Las vallas blancas de la finca brillaban entre los árboles […]. De pronto vimos dos caballos gigantescos que tiraban de un punto negro; luego vimos también un enorme carro volcado. Habíamos llegado a la bahía esa noche. El barco estaba anclado tras unos peñascos, no podía verse desde el mar. – Bostar es casi puntual, ¿no, capitán? – Ocho años. Mi padre es un anciano. –Luego, añad...[Leer más]
“La libertad puede adquirirse pero jamás se recobra” Hubo un tiempo en que era preciso –tal y como sostiene Rousseau- volver a revisar el contrato social, cuanto que no observaba ciertas libertades individuales y colectivas que deliberadamente habían sido ignoradas. En el cap. IX de la obra citada, expone en tono solemne: “Se descubrirá que él (el fin que debe perseguir todo sistema de legislación...[Leer más]
Iba yo por esas calles, absorto en melancólicos y vagos pensamientos, de tropezón en tropezón- cosa que me recordaba que no es la mejor circunstancia la de ser filósofo ni pensador para andar por las calles de… El Médano… – entreviendo más que viendo, de vez en vez, alguno de esos cacharros rugientes a mi vera y elevando como un autómata mi diestra o mi sinistra (bien poco importa cuál...[Leer más]
No sé si fue Arauxo o algún otro de nuestros reputados y doctos hermanos en esta deliciosa y venerable fe, el que dijo que acaso nos gustaba la novela histórica, que acaso nos asomábamos a esa ventana retrospectiva que constituye ese dulcísimo e ínclito género puesto que pretendíamos olvidar la tan evidente falta de encanto de la vida contemporánea. Fuere como fuese, nos avendremos a tratar este a...[Leer más]
Es una tarea harto dificultosa la de reseñar una novela por todos conocida y de una calidad tal que nada más es necesario decir sobre ella salvo que su lectura es imprescindible y su presencia física también lo es en cualquier biblioteca que se precie. Con esto podrá el lector darse por satisfecho; que no quedará defraudado.
Victorioso y laureado general de los ejércitos del Imperio Romano de Oriente cuyas victorias se debieron más a su genio militar que a cualquier otro de los factores que suele decidir el resultado de una batalla, Belisario, se nos presenta como un hombre de una rectitud y de unos principios morales muy firmes y honrados que, en ocasiones, a lo largo de la novela, pueden rayar en la estupidez- o eso...[Leer más]
A tiempos convulsos, en los que lo menos que uno puede desear es ser uno más de los innumerables prisioneros hacinados en las cárceles inglesas, nos arrastra Colleen McCullough con sus acostumbradas (¡cómo iba a ser menos esta vez!) tropecientas páginas. Con su también acostumbrado estilo, que puede gustar o no, relata con todo lujo de detalles colmados de rigor histórico las vicisitudes de Richar...[Leer más]