Fionia, donde siempre llueve y hace frío, hay una tumba solitaria. Tiene una cruz y dos sables cruzados sobre una lápida, y está pegada al muro del cementerio de San Canuto, en Fredericia. De vez en cuando aparece encima un ramo de flores; y a veces ese ramo lleva una cinta roja y amarilla. Esto puede llamar, tal vez, la atención de quien pase por allí sin conocer la historia del hombre que yace en esa tumba. Por eso quiero contársela hoy a ustedes.
Se llamaba Antonio Costa, y en 1808 era capitán del 5.º escuadrón del regimiento del Algarbe: uno de los 15.000 soldados de la división del marqués de la Romana enviados a Dinamarca cuando España todavía era aliada de Napoleón. Después del combate de Stralsund, la división había pasado el invierno dispersa por la costa de Jutlandia y las islas del Báltico. Al llegar noticias de la sublevación del 2 de Mayo y el comienzo de la insurrección contra los franceses, jefes y tropa emprendieron una de las más espectaculares evasiones de la Historia. Tras comunicar en secreto con buques ingleses para que los trajesen a España, los regimientos se pusieron en marcha eludiendo la vigilancia de franceses y daneses. Por caminos secundarios, marchando de noche y de isla en isla, acudieron a los puntos de concentración establecidos para el embarque final. Unos lo consiguieron, y otros no. Algunos fueron apresados por el camino. Otros, como los jinetes del regimiento de Almansa, recibieron en Nyborg la orden de sacrificar sus caballos, que no podían llevar consigo; pero se negaron a ello, les quitaron las sillas y los dejaron sueltos: medio millar de animales galopando libres por las playas. En Taasing, viéndose perseguidos por los franceses y cortado el paso por un brazo de mar que los separaba de la isla donde debían embarcar, algunos del regimiento de caballería de Villaviciosa cruzaron a nado, agarrados a las sillas y crines de sus caballos. De ese modo, cada uno como pudo, aquellos soldados perdidos en tierra enemiga fueron llegando a Langeland, y 9.190 hombres –sólo unos pocos menos que los Diez Mil de Jenofonte– alcanzaron los buques ingleses que los condujeron a España; donde, tras un azaroso viaje, se unieron a la lucha contra los gabachos.
Como dije antes, no todos pudieron salvarse: 5.175 de ellos quedaron atrás, en manos de los franceses. Algunos terminarían alistados forzosos en el ejército imperial, en la terrible campaña de Rusia –a ellos dediqué hace diecisiete años la novelita La sombra del águila–. Otros se pudrieron en campos de prisioneros, o quedaron para siempre bajo tres palmos de tierra danesa. El capitán Antonio Costa fue uno de ésos. A causa de la indecisión de sus jefes, el regimiento de caballería del Algarbe perdió un tiempo precioso en emprender su fuga hacia la isla de Fionia, donde debían embarcar. Por fin, cuando Costa, un humilde y duro capitán, tomó el mando por propia iniciativa, desobedeció a sus superiores y se llevó a los soldados con él, ya era demasiado tarde. En la misma playa, casi a punto de conseguirlo, el regimiento fugitivo vio bloqueado el paso por el ejército francés, con los daneses cortando la retirada. Furioso, el mariscal Bernadotte exigió la rendición incondicional, manifestando su intención de fusilar a los oficiales y diezmar a la tropa. Entonces el capitán Costa avanzó a caballo hasta los franceses y se declaró único responsable de todo, pidiendo respeto para sus soldados. Luego, no queriendo entregar la espada ni dar lugar a sospechas de que había engañado o vendido al regimiento llevándolo a una trampa, se volvió hacia sus hombres, gritó «¡Recuerdos a España de Antonio Costa!» y se pegó un tiro en la cabeza.
Así que ya lo saben. Ésta es la historia de esa lápida pegada al muro del cementerio de San Canuto, en Fredericia, Dinamarca. La tumba solitaria de uno que quiso volver y pelear por su patria y su gente. Reconozco que eso no suena políticamente correcto, claro: pelear. Esa palabra chirría. Tan fascista. Nuestra ministra de Defensa habría criticado, supongo, la intransigencia dialogante del tal Costa –maneras autoritarias y poco buen rollito, misión que no era estrictamente de paz, gatillo fácil–; y monseñor Rouco, nuestro simpático pastor de ovejas, su falta de respeto a la vida humana, empezando por la propia, incluido un serio debate sobre si, como suicida, tenía derecho a yacer en tierra consagrada, o no lo tenía –igual hasta era partidario del aborto, el malandrín–. Lo mío es más simple: el capitán Costa me cae de puta madre. Su tumba solitaria me suscita un puntito de ternura melancólica. Ese cementerio lejano, frente a un mar gris y extranjero. Por eso hoy les cuento su vieja, olvidada historia. Por si alguna vez se dejan caer por allí, o están de paso por las islas del Norte y les apetece echar un vistazo. A lo mejor hasta tienen unas flores a mano.
 _________________ Viento del Este y niebla gris anuncian que viene lo que ha de venir (Mary Poppins) |
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Valeria

Registrado: 16 Oct 2006 Mensajes: 5489 Ubicación: Al otro lado del Limes
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Publicado: Lun Ene 25, 2010 9:43 am Título del mensaje: |
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Yo siempe he dicho que estas pequeñas perlas encierran muchas veces lo mejor de Reverte. No suelo leer estos artículos salvo esporádicamente, pero justo este cayó en mis manos el día de su publicación. Le agradezco mucho al sr. Reverte que recupere del olvido a estos desconocidos de nuestra historia. |
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juanrio

Registrado: 24 Oct 2007 Mensajes: 10812 Ubicación: Vicus Albus
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Publicado: Lun Ene 25, 2010 10:03 am Título del mensaje: |
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El problema de Pérez Reverte es que siempre le sobra un párrafo, en este caso el úlitmo. La narración es perfecta, supongo que demasiado idealizada porque las cosas no son tan blanco y negro como el las suele contar, sin dar opción a los miles de matices que tienen las cosas. Porque aquí no habla de hechos, los interpreta, incluido ese romántico suicidio del protagonista. Si fuera capaz de bajar un nivel esa especie de cabreo que parece que le acompaña permanentemente, sería mejor escritor, aunque es posible que perdiera a alguno de sus más fervientes fans. _________________ "Soy el hombre delgado que no flaqueará jamás"
Pedro Casariego
«Quien se arrodilla ante el hecho consumado, es incapaz de afrontar el porvenir» (León Trotsky). |
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andromaca
Registrado: 13 Ene 2007 Mensajes: 2446 Ubicación: Zaragoza
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Publicado: Lun Ene 25, 2010 11:30 am Título del mensaje: |
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Es muy bonita esa historia tal y como está contada, y ew cierto que siempre que esccribe parece que está cabreado, dgo yo que no vivirá eternamente así porque sino, menudo peso.  _________________ Cuanto más grande sea la prueba,más glorioso será el triunfo. |
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farsalia

Registrado: 07 Nov 2007 Mensajes: 39967
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Publicado: Lun Ene 25, 2010 12:08 pm Título del mensaje: |
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Pérez-Reverte suele hastiarme con sus columnas dóricas, pero a veces es para levantarle un monumento. Estos días leyendo El enigma best-seller aparecen referencias a artículos como éste, que imagino ya habréis leído:
El alguacil alguacilado
Siempre evito hacer crítica literaria formal. Sin embargo, como lobo viejo que soy, a veces me gotea el colmillo ante ciertos pescuezos que piden dentelladas. Y resulta que acabo de zamparme algo escrito por un tal García-Posada. Se trata de una primera novela –La sangre oscura–, digna de olvido de no darse una deliciosa circunstancia: su autor es doctor en filología hispánica y presidente de la asociación de críticos literarios españoles, nada menos. Así que calculen con cuánto interés me la eché al coleto. A fin de cuentas, razonaba, si este crítico ilustre dedica su vida a enjuiciar libros ajenos, explicando a los autores cómo deben escribir, su novela será una lección magistral sobre el modo de hacer las cosas en cuanto a estilo, estructura, personajes y otros ingredientes que, por su oficio, mi primo conocerá al dedillo. A ver si se me pega algo.
Y en efecto. La primera lección del texto garciposadiano afecta al arduo problema del punto de vista literario, que resuelve sin despeinarse, metiendo nueve veces el pronombre personal me en una página, por ejemplo, sin contar los yo y los mi; algo tan íntimo y original que permite al protagonista –trasunto del autor, pues la novela, astuta pirueta literaria, es autobiográfica– afirmar: «Mi vida interior comenzaba a ser tan rica que el desahogo verbal resultaba innecesario».
La trama es apasionante: un crítico literario investiga la muerte de un compañero poeta antifranquista; y tras leer el diario del difunto –sagaz recurso narrativo– concluye que se suicidó, en parte porque era homosexual, en parte por asco de la dictadura. Todo eso, en páginas llenas de citas ajenas; aunque, pese a tal respaldo de autoridades, la cosa queda algo especulativa, divagando de acá para allá. De manera que al final de la novela seguimos con la misma información que teníamos al principio: que un fulano se suicidó y que la vida es triste de cojones. Consciente de ello –de algo sirve ser crítico literario–, el autor comenta, por boca del protagonista, que algunos lectores «tienen derecho a tildar de especulaciones estas consideraciones que he alumbrado»; aunque luego pone las cosas en su sitio: «Son los mismos que (…) le reprochan a Cervantes las novelas interpoladas en la primera parte de El Quijote».
Los hallazgos estilísticos son numerosos. Háganse idea con este párrafo: «Me pasaba entonces mucho, pasaba mucho dentro de mí, y me pasaba bastante más de lo que entonces podía saber que me pasaba», que hace bonito tándem con este otro, tan diáfano: «No se ha visto volver suficientemente nada para que suene a cosa ya sabida». Y reparen en la sutil manera de mencionar «la expresión sin expresión de aquel rostro», para decir que alguien era inexpresivo. Aunque no tanto, pues más adelante matiza: «Aquel rostro inexpresivo parecía decirme algo con su ausencia de lenguaje». Tampoco el estilo garciposadesco está exento de poesía eres tú: «Me pareció vislumbrar una lágrima corriéndole por la mejilla desde los ojos húmedos», escribe. De todos los hallazgos literarios que ofrece el texto, personalmente me quedo con «las vivencias que me asaltaban ante espectáculos urbanos de tanta enjundia», aunque haya muchas otras valiosas perlas, como ese «sol que bailaba ebrio de su propia suficiencia», o aquel «ejemplares de divorciables los hay paradigmáticos, como aquella divorciable». También expone el autor complejas certezas sobre los arcanos del alma femenina, cuando nos confía: «A las mujeres hay que darles cancha». Actitud recompensada en la novela cuando una prostituta se niega a cobrarle al autor-narrador, supongo que ahíta de placer y por guapo.
Novela, en fin, poblada de «seres que deambulaban por los pasillos», y de confusiones léxicas como «lesa antipatria», llamar matrona a una joven alumna e ignorar la etimología y significado de las palabras ristre o bicoca; por no hablar del uso incorrecto del punto y coma, de la coma y del punto y seguido. Para justificarlo, supongo, el autor advierte, dedo en alto: «El lector, llegado a estas alturas de mis razonamientos, creerá que su grado de sorna no se compadece (…) con los cánones de la narración. Haría mal en pensarlo así». Resumiendo: se trata de una lectura tan interesante que recomiendo le echen un vistazo. Vale la pena que se vendan cien o doscientos ejemplares de la novela, e incluso más. Es la mejor manera de que algunos lectores sepan en manos de qué individuos –los hay respetabilísimos también, pero este pobre hombre preside el gremio– se encuentra la crítica literaria en España. _________________ Web personal
¡¡El Mesías!! ¡¡El Mesías!! ¡¡Muéstranos al Mesías!! |
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juanrio

Registrado: 24 Oct 2007 Mensajes: 10812 Ubicación: Vicus Albus
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Publicado: Lun Ene 25, 2010 12:31 pm Título del mensaje: |
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En la linea Revertiana de pasar cuentas. García Posada no es un crítico que me merezca mucha confianza, a pesar de su presidencia de los idem y de haber escrito en varios de los medios más interesantes, pero este artículo de Reverte es eso, un ajuste de cuentas con un crítico que no le critica y por tanto le desprecia; una tarea a la que se dedica con alegría y su habitual furor personal. En fin, otra más. Sólo falta que salga el Soldadito Pepe a abroncarme ahora.... _________________ "Soy el hombre delgado que no flaqueará jamás"
Pedro Casariego
«Quien se arrodilla ante el hecho consumado, es incapaz de afrontar el porvenir» (León Trotsky). |
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Raskolnikov

Registrado: 25 Dic 2009 Mensajes: 4982 Ubicación: Esperando en el Desfiladero del Borgo
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Publicado: Lun Ene 25, 2010 11:01 pm Título del mensaje: |
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farsalia escribió: |
«ejemplares de divorciables los hay paradigmáticos, como aquella divorciable». |
Jajajajaja. Lo he leído tres veces seguidas y las tres veces me he reído. Buenísimo.
Y en cuanto a Pérez-Reverte, quizá debería analizar su costumbre (o manía u obsesión) de soltar un puñado de tacos por párrafo. Puede que sea uno de esos sagaces recursos narrativos que ve en los demás... |
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Urogallo

Registrado: 15 Oct 2006 Mensajes: 21722 Ubicación: La Ferriére
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Publicado: Lun Ene 25, 2010 11:06 pm Título del mensaje: |
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juanrio escribió: |
Sólo falta que salga el Soldadito Pepe a abroncarme ahora.... |
En otro orden de cosas, me recuerda a una critica hiper-carnicera sobre el primer libro de Carmen Posadas en España. Vamos, le dieron una candela alucinante, pero solo por errores materiales. Quizás lo interesante sería ser carnicero con la trama, que siempre tiene más gracia. _________________ —Tienes la palabra de un oficial romano —dijo—. Vale más que un juramento.- |
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momper
Registrado: 14 Dic 2008 Mensajes: 4739 Ubicación: el chacuatol
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Publicado: Dom Feb 07, 2010 9:55 pm Título del mensaje: |
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A mí Reverte me cae mal porque una vez manifestó su desdén por los «imbéciles bondadosos» y me sentí aludido.
Menuda pareja hace con el Montero Glez.  |
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